Pepe y su esposa de charla en el salón; su mujer le pregunta:
— ¿Mi amor, a ti en qué animal te gustaría reencarnarte?
— Bueno, nunca lo había pensado, pero me gustaría ser un perro.
— ¡No, no se vale repetir!
Autor: Un esposo bien “doggie”.
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Viaje por la selva
Iba un hombre caminando por la selva, cuando de pronto lo rodea un grupo de salvajes caníbales, y se veía que no tenían muy buenas intenciones.
— ¡Ya estoy muerto!
En eso, el cielo se abre, aparece un rayo de luz y se escucha una voz profunda que le dice:
— No, todavía no; lo que debes hacer es quitarle la lanza al jefe caníbal y clavársela a su hijo en el corazón.
Entonces, el hombre pelea con el jefe, le quita su lanza y se la clava en el pecho al pequeño que estaba junto a él, ante el asombro de todos los caníbales. El hombre mira al cielo otra vez, y vuelve a escuchar la voz:
— Ahora sí… ¡Ahora sí que estás muerto!
Autor: Un creyente.
Una madre se pregunta
Una madre americana encuentra una lata de cerveza en el bolso de su hija y se pregunta para sí misma:
— ¿Será que mi hija está bebiendo?
Una madre italiana encuentra una caja de cigarrillos en el bolso de su hija y se cuestiona:
— ¿Será que mi hija está fumando?
Una madre gallega encuentra un preservativo en el bolso de su hija, y se pregunta:
— ¡Dios mío! ¿Será que mi hija es todo un varón?
Autor: Un padre cualquiera.
Nada sexy
Una mujer a su marido:
— Desabrocha mi blusa y déjala sobre la mesa.
— Sí.
— Ahora el sostén y ponlo en la cama.
— A tus órdenes.
— Deja mi falda en la silla.
— Claro.
— Ahora mis pantis en el armario.
— Ya está.
— ¡Y que sea la última vez que te pones mi ropa!
Autor: Un activista de algo…
El borracho de la barra
Entra un matrimonio en un restaurante, y cuando se sientan, le dice la mujer:
— ¿Te has dado cuenta del borracho que había en la barra del bar? Es mi ex-novio, que no ha parado de beber desde que nos separamos.
— ¡No me extraña! ¡Todavía está celebrando!
Autor: Un marido.
El mejor método
Jaimito estaba arriba de un árbol y su mamá le dice:
— Jaimito, baja —. Y Jaimito contesta:
— No, no quiero.
Vienen los policías y le dicen:
— Jaimito, baja —. Y Jaimito contesta:
— No, no quiero.
Vienen los bomberos y le dicen:
— Jaimito, baja —. Y Jaimito contesta:
— No, no quiero.
Viene el cura, le hace la señal de la cruz y Jaimito baja.
La mamá le pregunta:
— ¿Por qué bajaste? —. Y Jaimito contesta:
— Porqué el cura me dijo ‘Baja o te mato’.
Autor: Pepito.
En qué se parecen
— ¿En qué se parecen un ingeniero mexicano y un psicólogo mexicano?
— Los dos son taxistas.
Autor: Un abogado mexicano al volante.
Precauciones
Una señora en el ginecólogo:
— Señora, está usted embarazada.
— ¿Otra vez?
— ¿Es que su marido no toma precauciones?
— El sí, pero los otros no.
Autor: Uno de los otros.
Conclusión
Jefe:
— Este es el cuarto día que usted llega tarde esta semana. ¿Qué conclusión saca de eso?
Empleado.
— Que hoy es jueves…
Autor: Anónimo de esta redacción.
El maestro y Pepito
Un día el profesor le preguntó a Pepito:
— Con esta pata de pájaro, dime cuál es el tipo del pájaro, cuánto come cada día y cuántos huevos en cada nidada.
Y dice Pepito:
— ¿Y cómo lo voy a saber con sólo ver una pata del pájaro?
Y dice el profesor:
— ¡Pepito, estas reprobado!, Dime tu nombre y tus apellidos.
Y responde Pepito:
— Adivine.
Autor: Jaimito.
El mono y el león
El león se desplaza majestuosamente por la selva.
El mono lo ve venir y sube velozmente a un árbol.
— Tranquilo, mono: hoy estoy de buen humor y quiero ser amigo de todos los animales. Si bajas no te haré nada.
— No bajo. No te creo.
— Baja, mono. Quiero ser amigo. Para que veas que no te haré nada me voy a atar. ¿Ves? Ya no me puedo mover. Baja y te saludo.
El mono baja temblando del árbol.
— ¿Por qué tiemblas? Quiero ser tu amigo.
— Tiemblo de emoción: ¡es la primera vez que le voy a romper la cara a un león!
Autor: El chango.