De esos conciertos que se viven al menos una vez en la vida; y una tarde-noche con El Consorcio es sin duda parte del checklist musical para todos los amantes de canciones melódicas, como la que vivió la frontera bajacaliforniana este domingo 16 de febrero en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana (CECUT).
Si bien algunas butacas permanecieron vacías y el evento inició media hora después de lo estipulado, eso no fue impedimento para que Estíbaliz, Iñaki y María Blanco ofrecieran un repertorio de 24 grandes momentos de la agrupación española, pidiendo disculpas por el atraso debido a un problema técnico, y por la ocasión en la que Amaya no pudo estar presente debido a indicaciones médicas, y Carlos no lo estuvo por motivos desconocidos.
“Mucha gente conocida, muchos años viniendo. Hemos llegado ya hace seis días y hemos hecho 25 entrevistas de televisión, de radio. Es una gira muy intensa. Hay como 56 años de carrera y nunca hemos suspendido un concierto porque faltara alguien de nosotros y lo llevamos a rajatabla”, introdujo Iñaki tras iniciar el show, acompañados de sus músicos Carlos (guitarra), Arturo (batería y voces), Pedro (piano) y David (bajo), y donde María demostró su sinergia con su madre y tío, pero también dejando en claro quienes son los íconos del grupo, al vestir de negro igual que los músicos, mientras que Estíbaliz portaba pantalón y túnica en tonalidades pastel, e Iñaki un chaleco con camisa de vestir blanca.
“Qué buena idea habéis tenido. Habéis pensado ‘¿qué hacemos hoy? Vamos a ver a estos chicos’, y alguno de vosotros hasta habrá ensayado en casa. Todas las canciones que llevamos a través de estos años las hemos traído durante tantos años porque vosotros habéis querido, porque si no estáis aquí después de 56 años, nosotros tendríamos que irnos a casa. Y yo estoy dispuesta a que me sorprendáis, que cantéis con nosotros”, anticipó Estíbaliz ante un repertorio que hizo eco en los tijuanenses, conmovidos ante el huateque en que incluso se encendieron las luces para ver a los tijuanenses bailar y corear, como fue el caso en “Las muchachas”, “El chacachá del tren” y “Amor de hombre”.
Publicidad
Sin duda, como reiteran sus integrantes, todo queda en familia, en una agrupación surgida entre hermanos en Bilbao, España, pero también en unas grandes voces y personalidades que ya quisieran tener artistas de las generaciones más jóvenes, al presentar sonidos muy pulcros y sinceros, porque como bien confesaron los del Consorcio, “algo hemos hecho bien con estas canciones maravillosas”, las cuales refuerzan su amor por México, al cual consideran una segunda casa, y donde la ciudad fronteriza fue el hogar depositorio de canciones que reflexionan sobre la existencia humana y las relaciones en torno al amor.
Fueran las butacas junto al escenario o las ubicadas hasta el balcón, siempre hubo alguien cantando o gritando de emoción al escuchar sus versos favoritos de “Canta charango”, “Cachito mío”, “Qué pasará mañana”, “Dónde estás corazón”, “Eres tú” o “Secretaria”, que no sólo transportaban a “La otra España” que forjó inicialmente Mocedades hasta que en 1993 surgiera El Consorcio, sino que generaban una vibra atemporal dentro de la Sala de Espectáculos, en un set donde aprovecharon también para un petit comite de cuatro canciones acústicas; un homenaje a Armando Manzanero con “Esta tarde vi llover; una reinterpretación de “California dreamin (de The Mamas & The Papas); y “Adivina”, uno de sus últimos sencillos obsequiado por Juan Carlos Calderón; así como un abrazo musical a Sergio Blanco y Roberto en “Pange lingua”.
Finalmente, una vez más El Consorcio demostró que hay un público ávido de seguir escuchando en vivo el folk en español, despidiéndose de Tijuana con ánimos de continuar volviendo. “Gracias Tijuana una vez más por el cariñito. Os agradecemos todo lo que cantamos, las sonrisas que nos es echáis; es un lujo. Que no sea la última vez que nos despedimos; hasta siempre”.
Gracias por la nota. Sólo apuntar que no fue María Blanco la que se presentó, sino su hermana Allende Blanco.