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miércoles, abril 9, 2025
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El capo sinaloense Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, ya es libre, a los 94 años

El capo sinaloense Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, de 94 años de edad -cofundador del Cártel de Guadalajara, el primero que hubo en México, junto a Rafael Caro Quintero, alias “El Príncipe” y Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino” o “El Jefe de Jefes”-, purgó una condena de 40 años de prisión por el caso del secuestro, tortura y ejecución, perpetrado en febrero de 1985, de Enrique “Kiki” Camarena, agente especial de la Administración Antidrogas de EE. UU. (DEA, por sus siglas en inglés), así como del piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Alfredo Zavala Avelar.

Según lo reveló el diario Reforma, basado en fuentes de autoridades federales, “Don Neto” quedó libre el sábado 5 de abril de 2025. “También es el único que libró la extradición, ya que en 2015 el entonces canciller José Antonio Meade [Kuribreña] negó su entrega a Estados Unidos porque ya había sido juzgado y sentenciado en México por el asesinato del agente”, señaló el citado rotativo

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“‘El día 5 de abril compurgó su pena y no había más cosas por cumplimentar, ni en los estados’, dijo un funcionario federal relacionado al caso. En contraste, Rafael Caro Quintero, ‘El Narco de Narcos’, fue enviado a EU el 27 de febrero [de 2025], y Miguel Ángel Félix Gallardo, ‘El Jefe de Jefes’, aunque el año entrante cumplirá su condena de 37 años por el mismo asunto, quedará libre hasta 2029, por una sentencia de 40 años por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho”, detalló el Reforma.

“Ahora, con 18 enfermedades diagnosticadas, incluidas artritis, pérdida de visión y un tumor en el colon, el capo tiene el derecho a desplazarse en territorio nacional sin obstáculo alguno”, abundó el citado rotativo.

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A cinco meses de que terminara de pagar su condena de 40 años de prisión por el asesinato del ex agente de la DEA y del piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, el capo sinaloense pidió que su castigo se tuviera por cumplido y quedara libre antes de compurgar su pena, el 7 de abril de 2025.

Según lo informó el diario Reforma, el 22 de noviembre de 2024, citando registros judiciales, el cofundador del primer cártel que hubo en México, el de Guadalajara, promovió, ante Jesús Chávez Hernández, titular del Juzgado Décimo Tercero de Distrito en Materia Penal, una demanda de amparo para que resolvieran su solicitud de remisión parcial de la pena, un beneficio que consiste en descontar un día de prisión por cada dos de trabajo a los sentenciados.

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El capo sinaloense reclamó en su demanda de amparo, que tanto el Segundo Tribunal Colegiado de Apelación en Materia Penal, como el Juzgado Primero de Distrito Especializada en Ejecución de Penas en la Ciudad de México, no emitieron ningún acuerdo a su recurso de queja y ejecución de la sanción penal.

Sin embargo, Chávez Hernández se declaró incompetente para tramitar el amparo solicitado por “Don Neto” y lo remitió a un Tribunal Colegiado de Apelación, porque debería resolverlo un órgano jurisdiccional del mismo nivel que el responsable del acto que reclamaba.

“Conforme a la previsión normativa establecida en la ley reglamentaria, la autoridad competente para conocer del acto reclamado, al haberlo emitido un Tribunal Colegiado de Apelación del Primer Circuito, es otro tribunal similar”, señaló el juez, en su resolución.

Familiares de Enrique “Kiki” Camarena presentaron, el 19 de marzo de 2025, una demanda civil, en la Corte Federal de San Diego, California, contra Caro Quintero, Félix Gallardo y Fonseca Carrillo, para exigir pago de daños y perjuicios a los tres capos sinaloenses, a los que acusan de “actos de terrorismo” por el secuestro, tortura y ejecución del del agente especial de la DEA, en febrero de 1985.

Los afectados -entre ellos nueve parientes de Camarena, incluidos su viuda y tres hijos-, demandaron a Caro Quintero, Félix Gallardo y Fonseca Carrillo, bajo reglas de la Ley Antiterrorismo de 1992, que permitía a cualquier estadounidense afectado por este tipo de actos, demandar a los extranjeros supuestamente responsables de dicho delito.

Sin embargo, los demandantes no especificaron el monto de su reclamo, que quedaría a decisión del jurado, pero pidieron pago por daños compensatorios, daños punitivos, y un concepto conocido como “treble damages”, previsto en la Ley Antiterrorismo, por el cual la Corte Federal debería triplicar la cantidad que determinara el jurado.

“Como integrantes de una organización criminal de narcotráfico especialmente designada, y de una organización terrorista extranjera, los demandados causaron las lesiones y muerte aquí descritas, y son responsables por los actos criminales, incluidos actos de terrorismo internacional, conspiración para cometer actos de terrorismo internacional, y participación en una empresa criminal continua con fines de terrorismo”, señalaron los afectados en la demanda.

Según lo reportó el diario Reforma, la mayor parte del escrito era una narración de la vida de Enrique Camarena, su carrera en el Cuerpo de Marines y sus años como policía local en Calexico, California, antes de unirse a la DEA y ser transferido a Guadalajara, Jalisco.

También detalló el secuestro de Camarena y el piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Alfredo Zavala Avelar, perpetrado en febrero de 1985, como reacción de Caro Quintero ante vuelos de reconocimiento que llevaron a un decomiso masivo de mariguana en el rancho Búfalo, ubicado Chihuahua, en noviembre de 1984.

Además, se alegó el sufrimiento de su esposa, Mika, quien se quedó esperando a Camarena en un restaurante en Guadalajara el día que fue secuestrado, y luego tuvo que quedar con sus hijos bajo vigilancia permanente del Gobierno de EE. UU., antes de regresar a San Diego.

Según datos del Buró Federal de Prisiones de EE. UU. (BOP, por sus siglas en inglés), Caro Quintero -de 72 años de edad- se encontraba recluido en el Centro Correccional Metropolitano, Nueva York (MCC New York, por sus siglas en inglés), con el número de registro 12303-016, ello después de ser enviado por el Gobierno mexicano a Estados Unidos, por supuestas causas de seguridad nacional.

Caro Quintero se declaró, el 28 de febrero de 2025 -luego de ser extraditado a EE. UU., un día antes-, en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, como no culpable, de los múltiples cargos en su contra.

Por su parte, lo último que se supo del capo sinaloense Miguel Ángel Félix Gallardo, alias “El Jefe de Jefes” o “El Padrino” -fundador del primer cártel que hubo en México, el de Guadalajara y quien habló por primera vez en público en los 32 años que llevaba preso-, fue en agosto de 2021, cuando se calificó a sí mismo, como un hombre “honesto”, que dijo no saber nada de los crímenes y leyendas que le imputaban.

Durante una entrevista que la cadena estadounidense Noticias Telemundo le realizó, se veía al ex narcotraficante como un hombre anciano, de 75 años de edad -ahora tendría 79-, preso en la zona de máxima seguridad del Penal Estatal de Puente Grande, en Jalisco, postrado en una silla de ruedas, sordo, ciego, afectado por una neumonía y con el brazo roto.

Asimismo, en la entrevista negó haber conocido a Enrique “Kiki” Camarena Salazar, agente de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), asesinado el 7 de febrero de 1985, también en Guadalajara.

“Es un tema muy lamentable. Este señor Camarena. Quienes fueron, quienes hayan sido, hay autores materiales e intelectuales, presos, que han pagado su vida en la prisión y que les ha ido muy mal”, aseveró Félix Gallardo.

“Ignoro el porqué se me relaciona, porque a ese señor yo no lo conocí. Porque te vuelvo a repetir: yo no soy una persona de armas. Lamento mucho, porque sé que era un buen hombre”, insistió el fundador del Cártel de Guadalajara.

Aunado a lo anterior, “El Jefe de Jefes” le deseó a Mika Camarena, viuda del finado agente de la DEA, “la resignación y que tenga la satisfacción de que los culpables del asesinato de su esposo están pagando sus culpas (sic)”.

Por otra parte, Félix Gallardo negó conocer a los también capos sinaloenses Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, los otros dos fundadores del Cártel de Guadalajara.

“No los conozco. En la calle no nos conocimos. Estas personas y yo nunca hemos platicado al respecto. Mi abogado, [Fernando] Martínez Inclán, me dijo: ‘no estás involucrado, nunca platiques’”, señaló ‘El Jefe de Jefes’.

¿QUIÉN ES ERNESTO CARRILLO FONSECA, “DON NETO”?

El narcotraficante sinaloense Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto” -fundador del primer cártel que hubo en México, el de Guadalajara, junto a Miguel Ángel Félix Gallardo alias “El Jefe de Jefes” o “El Padrino”, y a Rafael Caro Quintero, alias “El Príncipe” o “Rafa”-, de 94 años de edad, nació en Badiraguato, Sinaloa, el 1 de agosto de 1930.

“Don Neto” tiene cuatro hijos: Yoanna Fonseca, Ofelia Fonseca Nuñez, Ernesto Rafael Fonseca y Esther Fonseca Valencia. Además, es tío materno de los narcotraficantes sinaloenses Amado y Vicente Carrillo Fuentes, con los alias de “El Señor de los Cielos” y “El Viceroy”, respectivamente, ambos ex líderes del Cártel de Juárez El primero supuestamente muerto y el segundo en prisión, en Oaxaca.

Fonseca Carrillo fue detenido por primera vez, el 4 de abril de 1955, en Mexicali, Baja California. Junto con Caro Quintero y Félix Gallardo, lideró el Cartel de Guadalajara, con el que comenzaron a traficar cocaína a Estados Unidos, además de los derivados de la hoja de Cannabis y la flor de amapola, cultivados en sus predios dentro del territorio mexicano.

El capo fue detenido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en Puerto Vallarta, Jalisco, el 7 de abril de 1985, y desde entonces estuvo preso en el Reclusorio Norte, así como en los penales federales del Altiplano y Occidente, en el Estado de México y Jalisco, respectivamente, además de su domicilio particular.

luego condenado a 40 años de prisión por el asesinato del ex agente de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique “Kiki” Camarena Salazar, y del piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Alfredo Zavala Avelar, ocurridos en febrero de 1985.

“Kiki” Camarena y el funcionario federal mexicano fueron secuestrados por hombres armados el 7 de febrero de 1985, en Jalisco. Un mes después sus cuerpos fueron hallados en un rancho del estado de Michoacán, con señales de tortura, luego de que el Cártel de Guadalajara sufriera importantes golpes de las autoridades mexicanas, en colaboración con las autoridades estadounidenses.

“Don Neto”salió el 20 de julio del 2016 del penal de Puente Grande, en Jalisco. El capo, de entonces 86 años de edad, fue trasladado en una ambulancia desde la prisión de máxima seguridad hasta el Aeropuerto Internacional de Guadalajara. La imagen contrastaba con la del hombre que 30 años antes había sido detenido y que en la rejilla de prácticas tenía el sentido del humor suficiente para hacer con los dedos la señal de amor y paz.

Cuando salió de prisión, a “Don Neto” se le obligó a permanecer en el lugar donde estaba monitoreado las 24 horas, a través de un brazalete electrónico Sin embargo en 2017 consiguió la libertad total. Después de permanecer 30 años en prisión, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le otorgó el beneficio de que cumpliera el resto de su condena en prisión domiciliaria, un recurso que se otorga a reos que ya cumplieron la mayor parte de su condena, en avanzado estado de edad o con problemas severos de salud.

Su hija Yoanna Carrillo señaló, luego de que su padre saliera de la cárcel, que el capo sinaloense estaba casi ciego, padece cáncer de colon, reumatismo, hernia hiatal, hipertensión, paralización parcial del brazo derecho y otras enfermedades.

Desde el 28 de julio de 2016, el presunto narcotraficante compurgó casi ocho años de un total de 40 a los que fue sentenciado, en su lujoso domicilio particular, ubicado en el fraccionamiento Hacienda Valle Escondido, de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, gracias a una medida de confinamiento dictada por un Juez de Distrito. En su residencia se encontraba resguardado por agentes federales y vigilado por cámaras de circuito cerrado durante las 24 horas del día.

Según lo difundió el periodista Carlos Loret de Mola Álvarez, a principios de septiembre del 2016, tanto la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), el Centro de Investigación de Seguridad Nacional (CISEN) y la entonces Procuraduría General de la República (PGR), coincidieron en que “Don Neto ya” no operaba, ni participaba, y tampoco tenía contacto con otros capos del narcotráfico.

A pesar de que las autoridades federales lo consideraban “neutralizado” como narcotraficante, temían que cayera en “la tentación” de volver al narcotráfico o entrara en comunicación con alguno de los capos de la actualidad, según lo aseguró Loret de Mola Álvarez.

Sin embargo, en enero del 2017, el narcotraficante sinaloense fue obligado a pagar una indemnización de 20.8 millones de pesos a las víctimas indirectas de los secuestros y homicidios del agente de la DEA, “Kiki” Camarena Salazar, y del piloto aviador Zavala Avelar, quienes fueron torturados y mantenidos vivo con distintos medicamentos, para prolongar su agonía.

En el capítulo ‘Las mujeres de Don Neto’, del libro ‘Emma y la otras señoras del narco’, la periodista Anabel Hernández García relata un encuentro que ocurrió en 1984, ya que según testigos, la cantante de música ranchera, Luz Elena Ruiz Bejarano, conocida como Lucha Villa, se reunió con “Don Neto”.

Con base en las entrevistas que Hernández García realizó a dos testigos directos: el policía Jorge Godoy y el comandante Ramón Lira, quienes fueron escoltas personales del capo sinaloense, y quienes en la actualidad están en el esquema de testigos protegidos del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Para los primeros años de la década de los 80 del Siglo pasado, “Don Neto” era un conocido capo con amigos influyentes de la política, además en esa época tenía cuatro parejas oficiales: Ofelia Núñez, Rosa Esther Valencia, Rocío Cabañas y Guillermina. También eran famosas sus fiestas, a las cuales llegaban narcos de todo el mundo y hasta eran llevados cantantes famosos como Juan Gabriel.

Según los testimonios recabados por la periodista, en 1984, “Don Neto” llegó en un automóvil blindado a una residencia, subió a una de las habitaciones del nivel superior y al poco rato, su jefe de escoltas, Samuel Ramírez Razo, llegó con una señora. Era Lucha Villa, que en ese entonces tenía 48 años de edad, y era reconocida por sus papeles en el cine y por su gran voz.

“Era una mujer de edad madura, vestida elegantemente con una falda ampona, tableada, color verde menta, y una blusa bien abotonada en la que aún discreta se observaba un busto prominente. Con sus tacones blancos subió las escaleras como si nadie la observara”, narró Hernández García.

La periodista afirmó que Lucha Villa entró en la habitación con “Don Neto” y ahí estuvo durante cerca de dos horas. Godoy se quedó cuidando la puerta con la orden de que nadie abriera. “Ya nomás ella salió, la vi bajando con una sonrisa y unas esmeraldas gigantes color verde, con anillos y esclavas a juego”, describió el escolta, mientras que Lira agregó: “A las esposas las tenían bien, pero con las amantes eran muy generosos, ¡super generosos!”.

Según la investigación periodística, “Don Neto” y “Caro Quintero” acostumbraban cargar maletas con joyas que les vendían en el mercado negro o les llevaban desde Venezuela. Regalaban a las mujeres esmeraldas, collares, aretes, anillos, “debajo está siempre el hombre siniestro. Aunque el dinero y el poder muchas veces hacen que las mujeres a su alrededor se olviden de esto. Incluso mujeres de prestigio mundial”, indicó la periodista.

“‘Don Neto’ era un coleccionista de personas. Y se acercaba a ellas con dinero que venía del crimen y la crueldad en dimensiones grotescas. Se sentía propietario de las mujeres que entraban y salían del infierno donde él mandaba. Desde ahí ordenaba comprar flores para sus mujeres, pero también la muerte de inocentes”, abundó Hernández García, que agregó que aunque el capo fue detenido en 1985, estuvo en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, en la Ciudad de México, donde, “siguió la fiesta”, y era frecuentado por artistas.

Uno de los testigos a los que Hernández García entrevistó para su libro señaló directamente a la cantante Marcela Rubiales, como otra de las mujeres de “Don Neto”, a quien iban a recoger para las fiestas del capo.

La media hermana de Pepe Aguilar, Marcela Rubiales, alta y de piel blanca, Marcela Rubiales es hija de Flor Silvestre y Paco Malgesto. La cantante se casó con el boxeador Ricardo Arredonde y tuvo una hija con él. La pequeña falleció en febrero de 2004.

Marcela Rubiales supuestamente introdujo a Zoyla Flor en la vida de “Don Neto” para relevarla. Según el libro, ambas visitaban al ex líder del cártel de Guadalajara, quien les regalaba joyas y dinero, igual que a Lucha Villa.

Conocida como “La morenita de voz de oro”, la carrera de Zoyla Flor no prosperó durante mucho tiempo, al igual que la de Marcela Rubiales. La periodista narró en su libro, que el padrastro de esta última, llegó a ser amigo de “Don Neto”.

Asimismo, el gusto por los caballos y por la figura de Lamberto Quintero unió a Antonio Aguilar y al capo sinaloense, sin embargo, en el libro no se menciona que el cantante haya participado en el narcotráfico.

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Autor(a)

Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedo
Reportero del semanario ZETA Tijuana y del periódico Noroeste de Culiacán, desde febrero de 2016.
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