“El gran desafío de la ciencia ficción es llegar al público, convencer a los lectores de que leer ciencia ficción no es un subgénero, no es una subliteratura, no es para tontos, sino que leer ciencia ficción es justamente lo contrario”, expresó a ZETA la autora de “El mundo de Yarek”, novela reeditada 30 años después de su primera publicación
Hablar con Elia Barceló es como adentrarse en otros mundos propios de la ciencia ficción. Referente de la ciencia ficción en lengua castellana, Barceló se ha abierto camino en medio no sólo de otros géneros literarios, sino entre sus pares masculinos a lo largo de las últimas cinco décadas.
Precisamente, uno de sus libros más celebrados de ciencia ficción es “El mundo de Yarek”, título con el que obtuvo el Premio Internacional de Novela Corta de Ciencia Ficción de la Universidad Politécnica de Catalunya 1993, mismo que reeditó el Fondo de Cultura Económica (FCE) en 2024, a 30 años de su aparición.
“‘El mundo de Yarek’ es mi obra más reeditada. Es bastante curioso, ha tenido varias reediciones en España y ahora en México, incluso en diferentes editoriales en España. Entonces, de alguna manera debe ser una obra que tiene una repercusión, que tiene un eco en muchos lectores porque después de 30 años sigue actual; o sea, sigue tratando temas que son importantes y que a las lectoras y lectores les afectan, les tocan”, refirió a ZETA Barceló al presentarse en FIL Guadalajara 2024, el acontecimiento literario más importante de Iberoamérica al que acudió como parte de la delegación de España, País Invitado de Honor.
De hecho reconoció que de “El mundo de Yarek” se han reimpreso “posiblemente más de 50 mil ejemplares, han sido muchos años, pero vamos, es una de estas cosas que llaman long sale, o sea que no se vende mucho de golpe, sino poco a poco, a goteo; bastantes de mis libros son long sale, tienen una vida muy larga”.
HACE TRES DÉCADAS
En “El mundo de Yarek”, Lennart Yarek se enfrenta a una condena de 20 años, exiliado en el planeta Yermo, el cual crea para subsistir. Cual ermitaño, Yarek deberá dar cauce a las pasiones humanas extremas propias de la soledad.
– ¿Cuál fue el origen de “El mundo de Yarek”?
“Digamos que hay varias chispas que forman el fuego, una de ellas era la sensación de la soledad, de estar solo en un lugar extraño. Yo llevaba unos pocos años que me había trasladado a vivir a Austria y parte de mi sensación está en Yarek, esa sensación de que estás sola en un lugar donde no hay nadie más que sea como tú, en un lugar que es distinto a lo que tú conoces, esa era una parte.
“Luego, otra parte que a mí me interesaba mucho era la cuestión de la colonización, o sea, de qué derecho tiene una civilización a invadir el territorio de otra civilización y mejorarlos; una forma muy fácil de hacerlo es decir: ‘Es que no son humanos, no son como nosotros y entonces hay que ayudarlos para que lleguen a serlo’. Era un tema que a mí me interesaba mucho. Otro tema que me interesaba mucho y que también se unió es cómo puede uno estar seguro de que las cosas son como son, como las ves, como las captan tus sentidos, si la realidad es real”.
– ¿Cómo fue recibida por los lectores “El mundo de Yarek” hace tres décadas?
“La recepción siempre fue muy buena. Fue también bastante curioso, porque cuando ganó el Premio y se publicó, yo era la única mujer que escribía ciencia ficción en España. Entonces hubo muchos colegas, hombres, que estaban un poco molestos que una mujer hubiera ganado y cuando leían la novela decían: ‘Hombre, claro, has jugado sucio, porque parecía escrita por un hombre’. Daba la sensación de que había temas o enfoques sobre un tema que eran masculinos y otros que eran femeninos. Y claro, como mi personaje central es hombre y sus problemas se derivan también en parte del hecho de que es hombre, pues entonces pensaban que una mujer no tenía derecho a escribir eso, que una mujer debía ser más dulce, más suave; y ha hecho también que la novela haya permanecido en el tiempo, porque si hubiera hecho una novela más blandita y más suavecita, pues a lo mejor ya no tendría que ver”.
Aislado, a 20 años de cumplir con su exilio, Yarek resolverá sus pasiones humanas llevadas al extremo: “Se dice que la literatura se nutre básicamente del amor, la muerte y las pasiones humanas. Entonces, yo aquí estuve trabajando sobre todo con las pasiones extremas, con las grandes pasiones, porque ni siquiera la muerte es mucho tema y el amor es solamente recuerdos del pasado”.
DESPUÉS DE “UNA ODISEA DEL ESPACIO”
En la entrevista para ZETA, Elia Barceló (Alicante, 29 de febrero de 1957) confesó algunos detalles sobre cómo o por qué empezó a escribir ciencia ficción. Cuando se le preguntó qué fue fundamental en su trayectoria como autora de ciencia ficción citó, por supuesto, los grandes autores del género, pero también evocó la época de la aparición de la película “Una odisea del espacio”, de Stanley Kubrick, originalmente estrenada en 1968, cuando ella rondaba los 11 años de edad.
“Existe ese momento que llaman los americanos de epifanía. Primero, yo empecé con la ciencia ficción porque mi padre era muy lector de ciencia ficción y muy amante de la ciencia. Cuando tenía 11 años me regaló una novela de Julio Verne, ‘Viaje al centro de la Tierra’, que fue mi primera novela sin dibujos, sin imágenes; yo me sentía muy adulta, muy mayor. De ahí pasé a Wells, luego empecé a leer los grandes de ciencia ficción: Isaac Asimov, Brian Aldiss, Ray Bradbury, entonces me aficioné terriblemente a la ciencia ficción, porque me di cuenta que la ciencia ficción era el único el único género que, aparte del amor, la muerte y las pasiones, trata temas realmente nuevos: sobre la genética, la robótica, estas cosas que todavía no eran, pero iban a ser en un futuro muy cercano”.
Entonces trajo a la memoria:
“Luego hubo un momento crucial: cuando yo tenía entre 11 y 12 años, se estrenó en España ‘Una odisea del espacio’, de Stanley Kubrick, yo fui al cine con mi padre y salí alucinada, o sea, no lo acababa de entender, no sabía bien qué había visto, pero yo dije: ‘Eso es lo que yo quiero, yo quiero pertenecer a eso’. Entonces mi primera ocurrencia fue decir: ‘Pues quiero ser astronauta’. Luego pensé que, claro, siendo niña española, iba a ser muy difícil llegar a ser astronauta. Pensé: ‘Bueno, pues la otra posibilidad es escribir’. Entonces empecé a leer cada vez más y a inventarme finales alternativos, otro diálogo, otro personaje, hasta que empecé a escribir por mí misma”.
“POCO A POCO NOS FUIMOS LIBERANDO DE ESA TUTELA ANGLOSAJONA”
La narradora ibérica también relató a este Semanario cómo se abrió camino en la ciencia ficción en España a fines del Siglo XX; obviamente no fue tan fácil.
– ¿Cómo era la creación de ciencia ficción en la década de los 80 y 90 en España, con relación con el mundo anglosajón?
“En España, la ciencia ficción traducida desde los países anglosajones empezó en los años 60, 70; luego, en los 80 empezaron a surgir poquito a poco escritores que escribían ya en español y empezaban a tener una periodicidad. Y en los 90 ya se produjo ese cambio de ‘Nosotros somos españoles, vamos a escribir como españoles’, y poco a poco empezaron también cada vez más mujeres, cada vez más chicas que amaban la ciencia ficción por sí mismas, no por ser novias de alguien o esposas de alguien”.
Entonces contó que, hispanoparlantes al final, tanto España como México tienen experiencia similar en cuanto al auge de la ciencia ficción en español.
“Yo creo que ustedes aquí en México han tenido la misma experiencia: que tenían muy buenos autores de ciencia ficción, pero no tenían manera de competir con lo anglosajón. En España el género empezó a base de traducciones del inglés, muy malas traducciones la mayor parte; y la gente leía no por cuestiones literarias, sino por cuestiones temáticas, porque las traducciones eran tan malas. Entonces se creó una escuela de gente que quería escribir ciencia ficción en España, desde España, en español. Éramos muy poquitos y los editores no nos hacían ningún caso, porque pensaban que un español escribiendo ciencia ficción era como un astronauta que se llamara Pepe; o sea, era algo que no podía ser, los astronautas se llamaban John, Jim o Phil, pero Pepe no se podía llamar un astronauta porque daba risa. Sin embargo, poco a poco nos fuimos liberando de esa tutela anglosajona y poco a poco empezamos a escribir ciencia ficción que era pensada por españoles, con temas más o menos hispanos”.
Entonces compartió sobre el panorama de la ciencia ficción en español con relación a otros idiomas: “Sigue habiendo muchísimos escritores y escritoras traducidos del inglés porque es el idioma del que más se traduce ciencia ficción. Por ejemplo, ciencia ficción alemana tuvo un pico durante un tiempo, pero luego se perdió, prácticamente no se traduce del alemán; casi no se traduce del francés, casi nada del italiano, pero del inglés sí y algunas cosas del ruso”.
“EL GÉNERO MÁS EXIGENTE”
Referente de la ciencia ficción en lengua castellana, Elia Barceló es la autora española a la que hay que recurrir al hablar del género en mención.
– ¿Qué posibilidades de creación le da la ciencia ficción?
“Todas. La ciencia ficción tiene la ventaja de que podemos utilizar cosas históricas y proyectarlas hacia el presente o hacia el pasado”.
Entonces, de manera muy didáctica, ilustró sobre la ucronía, distopía y utopía: “Podemos escribir ucronías. Podemos decir, por ejemplo, ¿qué hubiera sucedido si en lugar de llegar aquí los españoles cuando llegaron no hubieran sido españoles, sino hubieran sido noruegos? ¿En qué hubiera cambiado la cultura mexicana? ¿Qué hubiera sucedido si Cristo no hubiera existido o si su legado no se hubiera pasado? ¿Qué hubiera sucedido si hubieran matado a Hitler de niño? Eso es un género concreto en la ciencia ficción, que es la ucronía. También tenemos un género que es la distopía, o sea, ¿cómo sería nuestra sociedad si fuera muchísimo peor de lo que es? Y tenemos las utopías: ¿Cómo sería nuestra sociedad si fuera mucho más bella, si fuera mucho más inteligente, más pacífica?”.
En cualquier caso, valoró: “La ciencia ficción da siempre la posibilidad de crear nuevas metáforas, nuevas ideas de cómo puede ser la vida si no es como nosotros la conocemos. Todo está abierto en la ciencia ficción; es el género más exigente, más abierto, más loco, donde todo cabe, donde todo puede ser y lo llevas a sus últimas consecuencias, que en ciencia ficción siempre suelen ser las peores. La ciencia ficción es un género muy poco alegre, muy poco positivo”.
“LA COSTUMBRE DE CREAR MUNDO”
Elia Barceló ha incursionado en diversos géneros, entre éstos, historia, literatura juvenil y relatos policiacos; incluso ha obtenido el Premio Ignotus al Mejor Cuento (2018), Premio Celsius (2014) y el Premio Edebé de Literatura Infantil y Juvenil (1998, 2007, 2019).
– ¿En qué etapa se encuentra de su trayectoria?
“Lo primero que yo hice fue ciencia ficción porque era lo que yo leía, lo que me gustaba leer y, por tanto, era lo que escribía. Primero me sentí escritora de ciencia ficción; luego poco a poco empecé a integrar nuevos temas y me fui dando cuenta de que yo realmente lo que soy es escritora. O sea, ser escritora es mi forma de estar en el mundo. Entonces empecé con literatura para jóvenes, con novelas realistas, novela histórica, novela psicológica, ahora es novela negra, novela criminal; la fase más reciente: estoy haciendo novela de crímenes”.
Pero reconoció sus orígenes como autora de ciencia ficción: “La ventaja de seguir siendo escritora de ciencia ficción es que uno tiene la costumbre de crear mundo, crear ambiente, de poner la realidad suficiente como para hacerla creíble y ahí puedes hacer cualquier cosa: puedes hacer crímenes, oscuras historias familiares, que a mí me encantan, secretos, misterios. Ahora mi literatura va por esa veta”.
“LLEGAR A MÁS PÚBLICO”
Finalmente, la autora española compartió el gran desafío de la ciencia ficción escrita en los países de habla hispana. Para empezar, planteó:
“Hay mucho público que va a películas de ciencia ficción por el espectáculo, por los efectos especiales, pero que no lee ciencia ficción. Entonces, nuestro desafío ahora es pasar de los 5 mil lectores que tenemos; en España hay como 5 mil lectores fieles, pero es muy difícil pasar más allá de los 5 mil. Sin embargo, luego tú publicas una novela, digamos una comedia ligerita o una novela criminal tipo guion de Netflix y llegas a 30 mil. Entonces ése es el gran desafío: llegar a más público. La gente está acostumbrada a leer cositas que no les quiten el sueño, que no les hagan plantearse muchas cosas y la ciencia ficción es difícil, o sea, tienes que entrar, tienes que dejarte sacudir”.
Barceló sentenció: “El gran desafío de la ciencia ficción es llegar al público, convencer a los lectores de que leer ciencia ficción no es un subgénero, no es una subliteratura, no es para tontos, sino que leer ciencia ficción es justamente lo contrario, para gente más inteligente, para gente que quiere una mayor exigencia”.