Mexicali entra en la Era Leyzaola. El Teniente Coronel y ex mando policial de Tijuana, Baja California y Ciudad Juárez, Chihuahua, municipios que representaron epicentros de la violencia durante las épocas álgidas de la guerra contra del narcotráfico, vuelve 15 años después a un cargo público a la Capital bajacaliforniana, que no le es para nada ajena, pero reconoce que cuando asumió la corporación, se imaginaba un involucramiento aún más estrecho de policías con la delincuencia organizada.
Fiel a su estilo, el ahora director de la Policía Municipal de Mexicali, Julián Leyzaola Pérez, no transmite miedo y el tono de su voz normaliza frases sobre la delincuencia que inyectarían adrenalina a la mayoría de los funcionarios con sólo pensar en emitir alguna declaración pública al respecto.
El flamante jefe de la seguridad se sorprende por lo esquematizada y protocolizada que se encuentra la corporación capitalina. Reconoce que los episodios de violencia de alto impacto derivan de un involucramiento de la Policía con la delincuencia organizada y asegura que su prioridad será retirar el manto protector de la corrupción policial a los grupos criminales.
Leyzaola afirma que vivirá en el cuartel militar para garantizar su integridad y la de su familia, que creará una célula de inteligencia operativa que recupere información de las calles para el combate a la delincuencia y recuperará Mexicali de la zona urbana hacia las periferias y el valle.
Ve lejano el proceso judicial que le impuso el ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, el cual considera, fue una venganza por una investigación que inició en su contra cuando era jefe de la seguridad de Tijuana.
Fuera de la charla habitual, el militar en retiro dijo haber presentado el proyecto para crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana y que dará seguimiento a la Academia de Policía de Mexicali, con el objetivo de formar a sus propios agentes.
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– ¿Cómo encuentra la Policía Municipal de Mexicali?
“Esperaba encontrar una corporación más penetrada por el crimen y cosas así. El antecedente que traigo, haber sido titular en otras áreas, en Tijuana y Ciudad Juárez; aquellas son áreas altamente operativas, pero muy operativas, donde entras y casi, casi vas directo a enfrentarte en la batalla y todo, y los policías son muy operativos, hablando de Tijuana y de Ciudad Juárez.
“Aquí en Mexicali es distinto. La Policía Municipal está muy apegada a la norma, aplican mucho la reglamentación. Creo que el sistema este CALEA ha hecho que la Policía se vuelva de ese tipo”.
– Un escenario totalmente diferente a Tijuana…
“No. Cuando tomé la responsabilidad de Tijuana era una Policía muy desgastada, muy deteriorada al interior. Oficiales que no sentían apego por la corporación, el oficial de Policía de Tijuana estaba muy denostado, la gente no le tenía confianza para nada. Trabajamos muy fuerte en eso durante el tiempo que nos tocó y creo que cambió la mentalidad de la corporación. Se volvió una Policía muy comprometida de alto nivel de profesionalismo. Primero tienes una problemática muy seria de violencia, de crimen organizado y todo lo que tienes que combatir. Cuando ya las cosas se tranquilizan, la Policía debe entrar en una situación de reorganización interna, de capacitación, normatizar toda la Policía, que la actividad del policía sea muy legal hacia el ciudadano. Eso fue, y cuando llego aquí a Mexicali me doy cuenta que está muy legalizada. O sea, ellos, todos se mueven por protocolos, por procedimientos. Creo que esta corporación está muy legalizada, pero también le falta, la moral está un poco decaída”.
– ¿El proyecto de Leyzaola no era centralizar la seguridad en la ciudad?
“Las zonas urbanas, hablando de seguridad, las zonas urbanas son lo más importante, ¿sí?, donde está la concentración de la población. Claro, tú debes generarles tranquilidad a esas concentraciones. La periferia es importante, desde luego, pero dónde están los centros financieros, los centros comerciales, los centros de diversión o simplemente la residencia, la parte de residenciales donde se concentra la población, donde debes extremar la seguridad. Y luego, una vez que tienes controlada la parte central, te enfocas en la periferia.
“En Mexicali creo que es necesario, ya venían bajando los índices en Mexicali, de robo, de asaltos, todo eso. Me decían que ya venía bajando hasta en algunos aspectos hasta un 30-35 por ciento, pero hay otros asuntos que son de impacto y, aunque tengas la estadística a la baja, estos eventos vienen y dan en la torre con todo lo que hagas, que son indicadores que la población los ve y la población al observarlos siente una inseguridad. Es lo que comentaba: la seguridad es una sensación, no puedes decirle a una persona o tratar de convencerla con números de que está segura. No puedes decir, aunque digas bajó el 20 por 30 por ciento, bajó la inseguridad, pero si no ellos no lo sienten, no te van a creer. La única manera de hacer que el ciudadano se sienta seguro es que vea las acciones de la Policía, que cuando lo ocupes acuda contigo que neutralice la actividad criminal, pero no sólo la actividad digamos ordinaria. La común, sino la actividad criminal de manera global, integral. Es cuando el ciudadano se empieza a sentir esa tranquilidad, ¿no?”.
– ¿Entonces Usted viene con el principal objetivo de reducir los homicidios?
“Uno debe entender que el delito se combate de manera integral. No debes obviar un tipo de delito. Si hay delito de alto impacto, lo debes atender como autoridad. La realidad es que lo que quiero hacer, es que la Policía se enfoque a toda actividad delictiva de la ciudad, a toda la actividad delictiva, no exclusivamente la parte de delito común, pues ya ves que ahorita se obvian mucho que no, es que esa parte le toca a la Federación y esta para allá.
“Deben entender que la Policía debe atender todos los aspectos delictivos. Si bien es cierto, hay una diferenciación cuando hablamos de jurisdicciones o no de facultades, el delito federal va a las áreas federales y el común va a los penales, pero eso se representa cuando vas a consignar. Si yo detengo a alguien por narcomenudeo, no lo voy a presentar al fuero común: lo voy a presentar al fuero federal. Ahí es donde se hace la distinción del tipo penal, aquí consigno, pero en la calle no hay eso”.

– ¿Se dejó de combatir el crimen de alto impacto?
“Considero que aquí en Mexicali se dejó de hacer, es lo que yo veo. En el valle, principalmente, hay una situación muy seria de eventos donde hay actividad criminal.
Aquí en Mexicali, en la zona urbana hay, no tanto como en el valle, pero se da también el asesinato del líder pesquero. Es un evento que nos deja claramente que hay grupos delictivos que se mueven en la ciudad y no han sido atendidos hasta el día de hoy.
“Al final se da un argumento de una desinformación y por eso no hubo una captura que no pareciera ser un argumento justificado en la situación de esta naturaleza, en un crimen de una zona tan céntrica como la que estamos hablando, ¿no cree? Tal vez porque la Policía aquí no está acostumbrada a esos eventos, tal vez dependiendo del discurso de los mandos que tienen desde el titular hasta el mando operativo; a nosotros nos toca esta parte y lo demás se lo dejamos a aquellos.
“Entonces, suceden eventos como ese y la Policía Municipal dice: Bueno, pues tiene que atender la Guardia Nacional o el Ejército, y hay un vacío y envían la responsabilidad a otra corporación; es esa situación la que tenemos que cambiar. También es cierto que para que sucedan estos eventos, debe haber una colaboración de la de la parte municipal, definitivamente debe existir. Para que suceda esto, ¿sí?, o sea, para que puedan perpetrar un crimen y escapar de esa manera, necesariamente debe haber algún tipo de colaboración en este y en otros. Debe existir”.
– Justamente comentaba Usted eso cuando recién asumió el cargo, no sé si lo entendí bien, pero su primer paso era ver cómo se encontraba la corporación. O sea, en un tema, un diagnóstico, ¿ha visto algo? ¿Ha identificado algo?
“Es muy temprano. Estoy viendo una reacción positiva de toda la Policía, creo que estas colaboraciones se dan en puntos muy focalizados. Me voy a dar a la tarea de localizar esas áreas y tengo que sacarlos de la corporación, no deben estar dentro de la corporación, porque causan daño hacia afuera, a la ciudadanía”.
– ¿No cree necesaria una depuración como la que hizo en Tijuana?
“No, no, no, no, jamás. No, no, nunca. En Tijuana era otro mundo. Tijuana era muy serio, era muy grave la corrupción. Allá tuvimos que sacar a más de 600 oficiales que estaban trabajando abiertamente (con el narco), trabajaban sus ocho horas en la Policía y luego a veces con las mismas armas se iban a trabajar con el crimen. No lo creo, no lo creo. “No a ese nivel, ¿no? Siempre clasifico en tres niveles la colaboración de la autoridad con la delincuencia.
“Hay un primer nivel donde simplemente te volteas, haces como que no existe. Sabes que hay actividad criminal, pero volteas la cara y lo ignoras. Hay otra donde brindas información a los delincuentes, o sea, ya trabajas con ellos; les brindas información, les avisas dónde están las unidades, les avisas cuando hay un operativo. Todo eso, esa información está alimentando al delincuente, eso es otro nivel de colaboración. Y el último, el tercero es cuando estás directamente operando con ellos, donde vas y los proteges en los movimientos, donde participas directamente en operaciones de ellos. No sé si recuerdes un enfrentamiento que hubo en Tijuana, donde en la calle Cuarta quisieron asaltar un camión blindado, hubo una persecución y terminó en la valla del periódico Frontera. Los que iban ahí adentro, que querían asaltar y era gente de la delincuencia organizada, eran policías. De hecho, el que falleció ahí en el lugar era un policía, y el arma con la que me disparó era un arma de la Policía. Claro, no es posible. Ese es el tercer nivel de colaboración, donde estás allá. Aquí no. Aquí creo que hay cierta colaboración en el aspecto de no me doy cuenta, y el otro de información”.
– ¿Cómo ve lo de las mantas que le colocaron?
“Cuando llegué a Ciudad Juárez, a los dos días también me mandaron un recado, no es que yo minimicé una amenaza, todas se tienen que atender. Por muy imposibles o por muy improbables que puedan ejecutarse, todas se deben atender. Que me la pusieron, pues sí, me la pusieron; que me mandan una bienvenida, pues está bien, pero yo no le puedo dar una difusión, porque tú eres funcionario, porque te toca brindar seguridad a la ciudadanía, y si expresas públicamente Ay, no, es que tengo miedo o me generan terror, pues qué mensaje le estás mandando al ciudadano, si Usted es el responsable de cuidarlos. Imagínate, si el que me cuida tiene miedo, pues entonces, ¿a dónde vamos a parar?”
– ¿Presentó denuncia?
“Creo que el Municipio presentó, está iniciando. Yo no presenté denuncia”.
– ¿Cree Usted que hayan sido Los Rusos? ¿Tiene algún tipo de análisis en ese aspecto?
“Claro que cuando llegué acá me proveí de mucha información. Tengo mucha información más o menos de los grupos que se mueven, cuáles son las tendencias, su sistema de operación, todo. Antes de entrar a un lugar tienes que documentarte de lo que sucede. Se me hizo muy raro que las mantas que regularmente ponen están hechas a mano, todas garabateadas y a mí me ponen una impresa, pues ¿le invirtieron? Tiene mensaje eso también: quiere decir que no me meta en asuntos, que mantenga a la Policía Municipal en actividades de asaltos, de robos y eso, pero que no escale a otro nivel de atención. Ese es el mensaje que me quieren dar, pero pues ya me metí y la Policía es Policía, de modo que digas que no vas a atender eventos delictivos de cualquier nivel, lo tienes que atender. Pero si no, ¿qué haces aquí? Mejor vete”.
– ¿Qué ha sabido de las zonas de influencia de Los Rusos, como el 57?
“Cada municipio es diferente. Hay una complicación, una complejidad más bien, entre lo que sucede en una zona urbana con lo que está sucediendo en el valle. El valle es un área muy amplia donde la dispersión es muy fácil, esconderse es muy fácil. Caminos que no conoces, se te escapan y ni siquiera sabes por dónde se fueron. No hay información de campo, o sea, que llegues y le preguntes a testigos, ciudadanos, que te pasen información de primera mano para tú hacer búsquedas, todo lo que sucede en la ciudad no sucede en el valle. Esa dispersión, esa falta de fuentes de información te deja un poquito lento en el trabajo. Eso favorece a la actividad criminal.
“Para atender el valle hay un sistema, pues necesariamente tienes que ir ocupando los centros de población del valle. El 57, pero el 40 y 43; ir posicionándose, me refiero a ir poniendo eh actividad policiaca en los centros donde está la población. Que haya policías, porque ahorita traemos una patrulla, una comandancia, una estación que tiene cuatro policías. Por favor, no tienes Policía, estás ahí haciendo presencia, pero realmente no tienes Policía. Cuando haya Policía allá, es cuando te mande a Guadalupe Victoria, ¿no?, o al 43 te mando 10 unidades y te pongo 20 oficiales que se van a mover con libertad y atender cualquier delito que suceda ahí, en el entendido que si te posicionas en los centros de población en el valle, los delincuentes no van a poder operar. Tienen que llegar a algún lado, no van a vivir en el campo todo el día, para moverse necesariamente tienen que pasar por poblaciones. Entonces, ¿para qué te desgastas andarlos correteando? Mejor que lleguen ellos donde estás, a fuerzas tienen que pasar ahí donde se hace todo”.
– Le acaban de dar 260 patrullas, ¿se tiene capacidad operativa para atender la incidencia?
“Mira, en la evaluación que estoy haciendo, el diagnóstico, me estoy dando cuenta que hay armamento, pero faltan policías. Hay patrullas, faltan policías. Ese es el problema de aquí. Tenemos el equipamiento, tenemos todo, pero nos falta lo principal. Vas tú allá (estaciones) y te vas a dar cuenta que hay muchas patrullas estacionadas. Muchas, y no hay gente para subirle. Tengo el reto aquí de recuperar a la Policía, no hablo de recuperarla nada más en aspectos de moral y de dignidad, recuperar físicamente al policía, sacarlo de las oficinas; hay mucha Policía comisionada, muchísimos. Fíjate que no tanto escoltas, administrativos. Los tienen en mucha actividad que no corresponde a la función básica de un policía. Necesito sacar policías a la calle, nomás date cuenta, aquí en el depósito de armamento hay tres oficiales de secretarias.
“Tuviste un ex mando que de aquí se llevó creo ocho o diez, los tenía a servicio. Estoy de acuerdo que se tiene que dar seguridad a una persona que ocupe un puesto de esto por el riesgo que conlleva hacerlo, pero debe ser por tiempo determinado y ver la cantidad de personas que vas a ayudar. Estoy de acuerdo que te lleves, no sé, unos seis meses, te lleves unos dos policías tal vez para tu cuidado personal. Dos, ya cuatro es un exceso, dos está perfecto, a menos que traigas broncas personales, pero dos para cuidarte está muy bien. Uno que maneja y otro que te cuida y se acabó. Por eso mejor se los quité”.

– ¿Tendrá planeada una especie de unidad técnica o jefatura de Inteligencia, algo por el estilo?
“Sí, sí… Una unidad, una Subdirección tal vez de Inteligencia o de Información, pero que sea operativa, que ande en la calle, que investiguen, que saquen información, no tanto analítica, y todo porque esa ya se la dejamos a otros niveles. La propia Secretaría de Seguridad Pública del Estado tiene esas capacidades; aquí es incipiente. De hecho, aquí en la Policía no existe esa esa área. Creo que es necesario tenerla, porque acuérdese que la Policía Municipal tiene las facultades de investigación preventiva. La investigación preventiva necesariamente debe tener un centro coordinador que establezca objetivos, hacia dónde vamos. Debe haber un organismo interno que pueda dirigir, coordinar todas esas actividades. No existe aquí, es una célula, una célula de investigación”.
– ¿Ya tiene el perfil del titular?
“Sí, el mismo que me acompañó en Ciudad de Juárez y Tijuana, se viene para acá. Aquí va a estar acompañándome”.
– ¿Y el nombre del titular?
“No lo puedo decir”.
– ¿Hará el examen de C3?
“No me han citado. Mira, yo he hecho las evaluaciones de Control y Confianza muchas veces, ya ni me acuerdo cuántas he ido a México, me las han hecho aquí, en Chihuahua, me han hecho muchas veces. Cada vez que he ido a un puesto, me hacen Control de Confianza y nunca he tenido problema con eso. O sea, no sé, sacaron un rumor por ahí que yo había reprobado, que tenía problemas psicológicos, que quedé dañado por el evento. Ay, por favor, es una tontería eso. Nunca me he negado a hacer un examen de Confianza, nunca me he negado. Si el puesto lo exige, lo hago, no tengo problema.
– Lo comento por el discurso que maneja, de la depuración como uno de los principales objetivos; sería como un mensaje…
“Ah, no, es que soy de la idea que está de acuerdo, todos debemos hacerlo, claro, pero de que me citan y digan: No, yo no porque estoy… ay, es que estoy yendo al psicólogo. No, por favor, yo no. Sí, si me citan voy y lo hago, no tengo problema. Pero tienen que citar a todos, claro. Y ojalá que fuera todo el servicio. Yo no quiero ser la excepción, pues, no me importa, pero tampoco quiero ser la excepción. Mh… Claro. Creo que alguien dijo que yo lo había reprobado, que qué mal que mientan en ese sentido. Es una mentira eso”.
– Pero no lo tiene actualmente vigente…
“Pero no es que lo haya reprobado, es que no lo he hecho porque no estaba en el público. Ese es el tema, no lo he hecho. En Tijuana no me dijeron que tenía que hacer examen, si me hubieran dicho, no tengo problema. El trabajo que hizo anteriormente en Tijuana y Juárez lo tiene aquí. Se le achaca o se le condena de manera general bajo el argumento de que fue la guerra contra el narcotráfico lo que nos tiene en estos momentos. ¿Tú cómo lo ves ahora?, porque pues fuiste realmente un estandarte en la época del calderonismo, Pareciera que les están dando la razón de cómo se combate la inseguridad.
“Creo que no podemos achacar a una sola administración. Desde que salió, bueno, en el caso mío, desde que terminó la administración creo que las administraciones posteriores abandonaron el aspecto de la seguridad. Pensaron que ya estaba listo, que ya estaba arreglado, pues no; ya se dedicaron a hacer otras cosas y abandonaron la seguridad porque ya estaba solucionado, dejaron que pasara y pasara y se fue agravando. Me refiero a Enrique Peña Nieto, me refiero a los que siguieron pues de ahí. Fueron abandonando el tema. Este Peña Nieto nunca se interesó en la seguridad, no era su prioridad”.
– ¿Y local tampoco? ¿Cree que fue lo mismo a nivel local?
“Nada, de aquí tampoco. Abandonaron el aspecto de seguridad. Claro, como cualquier vehículo o cualquier aparato electrónico, mecánico, si no le das mantenimiento, se truena, Igual nosotros; si no nos damos mantenimiento, nada, y al no atender la situación, al dejarla a su suerte, dejaron crecer otra vez al crimen organizado, le dieron libertad para que hiciera lo que quisiera y estamos sufriendo las consecuencias. Pero te digo, no podemos decir de uno o de otro. Creo que fue una forma de atender que no pasa nada, ya se arregló. Aunque le echan bronca a (Felipe) Calderón, pero Calderón generó esa esa tranquilidad para que los demás dijeran Ah, ya, ya se arregló”.
– ¿Usted ha decidido vivir en el cuartel por un tema de seguridad?
“Yo tomé la decisión ya de solicitar irme al cuartel. Como te dije, no desestimo las amenazas, nunca, no puedo. Para empezar, el equipo de seguridad que tengo no lo puedo tener las 24 horas, porque no alcanza para darme la atención. Ellos están para cuando entro en operación, pero cuando no estoy en la operación, quién me atiende, ¿no? Claro, además, tengo familia. Ya solicité que me dieran la oportunidad de quedarme en el cuartel. Ahí pueden andar y moverse y todo sin problema; también mi escolta puede descansar. Yo me meto ahí, ellos descansan y puedo descansar yo, porque cuando estás en tu casa y sabes que no hay en torno de seguridad, no puedes dormir. Yo no puedo descansar”.
– ¿Tiene algunos objetivos o número de objetivos prioritarios? Se utiliza mucho ese término generadores de violencia…
“El primer objetivo y por el cual creo que tengo que trabajar muy fuerte es quitar cualquier tipo de protección que tenga la Policía hacia un grupo delictivo. La voy a identificar si es que existe, pero mi función principal aquí es evitar que la Policía colabore con alguna actividad criminal. No debo permitir que ningún policía esté integrado en eso, que esté metido en delincuencia. Creo que con eso le quitas la cobija al delincuente y lo dejas expuesto.
“La primera intención de un delincuente es penetrar a la Policía porque ellos se sienten protegidos con eso. Cuando le quitas la cobija, pues ahora sí quedan en cualquier situación, se empiezan a topar con patrullas y tienen que atenderlo en algún momento, así pasó en Tijuana y en Juárez: le quitas la cobija, quedan descubiertos y entonces los puedes combatir. pero te digo: mi primer gran objetivo es evitar, o quitarle cualquier cobertura que tenga la Policía o involucramiento con algún grupo delictivo. La Policía debe aplicarse a sus acciones de Policía y no tener dos jefes. Aquí el jefe es el director y no vas a obedecer a ningún otro jefe, ese es el primer objetivo. Luego vienen ya los demás, como atender toda la actividad delictiva de manera genérica”.
– ¿Le alcanzará el tiempo?
“Me quedan como dos años, es bastante tiempo, dos años y seis meses, más o menos. En Tijuana fueron dos años y en Juárez fueron dos años cuatro meses, más o menos. Porque yo llegué a Juárez cuando ya estaba empezado la administración”.
– Está acostumbrado a ser bombero, director.
“Bueno, dice un bombero que cuando a mí me hablan de bomberos, cuando dices que vas y corres, apagas aquí y apagas allá, no es así. En el caso mío soy sistemático, atiendo a la planeación y soy sistemático, no ando así pegándole; prefiero, si sucede algo allá y me estoy entreteniendo aquí, pues ya aguántate en lo que yo termino acá. Me gusta dejar las cosas bien limpias y luego brincar al otro objetivo y voy por programa, avanzando por programa. No, no, me gusta dispersar la fuerza.
“La Policía regularmente actúa como bombero, ese es el gran problema que veo en las otras corporaciones, que van y atacan y van y atacan. Por ejemplo, aquí en Mexicali entregaron las patrullas el viernes, 260 unidades. Cuando supe que iban a entregar 260 unidades, dije: Ahí está mi programa: recuperación territorial. Y cuando llego me doy cuenta que repartieron todas las unidades. Todas. Las distribuyeron en todo Mexicali. Me dejaron sin arma otra vez. Porque ir a quitarle las patrullas a las unidades a los que ya las tienen, pues ya no lo puedes hacer, porque ya están operando con ellas, es que esas unidades debieron quedarse aquí. No debieron de haberlas distribuido, no debieron, porque esas unidades debieron dar la oportunidad al que sigue para tomar la acción.
“El que se va, pues está bien, hiciste un trabajo de premio, aquí está, te lo doy. Te corresponde por el trabajo que has hecho para que seas el que reciba las unidades. Pero ya la distribución, la de las unidades, no debieron haberla hecho porque esa ya me toca a mí y me golpea a mí”.
– El tema del proceso judicial en el que fue sometido en la administración de Jaime Bonilla Valdez, ¿cómo lo ve ahora? ¿Qué tanto está totalmente resuelto?
“Claro. Yo tenía dos procesos penales que me generó el gobernador Bonilla por tortura, decía él, de oficiales de Policía que fueron detenidos. Para empezar ni los detuve yo, los detuvieron otras corporaciones. Ellos decían que cuando estaban en el cuartel, uno dice que vio mis botas y el otro que oyó mi voz en el teléfono. Me generaron dos órdenes de aprehensión. Bueno, estuve litigando y ahorita ya el amparo causó efectos y ya estoy, ya no tengo problema. El problema fue que durante todo el periodo de Bonilla no me pude defender, porque el Juzgado no recibía ninguna incidencia, nada. Quería que yo me presentara y no, y no, y no, y no. Nunca me recibieron el amparo, nunca me recibieron porque decían que obligadamente me tenía que presentar si quería defenderme. O sea, me quería agarrar y meter al bote, y ya defiéndete en el bote. Pero era político, era un capricho de él (Bonilla) y era un asunto político. Capricho porque yo y Bonilla nunca hemos coincidido”.
– ¿Tienen algún tipo de historial directo?
“Sí, desde que yo estaba en Tijuana. Se vengó de mí porque pues él estaba acostumbrado a que todos fueran y le saludaran, y darle y darle un montón de policías para que lo cuidaran; yo llegué y corté todo. Si quiere policías, que los pague. Eso y una investigación que yo traía con él, una investigación que traía. El asunto es que él se dio cuenta, se fue para Estados Unidos y todo, y llega de gobernador, pues ¿qué esperabas? Es lógico, yo estaba aquí y él llega a gobernador y tiene toda la fuerza para irse contra mí”.
Gracias director.