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lunes, enero 13, 2025
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“La poesía es parte esencial del ser humano”: Ada Salas

“Para mí la poesía es un territorio de lo maravilloso, no en el sentido de lo hermoso, sino de la maravilla como lo no explicable, lo fascinante, lo escondido y lo bello también que está en todos nosotros”, expresó a ZETA la autora española

 

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Leer a la poeta Ada Salas es tan fascinante como escucharla en una conversación cotidiana. Se trata de una de las autoras fundamentales de la tradición poética en lengua española de su generación sesentera.

Como parte de la delegación de España País Invitado de Honor de la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Salas estuvo en México, donde compartió una lectura en el Salón de la Poesía, con la presentación y comentarios del poeta bajacaliforniano Jorge Ortega.

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En esa ocasión, no sólo compartió de viva voz un recorrido por su obra poética en el ya emblemático Salón de la Poesía de FIL Guadalajara, sino que también entabló un memorable y sustancioso diálogo con ZETA.

UNA ANTOLOGÍA ESENCIAL

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Una parte de la obra de Ada Salas ha sido publicada en la editorial Pre-Textos de España; afortunadamente, el Fondo de Cultura Económica (FCE) ha publicado “Escribir y borrar. Antología esencial” (FCE, 2016) donde converge lo más selecto de su propuesta poética, que proviene de poemarios como “Variaciones en blanco” (1994), “La sed” (1997), “Lugar de la derrota” (2003), “Esto no es el silencio” (2008), “Limbo y otros poemas” (2013), “Diez mandamientos” (2016) y “Antología de textos acerca de la escritura poética” (2005-2014).

– ¿Reconoces un antes y un después en tu trayectoria o búsqueda poética tras la publicación de “Esto no es el silencio” (2008)?

Sí, eso así es. Yo recuerdo perfectamente cuando empecé a escribir lo que luego sería el primer poema del libro, sé dónde estaba, sé lo que veía, estaba en mi casa y sé que en cuanto salió el primer verso -llevaba casi tres años sin escribir-, pensé: ‘Esto es otra cosa con respecto a lo que había hecho antes’. Enseguida noté que había otra respiración. Y bueno, para mí fue una experiencia también muy interesante, muy vertiginosa, notar que estaba empezando una incursión en otra en otro modo de decir”.

 

EL POEMA ES UNA ESPECIE DE FRAGMENTO DE UN DISCURSO”

Normalmente, en la obra de Ada Salas los poemas no tienen título, de manera que repentinamente el poema irrumpe. Por supuesto, la autora tiene su argumentación:

Para mí el título cierra demasiado el texto. Me imagino que poner primero el título y luego escribir el poema, creo que ya el título condiciona al texto. Si titulas, por ejemplo, ‘Amanecer’, significa que tú vas a hablar de un amanecer, si lo escribieras al principio; si lo escribieras al final, escribieras el poema y pones un título que es deducción de lo que ha escrito, digamos que no deja espacio al lector. Lo veo así, porque es una especie de condicionante de la lectura.

Yo pienso que el poema es una especie de fragmento de un discurso, de un silencio que hay antes y un silencio que hay después, pero en ese silencio ya hay un discurso en el que de repente la palabra surge en el poema y luego el poema acaba y volvemos a ese silencio otra vez. Ahí no hay título, es un discurso como ininterrumpido. También pienso que todo libro es una especie de poema en poemas y que un título cortaría demasiado esa posible lectura continuada. Creo que el no poner título deja más espacio al lector, más libertad”.

Foto: Cortesía FIL Guadalajara-Eva Becerra

– A propósito de “un solo discurso”, al no haber títulos en tu obra, da la impresión que tus libros son como poemas largos como el poemario “Esto no es el silencio”, por ejemplo…

Sí, algo así. Sí, es como si fuesen también fragmentos de un discurso, una especie de silencio de fondo, continuo, y de repente hay una voz que sale en un poema que enlaza directamente o no con el otro, pero sí son voces de un mismo estado del lenguaje y del ánimo también”.

– Al no haber títulos en tus poemas, el lector entra de lleno al poema. ¿Qué tan importante es el primer verso?

Mucho, porque yo corrijo muy poco, como que el poema me viene bastante dado. Siempre el punto de partida es un primer verso que aparece. Machado decía: ‘El primer verso nos lo regalan los dioses’. Entonces, aparece un verso y ese va tirando de otros y de otros y, desde luego, es la verdadera semilla que luego germina y crece en el resto del poema. Entonces el poema empieza por ahí, claramente, tira de lo demás y, claro, el primer verso es muy importante y el último también”.

 

EL LUGAR DE LA SOMBRA”

La poesía de Ada Salas deambula entre sombras, el limbo o lo onírico. “… y hermanos que aparecen en los sueños / como anuncio secreto de un tiempo / no vivido”, se lee por “Esto no es el silencio” (2008).

– ¿Qué tanto los sueños participan o influyen en tu obra poética o al crear un poema?

En ese poema en concreto sí tiene que ver con el sueño. Sueño mucho, como todos, con elementos de mi familia, mi madre, mi padre, mis hermanos. En ese caso sí es una transcripción directa de una experiencia onírica y ya sabemos que el trasvase entre la vigilia y el sueño, la frontera se pierde mucho en el mundo de la escritura, en el mundo de la poesía, yo lo vivo así. Como que lo onírico se hace muy presente en el mundo real y eso me interesa. Yo creo que esa puerta tiene que estar abierta a la hora de escribir”.

– “De allí / y de otro tiempo extraño al mío / me llegan estos raros animales. / No los llamo palabras. / No se llaman palabras. / Y no los acaricio / porque muerden”, escribes en “Esto no es el silencio” (2008). ¿Podrías hablarnos de esos “ramos animales” o sombras como punto de partida quizá para la creación poética?

Más que un punto de partida, yo creo que es ahí en ese territorio donde se trabaja, en el territorio de la una: es que no sé si está en el fondo o en el centro o en un lugar que está pero que no conocemos, puede ser el lugar de la sombra, de lo oscuro, de lo no procesado, puede llamarse subconsciente, en fin, no sé exactamente qué nombre darle. Desde luego, sea con voluntad de entrar ahí o no -porque en mi caso voluntad hay poca, simplemente la cosa sucede- es ese mundo el que aflora, el mundo velado, el mundo oculto que está en sombra, que aparece”.

 

TODO POEMA ES UNA POÉTICA”

Recorrer la obra de Ada Salas es también encontrarse con una poética que plantea la autora: “Las palabras que dije ya no / me significan. No sabía que a todo / le sucede lo mismo / y que mueren de tiempo / también / las palabras. O seré yo / tal vez. O seremos lo mismo. / Un oscuro temblor donde resuena / lejos / lo vivido”.

– ¿Por qué a través de un poema también es posible establecer una poética? Sobre el lenguaje, sobre poesía y, por supuesto, alrededor de las palabras…

Yo creo que todo poeta tiene una relación muy particular con el lenguaje, se puede llamar idiolecto, que es un término muy técnico, pero es una manera de habitar el lenguaje particular. Si tú les a los poetas que admiras o que te llenan o que te dicen, a veces dices: ‘¿Es posible habitar el lenguaje de manera tan diferentes?’. Una de las cosas que descubre un poeta cuando escribe, es que hay siempre caminos en el uso de la misma lengua por transitar, que no se han transitado, y ese camino de repente lo abre un poeta. Evidentemente, la relación con el lenguaje, con las palabras, con esta cosa tan extraña que es escribir, puede ser más o menos obsesiva en el sentido de multipresente en el trabajo que una hace. Eso que se llama metapoesía: –no me gustan los tecnicismos-, pero constantemente es frecuente que los poetas hablemos sobre la escritura de la poesía, porque es algo tan que se nos escapa, que a veces necesitamos que el poeta nos aclare cosas que no sabemos sobre ello”.

Fue así que Salas planteó su idea de entablar una poética a través de la escritura de poesía: “Evidentemente, todo poema es una poética, porque muestra cuál es esa especie de lucha y a la vez de encuentro con el mundo de las palabras. A mí me dicen siempre que mi poesía es muy metapoética, pero es que para mí la poesía es mi vida, mi relación con las palabras es lo más puro que hay en relación con la vida. Entonces, esa interpelación, a mi manera de escribir, es una interpelación también a mí manera de vivir, es la mejor parte de mi vida para mí que es la escritura”.

Cortesía

UNO ES POETA MIENTRAS ESCRIBE”

Se lee en “Poética y poesía” de Ada Salas, editado por la Fundación Juan March: “La ‘mente’ trabaja, sotto voce, imperceptiblemente para el que escribe, en el tiempo”. Luego, en la charla con este Semanario, argumentó:

El poeta no existe salvo que no haya poema. Es decir, hasta que no hay un poema, no hay un poeta. Un poema puede ser mental, puede ser exclusivamente oral, puede ser escrito claro está; puede llegar a un lector o no. Por desgracia, hay muchos poetas que escriben y no tienen ocasión de publicar o de ser leídos o escuchados, pero según yo lo veo, uno es poeta solamente mientras escribe, o sea, la condición de poeta para mí está en el momento de la escritura. Luego eso desaparece, tiene mucho de fantasmagórico”.

Confesó: “Una de las cosas que me pasan es que cuando más o menos se cierra el proceso de un libro no sé si voy a volver a escribir nunca más, incluso cuando se acaba un poema; como tiene algo de milagroso, una se pregunta: ¿Esto podrá volver a repetirse alguna vez? Es una sensación de alivio, de felicidad, cuando pasa un tiempo ya de haber terminado un libro, vuelve a nacer un poema y tú sabes que en ese nacimiento hay la posibilidad o el horizonte de volver a decir otra vez: ‘Pero uno es poeta mientras escribe, el resto del tiempo no lo es’”.

 

EL YO QUE ESCRIBE TIENE ALGO DE MÚLTIPLE, DE EXTRAÑO”

Este cuerpo que huye, no es el mío”, se lee en un poema de “Lugar de la derrota” (2003). La cita que se le lee a la poeta vino a cuento nada más para plantearle la pregunta de rigor:

– ¿Podrías hablarnos de la introspección, del desdoblamiento? En todo caso, ¿quién habla en la poesía de Ada Salas?

No tengo la menor idea”, contestó con la debida sorna, pero luego vino la argumentación: “Probablemente sería una mentira decir que es un yo que no tiene que ver conmigo, porque curiosamente una vez que un poema está terminado y lo leo, sí descubro cosas de mí que tienen que ver a lo mejor con mi pasado o con una manera determinada de vivir una experiencia, pero que no había pasado a mi conciencia”.

Entonces reveló: “Yo creo que el yo que escribe tiene algo de múltiple, de extraño, y tiene algo de común; es una especie como de voz ancestral o de voz del propio lenguaje que quiere decirse: ‘Y tú estás ahí para recoger ese mensaje o esas palabras’, pero no tengo una sensación de autoría clara de ‘Soy yo quien escribe esto’, y eso es lo que me interesa, o sea, si yo supiera que soy yo la que escribe, esa sensación de extrañeza, de vértigo, de experiencia rara, se perdería. Yo no voy a un poema a decir: ‘Ay, voy a contar lo que me pasa. Yo, a Salas como tal, voy a hablar de mi vida’, a mí eso no me interesa. Generalmente un poema es un artefacto puramente lingüístico”.

Entonces citó al Premio Nobel de Literatura mexicano: “Octavio Paz decía que ‘Las palabras tienen imán’, ¿en qué sentido? Yo creo que en varios: tienen un imán para el lector y unas palabras tienen un imán con respecto a otras y unas van atrayendo a otras; hay un hilo de lenguaje que se construye, no es un hilo vacío, evidentemente ahí aparecen cosas de ti, pero cosas que tú jamás pensabas que iban a aparecer”.

LA POESÍA ES PARTE ESENCIAL DEL SER HUMANO”

Hacia el epílogo de este diálogo para ZETA, Ada Salas compartió algunas consideraciones sobre poesía; previamente se le cuestionó cómo ha evolucionado su idea de poesía desde el inicio de su trayectoria hasta la actualidad.

En esencia no ha cambiado nada, no ha cambiado de lo que yo sentía cuando escribía con 13, 14 años, no ha cambiado. Ha cambiado la manera de, por supuesto se ha enriquecido por todo lo que he podido leer. Lo que sí está claro es que cada vez me fascina más. Creo que la poesía es una parte esencial del ser humano y de la vida, y he tenido mucha suerte por rozarla o tocarla tanto como lectora como escritora, pero en realidad no ha cambiado”, sostuvo Salas.

Para mí la poesía es un espacio de comunicación y de consuelo, pero no de comunicación en el sentido de que yo expreso a través del poema y me comunico, sino la maravillosa comunicación que se da entre el poema y el lector, y la posibilidad que ofrece el poema de comunicarse con uno mismo. Ahora estoy hablando del punto de vista de la lectora, pero todo poeta es un lector, es decir, cuando uno acaba de escribir un poema, ya deja de ser escritor, se convierte en lectora del texto. Entonces, esa comunicación que te produce que tú como lectora tengas la posibilidad de que un poema te descubra cosas de ti misma, de la vida, de los otros, me parece absolutamente maravilloso en el sentido de hermoso, de fortuna, de regalo que te hacen los dioses, ‘No estás sola’.

Por ejemplo, yo pues leo a Paz o a Vallejo y siempre siento como lectora: ‘No estoy sola en este mundo, hay alguien que dice lo que yo necesito decir, alguien que me consuela’. Por ejemplo, en una situación de dolor que alguien pueda ponerle palabras a eso que tú sientes, es un alivio tan enorme”.

La poeta ibérica lapidó: “Para mí la poesía es un territorio de lo maravilloso, no en el sentido de lo hermoso, sino de la maravilla como lo no explicable, lo fascinante, lo escondido y lo bello también que está en todos nosotros”.

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Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Estudió Comunicación en UABC Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en Baja California en la categoría de Periodismo Cultural. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”. Periodista cultural en Semanario ZETA de 2004 a la fecha.
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