En 1972 ABC pasó a la historia de la televisión al ser el primer medio en cubrir una crisis en vivo, ocurrida en los Juegos Olímpicos de Múnich, cuando un grupo de terroristas secuestró a deportistas israelíes, cambió el paradigma noticiero; si bien tal hecho no tendría el mismo impacto en la actualidad, donde demasiados medios realizan coberturas de toda índole incluso a través del celular, es una historia que vale la pena recordar, y que el director Tim Fehlbaum trasladó a la pantalla grande en su película “Septiembre 5”, la cual finalmente llegó a las salas de cines mexicanas.
Si bien el drama histórico no suele ser del agrado de todos, este largometraje logra un balance entre los hechos ocurridos hace más de medio siglo y el dilema existencial con el que se enfrentó el crew deportivo ante un evento que oficialmente no era de su área, pero que ocurría a pocos metros de las instalaciones de ABC.
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Hay algo fascinante y adictivo en las películas sobre los noticieros diarios, una dinámica laboral cuyo ritmo se traduce efectivamente en pantalla debido a una estructura básica: enterarse del tema, preparar la información y materiales audiovisuales y finalmente transmitirlo; y esta producción estadounidense logró capturarlo de manera que el espectador se mantiene al filo del asiento a pesar de ya conocer el desenlace, cualidad exacerbada por la recreación del estadio original donde transmitieron en 1972.
De esta forma, y a pesar de la posible controversia en el contexto actual del conflicto y los horrores vividos en la franja de Gaza, Fehlbaum y el equipo de diseño ofrecieron un retrato más íntimo del quehacer periodístico detrás de la nota, ideando para ello un laberinto con salida, donde cada bifurcación logra que uno quiera saber más de la historia y las pasiones periodísticas, generando una sensación de adrenalina constante, aspecto en que las interpretaciones de John Magaro (‘Vidas Pasadas’), Peter Sarsgaard (‘Presunto Inocente’), Ben Chaplin (‘Oscura Seducción’) y Leonie Benesch (‘Sala de profesores’) producen un contraste atrapante y una película que vale totalmente la pena ver en la pantalla grande.