De 2020 a enero de 2025 fueron diagnosticadas 12 mil 868 personas con tuberculosis pulmonar y extra pulmonar en Baja California. En ese lapso mil 508 pacientes perdieron la vida, aunque la enfermedad infecciosa se puede prevenir y curar.
El problema de salud pública mantuvo al Estado en primer lugar en incidencia y mortandad por 100 mil habitantes a nivel nacional.
La mayoría de los casos y las muertes en Baja California se concentraron en Tijuana, donde hace una década se identificó que una parte de los contagios de tuberculosis pulmonar son causados por la bacteria Mycobacterium bovis (M.bovis), transmitida del ganado bovino a los humanos.
El hallazgo de una investigación de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) es contundente: la “transmisión activa” del ganado bovino a las personas ha incrementado en los últimos años. Pese a ello, BC se ubicó en los estatus zoosanitarios más bajos de tuberculosis bovina (control y escasa prevalencia I) al cierre de diciembre de 2024, quedando muy lejos de la fase de erradicación.
En el mejor de los casos, los indicadores de la Campaña Nacional contra la Tuberculosis Bovina reflejan un paupérrimo avance: el número de cuarentenas (por animales positivos o presencia de la bacteria) prácticamente no varió entre 2020 y 2024, pues osciló entre 73 y 68 al año. Las cuarentenas preventivas pasaron de 306 a 286 y, conforme a pruebas oficiales, 2024 fue el año en que se detectaron más animales con tuberculosis del periodo referido, con cuatro en total (tres en Ensenada, uno en Tecate)
En el mismo periodo disminuyó la certificación de hatos libres de tuberculosis. De los 131 hatos con 9 mil 744 cabezas de ganado en 2020, la cifra se redujo a 55 hatos con 4 mil 032 cabezas para 2024.
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Según datos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), el año 2023 tuvo el menor número de certificaciones (37 hatos, con 2 mil 663 cabezas) y las pruebas de tuberculina realizadas bajaron de 40 mil 384 en 2020 a 34 mil 545 en 2023. Al tercer trimestre de 2024, se habían registrado 30 mil 090 pruebas.
Autoridades estiman que Baja California recuperará la certificación para exportar ganado bovino de pie (vivo) a Estados Unidos en 2027, aunque es incierto que el compromiso del gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda se concrete en su mandato.
El sector ganadero de BC cuenta con un presupuesto inferior al de Baja California Sur y tiene un avance menor al sudcaliforniano en el cumplimiento de los requisitos para la acreditación, en la que ambas entidades trabajan conjuntamente, luego que el Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (APHIS-USDA, por sus siglas en inglés) las englobó en una región, así que no es claro el motivo por el que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de BC propuso una zona acreditable, cuya aceptación de USDA “no se puede garantizar”, y menos la razón de que los esfuerzos para combatir la tuberculosis bovina sigan dejando de lado los municipios con estatus zoosanitario más bajo.
A cuatro años de que Baja California perdió el estatus de exportación, el sector ganadero está en el abandono. Priva el desinterés de los productores, escasean los incentivos y falta liderazgo, ya que la titularidad estatal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) recayó en un perfil político que desconoce el trabajo técnico, concluyeron un ex trabajador de Senasica y un colaborador de USDA.
A condición de no ser identificados, dijeron a ZETA que “no hay infraestructura” veterinaria suficiente, persiste el sub registro por la aplicación de pocas pruebas a animales vivos y en los rastros., y hay hatos que mantienen cuarentenas de años y “movilización irregular sin consecuencias”.
El presupuesto federal y estatal de la campaña contra tuberculosis es ejercido por el Comité de Fomento como organismo operador, que destina la mayor parte del recurso a pagar nómina. La autoridad no le exige una planeación efectiva para cumplir a cabalidad el Programa de Constatación Progresiva de Hatos como marca USDA, y menos aún lo audita.
Como en otros estados de la República Mexicana, los gobiernos federal y estatal han renunciado a aplicar actos de autoridad para dar mejores resultados, situación que -a decir de los entrevistados- repercute en la tasa de tuberculosis de California por la interacción fronteriza, lo que “preocupa” a la administración estadounidense.
Conseguir la certificación beneficiaría a la población bajacaliforniana implica medidas constantes tendientes a ir avanzando hacia la erradicación, además del beneficio económico para los productores, quienes al exportar su ganado a EU, obtendrían un precio hasta dos veces mayor al que perciben en México, donde están a merced del precio estipulado por los “engordadores”.
RETRASO EN BARRIDO
Mientras los sudcalifornianos trabajan en la inspección de todas sus cabezas de ganado, 565 mil, en BC se optó por hacer el barrido únicamente en San Felipe, San Quintín y el sur de Ensenada, identificada como Zona A, con estatus de escasa prevalencia I.
El barrido en esa región concluiría el 20 de diciembre de 2024. Expirado el plazo, el titular de SADER en BC, Juan Meléndrez Espinoza y la directora de Ganadería, Luz del Carmen Gastélum López, atribuyeron el retraso a la falta de médicos veterinarios certificados por Senasica.
Sin establecer otra fecha, la funcionaria aseguró que habría una reunión con el Comité de Fomento y Protección Pecuaria (a cargo de la Unión Ganadera Regional) para saber cuándo terminaría el trabajo y cuánto dinero del presupuestado en 2024 se había ejercido. Información que sería compartida a ZETA y, hasta el cierre de edición, jueves 13 de febrero, no ocurrió.
En entrevista por separado, el presidente de la Unión Regional y del Comité de Fomento y Protección Pecuaria de Baja California, Gustavo Rodríguez Cabrales, explicó que cuatro médicos veterinarios del Comité trabajaron las inspecciones anuales y cuatro externos se integraron en noviembre pasado para el barrido, por lo que fue “muy poco el tiempo que estuvieron colaborando”.
El retraso también se debe a que los productores no reunían al ganado de agostadero, pues en esa parte del Estado las reses pastan en superficies extensas. El productor “nos dice una fecha y no cumple, y nosotros como organismo no tenemos la autoridad para obligarlo”.
En el trabajo de campo se constató que las unidades de producción pecuaria no tuvieron el ganado que el productor tenía registrado; con su autorización está ajustándose la base de datos y se espera un porcentaje más alto de avance, con lo que el barrido podría concluir en marzo próximo.
Rodríguez Cabrales afirmó que, al 21 de enero de 2025, el barrido se había hecho a 100% de las 2 mil 971 cabezas de ganado en San Felipe. Había un avance del 70% de las 34 mil 893 reses en San Quintín y 70% de las 24 mil 453 en el sur de Ensenada. Conforme a esos datos; faltaría inspeccionar alrededor de 19 mil 800 cabezas (17 mil 800 por el barrido inconcluso y 2 mil que ya habían sido examinadas en 2020.) Lo reportado es superior al avance referido por Senasica, del 66.80 por ciento.
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PROPUESTA CONTRAVIENE LO ESTABLECIDO POR LA USDA
Sin haber terminado el barrido, el 14 de noviembre de 2024, la Secretaría de Agricultura de Meléndrez Espinoza envió a Senasica el documento Descripción de Zona Acreditable de Baja California, para proponer a San Quintín, San Felipe y el sur de Ensenada como área sujeta a certificación de USDA, al tener una prevalencia de tuberculosis de 0.00% desde el 8 de julio de 2016 y concordar con la Zona A que había sido acreditada en 2005.
Aunque reconoce que en el norte de Ensenada hay 22 hatos infectados de tuberculosis, “la intención es reducir la prevalencia de forma progresiva mediante el manejo de los hatos con pruebas/eliminación o despoblación de hatos, considerando que la prevalencia aún es manejable y podría integrarse posteriormente a la zona acreditable”.
Se han hecho esfuerzos de vigilancia en los rastros de la zona B -conformada por Mexicali, Tijuana, Rosarito, Tecate y el norte de Ensenada-, pues la gran mayoría de los becerros de la zona acreditable son enviados a la Zona B para pastoreo, engorda y sacrificio. La vigilancia indica que los últimos dos casos positivos originarios de la zona propuesta se presentaron en 2019, “no pudiéndose confirmar la infección en los hatos de origen”, refiere.
El área propuesta para acreditación de USDA (San Felipe, San Quintín y sur de Ensenada) tiene una infraestructura para control de la movilización “que requiere pocos ajustes para ser totalmente operativa”, y en su delimitación geográfica se identifica un punto de tránsito entre las zonas A y B que sería vigilado por volantas.
Sin embargo, los especialistas que pidieron el anonimato manifestaron que las disposiciones de USDA no permiten que las zonas a certificar tengan municipios divididos y sugiere “que no haya, mas no te dice que no puede haber municipios divididos” y se cuenta con el trabajo para georreferenciar los predios y tener el control de las movilizaciones de ganado, defendió Rodríguez Cabrales.
En el sur de Ensenada hay cerca de 400 ganaderos, con 25-30 mil cabezas de ganado que han hecho el esfuerzo de mantener libres sus hatos cada año. “Creo que ese esfuerzo no puedes tirarlo a la basura, tienes que premiarlo”, dijo.
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Por otro lado, el dirigente ganadero planteó la dificultad de establecer una nueva zona sanitaria entre Ensenada y San Quintín, “donde el ganado puede caminar libremente”.
Dado que lograr la certificación como región BC-BCS es un trabajo de ambas entidades, ZETA preguntó sobre la propuesta al secretario de Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario de Baja California Sur, José Alfredo Bermúdez Beltrán, quien consideró “válido” que como estrategia local, BC haga esa regionalización, aunque advirtió: “No lo va a aceptar Estados Unidos porque las reglas son muy claras: es región península”.
Fue enfático al señalar que ambas entidades deben inspeccionar “el 100% del ganado que tiene arete de bovino” y tener todos negativos para demostrar que la región es zona libre de tuberculosis. Ambos estados estamos trabajando “bien” y van avanzando, aseguró.
Bajo esa perspectiva, en Baja California estaría pendiente la inspección alrededor de 90 mil reses en Mexicali, Tijuana, Tecate, Rosarito y la zona norte de Ensenada, según las últimas cifras disponibles del Padrón Ganadero Nacional, correspondientes al 19 de julio de 2024.
En BCS falta inspeccionar un número importante de las 565 mil cabezas de ganado, pues si bien concluyó el barrido en Mulegé, Loreto y Comondú, en Los Cabos y La Paz (donde existen 150 mil) el avance está en 75 y 80%, además de otras 6 mil cabezas que fueron barridas en 2020, reconoció Bermúdez Beltrán.
El presidente de la Unión Ganadera Regional de BCS, Heriberto Rochín Araiza, estimó que a finales de febrero se terminará el barrido en Los Cabos y La Paz, y hasta entonces se conocerán los resultados.
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FACTIBLE PROPUESTA: SENASICA
Un mes después de recibir la propuesta de la Secretaría de Agricultura de BC, el 18 de diciembre de 2024, Senasica respondió que es “factible”. En el oficio firmado por el director general de Salud Animal, Juan Gay Gutiérrez, se hicieron diversas recomendaciones, entre las que destaca incluir datos de control de movilización, inspección de ganado por rastro y seguimiento de hatos cuarentenados, entre otros.
“Para solicitar la revisión para la acreditación de la zona es importante contar con un barrido actualizado, realizado en su totalidad en un periodo no mayor a cinco años y con médicos veterinarios responsables autorizados que cumplan con una tasa de respuesta a la prueba de pliegue caudal”, expuso.
En consonancia con lo expuesto por Rodríguez Cabrales, Senasica consideró que la propuesta de zona acreditable (San Felipe, San Quintín y sur de Ensenada) tiene la ventaja de contar con una barrera física natural que favorece el control de ganado, y que las actividades de los ganaderos de esa área “se han realizado de manera continua, como pruebas de la zona de amortiguamiento y el control de la movilización”.
No obstante, advirtió que “no se puede garantizar” que la propuesta sea aceptada por las autoridades estadounidenses, debido a las nuevas disposiciones de APHIS, referentes a que no puede haber municipios divididos en las regiones.
“Queda pendiente la solicitud formal, ya que se deberá adjuntar el documento de Aclaración de los requisitos de información y criterios para la clasificación de la Tuberculosis bovina y posteriormente Senasica haría una revisión in situ, que podría concretarse en el último trimestre de 2025; una vez evaluada la situación, se podrá considerar la posibilidad de solicitar a APHIS la pre certificación, junto con la información de BCS”, agregó.
En una tarjeta informativa dirigida a ZETA, Senasica aseveró que el trabajo con la Unión Ganadera Regional y las asociaciones locales “tiene áreas de oportunidad, ya que la difusión de las acciones de la Campaña entre las organizaciones es baja, lo que puede ser motivo de que haya insuficiente participación de los ganaderos” para la conclusión del barrido.
El desempeño en los rastros ha mejorado y se avanza en el registro de las movilizaciones de ganado a través del Registro Electrónico de la Movilización (REEMO), “pero aún hay comunidades que no cuentan con centros expedidores”.
En suma, “… se requiere mejorar la coordinación entre las instancias participantes en el estado, ya que la clave para lograr los resultados es una excelente coordinación entre autoridades federales, y estatales, el Comité de Fomento y Protección Pecuaria y las organizaciones de ganaderos, de no ser así, los avances de la Campaña contra la Tuberculosis bovina en esta entidad federativa seguirán siendo lentos”.
En el caso de BCS, la dependencia federal señaló como desafío el control de movilización, pues no ha sido posible registrar todas las movilizaciones con el REEMO y el registro electrónico de las guías manuales se dificulta por la baja conectividad en algunas zonas. La inspección en rastros y el arribo de ganado a rastro cumple los requisitos, “ha mejorado progresivamente hasta funcionar de forma adecuada”.
Por otro lado, Bermúdez Beltrán observó que una limitante en Sudcalifornia será la ausencia de un rastro TIF, que difícilmente existirá en el corto plazo, ya que se necesita una inversión de 50 millones de pesos. Todos los análisis financieros indican que actualmente no es sostenible, a razón que “la cantidad de ganado que se tiene en Baja California Sur no justifica una inversión de esa magnitud”.
Para exportar se requiere ganado de más alta calidad de la que hay en la entidad, de ahí que se trabaja en un programa de mejoramiento genético.
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OPACIDAD EN MANEJO DEL PRESUPUESTO
En 2024, Baja California tuvo un presupuesto de 8.5 millones de pesos (recurso federal y estatal) para las campañas contra la tuberculosis y brucelosis, la operación de puntos de verificación interna y la vigilancia epidemiológica. Esta cifra fue 5.9 millones inferior al monto destinado en BCS para tareas similares.
De 2020 a 2024, el presupuesto federal para la campaña contra la tuberculosis aumentó 1.5 millones en BC: de 2 millones 130 mil 860 pesos a 3 millones 677 mil 633 pesos.
En total fueron casi 16 millones destinados a la campaña contra tuberculosis, de los cuales se ejerció en promedio el 97.5%, sin embargo, se desconoce el detalle del gasto, ya que Senasica y la Secretaría de Agricultura estatal indicaron que la información está en poder del Comité de Fomento, que tampoco la proporcionó. Situación similar en el Comité de Fomento de Baja California Sur, cuyo presidente dijo no tenerla a la mano al momento de la entrevista.
AUMENTA TUBERCULOSIS BOVINA EN HUMANOS
En 2015, Raquel Muñiz Salazar, investigadora de la UABC, hizo un primer estudio con pacientes de la Clínica de Tuberculosis del Hospital General de Tijuana, en el que se identificó que alrededor del 4% tenía la bacteria del ganado bovino.
“En los últimos años, por parte de la investigación se ha encontrado que ha incrementado a un 6 por ciento de Mycobacterium bovis, y que ésta tiene relación genética con la Mycobacterium bovis del ganado que se encuentra en Baja California”, afirmó.
El hallazgo de esta bacteria en personas con una tuberculosis pulmonar significa que la enfermedad se va a transmitir de persona a persona a través del aire, lo que implica una mayor dispersión. Distinto a lo que ocurre con la tuberculosis bovina generada por comer productos lácteos contagiados sin pasteurizar, que generalmente provoca la tuberculosis en intestinos, también definida como tuberculosis extra pulmonar, explicó Muñiz Salazar.
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Otro estudio que analizó quesos frescos que vendidos en diferentes tiendas de BC reveló que alrededor del 1% estaba infectado con Mycobacterium bovis, lo que implica “una transmisión activa”.
De igual forma, consideró que no hay una promoción “contundente” y permanente que advierta a la población sobre el riesgo de consumir alimentos contaminados, pese a que debiera hacerse sobre todo en BC y el sureste del país, donde hay más casos de tuberculosis y 8 de cada 10 personas desconoce que aún existe la enfermedad y cómo se transmite.
En 2023, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) hizo una inspección a establecimientos donde se venden lácteos; en 2024, fueron 32 (15 en Mexicali, 8 en Tijuana y 9 en Ensenada), encontrándose como principal irregularidad la “falta de mantenimiento a paredes y pisos”, según datos de la Secretaría de Salud estatal.
En opinión de Muñiz Salazar, no se ha podido erradicar la tuberculosis en el ganado bovino de BC, ya que se requiere invertir dinero por parte del productor, quien al detectar un animal infectado debe sacrificarlo. “Si no hay apoyo del gobierno es complicado hacer esas inversiones”.
El año pasado, BC no tuvo un programa específico para apoyar presupuestalmente a los productores mientras Baja California Sur y la Federación destinaron 340 mil pesos al Programa de Eliminación de Animales Positivos.
La investigadora expuso que una práctica que se da en pequeños productores en BC es el traslado de ganado enfermo de un lugar a otro para evitar que sea detectado, lo que hace “difícil” erradicar la enfermedad.
Por su parte, Rafael Laniado Laborín, director de la Clínica de Tuberculosis del Hospital General de Tijuana, coincidió en que subsiste la tuberculosis bovina en Baja California porque se desconoce cuántos animales están infectados: “Si yo tengo una vaca lechera no le voy a hacer las pruebas, porque si sale positiva, la tengo que matar y me consuelo con decir: ‘Bueno, al cabo con la pasteurización se destruye el bacilo y ya se acabó el problema’”.
En tanto, el trabajador de USDA que pidió el anonimato calculó que el consumo de leche cruda y productos lácteos sin pasteurizar podría ser cercano al 50% de la producción local. Nivel superior al de la media nacional, ya que SADER federal reconoce que 28% de los 12 mil litros de leche producidos en el país son consumidos sin el debido proceso térmico.
TRASMISIÓN EN COMUNIDAD POR DESABASTO DE MEDICAMENTO
Cada año, la Clínica de Tuberculosis del Hospital General de Tijuana atiende prácticamente mil pacientes con tuberculosis resistente, es decir, personas que no evolucionan como se espera con el tratamiento médico o que tienen reacciones adversas a los fármacos.
La mitad de los pacientes con tuberculosis resistente tienen diabetes mal controlada, otro 10% Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), otro tanto, hepatitis C y 90% consume productos ilícitos, “principalmente cristal y marihuana”, además de alcohol.
“La principal comorbilidad que tienen los pacientes que vemos aquí y en todo el país es la pobreza”, refirió el entrevistado.
Además de las pastillas, el paciente requiere un soporte social, pues mientras está en tratamiento no puede ir a trabajar porque está infeccioso y su familia queda sin ingreso.
Laniado Laborín dijo que anteriormente la mayoría de los casos resistentes ocurrían por tratamientos inadecuados, “no le dábamos el medicamento que debería ser y la bacteria se hacía resistente”, pero hoy en día, “desafortunadamente es por transmisión en la comunidad”.
Esto ocurre por el retraso en el inicio del tratamiento a los enfermos y porque en los últimos meses ha habido desabasto en algunos medicamentos utilizados para tratar la tuberculosis resistente. La transmisión en la comunidad hace que “no podamos bajar” las tasas de tuberculosis, que a nivel nacional están “estancadas” desde hace 10 años.
Cada enfermo infecta a 20 personas, “dos de ésos van a tener tuberculosis más tarde si no se hace nada, y esos dos van a generar otros dos, entonces es exponencial el crecimiento”, de ahí que debe tratarse a los infectados y no sólo a los enfermos, aseveró el neumólogo e integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
Desde 2023, el Programa Nacional de Tuberculosis eligió a BC para efectuar una transición en pruebas de diagnóstico conforme a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sustituyendo la prueba que siempre se había usado (baciloscopia) por un examen molecular que “es muy sensible y efectivo” y que ha hecho que haya un incremento “importante” en la detección de casos, acercándose a las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, a nivel nacional persiste el sub registro. La brecha es amplia entre lo que reporta México (una tasa de 17 por 100 mil habitantes) y el cálculo de la OMS, de 28. La mitad de los pacientes obtienen tardíamente el diagnóstico.
Por la cercanía con México y la migración, estados fronterizos de Estados Unidos como California tienen tasas más altas que el resto de las entidades de esa nación, sin embargo, EU es el país con menos tuberculosis del mundo.
Si bien la vacuna contra el bacilo “no previene la tuberculosis pulmonar en el adulto”, es efectiva para disminuir el riesgo de tuberculosis meníngea y tuberculosis diseminada en los niños. “Cuando hemos tenido desabasto, que ha habido desabasto de la vacuna en México recientemente, aumentan los casos de tuberculosis meníngea y diseminada en niños”, refirió el consultado.
En el mundo, la estrategia Fin de la Tuberculosis de la OMS que pretende tener menos de un caso por cada millón de habitantes reporta avances magros. Por ejemplo, se esperaba que la incidencia disminuyera 50% en 2025 comparado con 2015, pero la reducción apenas es de 8.3%. En el número de enfermos se proyectaba lograr 75% menos casos, sin embargo, la incidencia sólo se ha reducido en 23%, finalizó Laniado Laborín.