La profesora habla con sus alumnos:
– Bueno niños, hoy vamos hablar de arte. A ver Ceci, nómbrame un cuadro famoso.
– “La Gioconda”, de Leonardo da Vinci.
– Muy bien.
– Andy, una escultura famosa.
–Ay profe, pues “El Moisés” de Miguel Ángel.
Publicidad
– Muy bien niños, se ve que estudiaron. Jaimito nómbrame un busto famoso.
– ¡Pues el de Sofía Vergara señorita!
Autor: Pepito.
Yo lo mato
Va una señora con un bebé y un tipo se le acerca:
– Doña Evelia, ¿para dónde va con ese lindo bebé?
– Lo llevo al médico, está enfermito.
– No se puede negar que tiene los mismos ojos y la misma nariz que su esposo.
– [De mala gana] ¿Sí?
– Por supuesto y esa sonrisa igualita a la de su esposo.
– ¿Sí?
– Claro, en otras palabras, este bebé es el vivo retrato de su esposo.
– ¡Ah, desgraciado, yo lo mato!
– ¡Un momento señora! ¿Por qué se enoja si le digo que su bebé es igualito a su marido?
– Es que este niño ¡es hijo de la secretaria de mi esposo!
Autor: La secretaria pillina.
Los castillos
Dos amigos conversan:
– Oye José, ¿sabes la diferencia entre un neurótico, un psicótico y un psiquiatra?
– No, no tengo idea.
– Mira, el neurótico construye castillos en el aire; el psicótico vive en los castillos en el aire que construyó el neurótico.
– ¿Y el psiquiatra?
– ¡El psiquiatra les cobra la renta de los castillos a los dos!
Autor: El paciente.
En la cárcel
Dos presos conversan:
– Oye, ¿tienes familia aquí?
– Claro que sí.
– ¿Pero nunca vienen a visitarte?
– No, nunca.
– ¿Y eso te pone triste?
– No, porque todos están presos aquí.
Autor: Un custodio.
Cómo encontrar otro empleo
El vendedor atiende a un señor:
– A la orden, señor.
– Gracias, quiero un libro que pueda leer en la oficina.
– Mire, este es el que necesita, es muy apropiado para leer en la oficina. Se llama “Cómo tener un aumento de sueldo”.
– ¿Y es bueno?
– ¡Claro! Los que lo han comprado han vuelto por el segundo tomo.
– Ah, ¿es que hay un segundo tomo?
– Por supuesto, se llama “Cómo encontrar otro empleo”.
Autor: Anónimo de una agencia de colocación.
El esposo
La hija a la mamá:
– Mi esposo es un miserable.
– No digas eso, hija; el tonto lleva diez años entregándote sagradamente el cheque del sueldo, el primero de cada mes.
– Sí, mamá, pero ayer me enteré que le pagan quincenalmente.
Autor: El marido.
El novio
El novio a su suegro:
– Señor, quiero casarme con su hija.
– ¿Ya vio a mi mujer?
– Sí, pero prefiero casarme con su hija.
Autor: La suegra.