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miércoles, enero 15, 2025
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“El Mayo” negó que tiendas de fentanilo en Culiacán fueran suyas; dijo extrañar a “El Vicentillo”

El semanario Proceso publicó, el 15 de enero de 2025, una entrevista realizada por la periodista María Scherer Ibarra a capo sinaloense Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, días antes de que el cofundador del Cártel de SInaloa, de 76 años de edad, fue supuestamente privado de la libertad, el 25 de julio del 2024, en Culiacán de Rosales, por Joaquín Guzmán López, “El Güero Moreno” -de 38 años de edad e hijo de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”- , quien presuntamente también habría asesinado -el mismo día y lugar-, a Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder del Partido Sinaloense (PAS), diputado federal electo y ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

En dicha entrevista, el capo sinaloense negó que las tiendas que vendían fentanilo -droga sintética que aseguró era “muy peligrosa”-, que operaban o habían sido desmanteladas, en la capital de Sinaloa, fueran suyas. Dijo, también, que extrañaba mucho a su hijo Jesús Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”.

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Además, Zambada García aseveró que tenía razón el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, de que eran mejores los abrazos, porque, según él, “los balazos son peligrosos”. Asimismo, aseguró que había gobernadores que tenían nexos con el narcotráfico y que la prensa decía “puras mentiras”.

“Paramos frente a una reja. El sol nos pega de frente. Mientras estacionamos, veo a Ismael Zambada en el último de los escalones de un zaguán. Me sorprende su delgadez. La fotografía más reciente de él es (era) la que se tomó junto a mi padre, que muestra a un hombre corpulento y provocador. Él describió a un tipo recio, que sobrepasaba el 1.80 de estatura, ‘con un cuerpo como una fortaleza’. Claro que han pasado más de 14 años. Ahora tiene 74. Ismael Zambada viste pantalón y zapatos deportivos y una playera polo, marca Boss”, dijo la hija del periodista Julio Scherer García, quien también entrevistó al capo sinaloense y publicó la misma, en Proceso, el 4 de abril de 2010.

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“Nos saludamos de mano. El Mayo nos encamina. Su andar es lento y cuidadoso. Arrastra un poco una pierna. Nos sentamos en el antecomedor, en un espacio semiabierto. Hay otras personas, pero no nos las presenta. Nos sentamos a la mesa: yo en la cabecera, el Mayo a mi derecha. Las cocineras nos ofrecen un desayuno copioso. Hay café, jugos, fruta, machaca, requesón, frijoles, salsas, tortillas hechas a mano y algunas cosas más. Zambada está de buen humor, suelto. Nos habla sobre sus padres, su infancia al lado de sus hermanos, la vida en el monte. Le pregunto por su salud. Acabo de leer que la [Administración Antidrogas de Estados Unidos] DEA y otras agencias norteamericanas reportaron que está muy enfermo, diabético y con cáncer”, señaló la periodista.

“–¿Usted cómo me ve? –Muy flaco, pero bien. ¿Qué le pasó en la pierna? –¿Quiere ver? Ismael Zambada se levanta el pantalón por encima de la rodilla derecha. La atraviesa una cicatriz gruesa, más clara que su piel. Lo han operado. Se ha roto el fémur dos veces y se ha sometido a un proceso de rehabilitación. Iba bien, hasta finales de enero. –¿Qué pasó? Perdí el equilibrio. Me caí, y a empezar otra vez con la terapia. Apenas estuvo aquí el doctor. Se acomoda el pantalón y cambia de tema abruptamente. No sé por qué me asombra que no sea malhablado, como suelen ser los norteños. O no lo es frente a mí y otras mujeres”, narró Scherer Ibarra.

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“–Su padre… –enuncia, mientras se golpea fuerte y repetidamente el pecho, a la altura del corazón, con el puño apretado, como quien quiere mostrar más que un gran aprecio, un lazo, incluso. –Cuénteme, ¿de qué hablaron? –Hablamos mucho de la vida. –Eso lo sé. ¿Pero qué le dijo? –Me dijo cosas sobre la familia. Le voy a mostrar algo… Terminamos de comer, sin prisa. Intercambiamos anécdotas sin importancia. Cuenta que duerme poco. Se levanta a las cuatro de la madrugada para pasear por el monte. Más tarde el calor lo hace imposible”, contó la periodista.

“Satisfechos, salimos detrás de Zambada. Desorientada, sigo a los demás a través de un rancho de árboles frutales. Al frente hay una casa pequeña, de una sola planta. Su dueño abre la puerta y hace un ademán para que nos adelantemos. Entramos a un recibidor. A la derecha, destacan dos fotografías en blanco y negro. Son sus padres. De frente a la izquierda, cuelga la pintura de un hombre. ‘Mi compadre’ (no es el Chapo), señala. Abajo, enmarcada, una frase de Mahatma Gandhi sobre el pacifismo que no retengo y el Salmo 91, que se refiere a la confianza en el cuidado de Dios”, expusó Scherer Ibarra.

“En seguida, me estremece lo que veo: sobre un caballete de madera clara, una pintura colorida de trazos gruesos representa a Zambada y a mi padre, la mano del primero sobre el hombro de él. Estoy turbada, no sé qué decir. Alcanzo a preguntar: –¿Quién la hizo? –Me la regaló un amigo. –¿Por qué tiene aquí a Gandhi? –balbuceo. –Porque soy pacifista. –¿Usted? –Lo soy. Yo sólo me protejo”, comentó la periodista.

“Pasamos a una sala sencilla, de sillones altos. Si me recargo hasta atrás, mis pies apenas tocan la alfombra. Zambada y yo ocupamos el sillón más grande, de tres plazas. Miro un cuadro, mucho mejor logrado, también del Mayo. Lleva la misma ropa que en la famosa fotografía: camiseta polo café, pantalón de mezclilla y gorra negra. Pero en ésta posa solo. Mi padre no aparece. –¿Y ésa? –Ésa la pintó Vicente [Zambada Niebla] (el Vicentillo, su hijo)”, escribió Scherer Ibarra.

“Las siguientes dos horas hago todas las preguntas que llevo preparadas, más otras que salen al vuelo. Ismael Zambada esquiva la mayoría de ellas. Otras las responde con monosílabos. Es inútil insistir; él habla o calla conforme quiere. Cuenta de su colección de sombreros, los mejores de ellos adquiridos en distintas ciudades de Texas. Manda pedir uno, blanco, alto. Se lo cala y se lo quita en el acto. –Don Julio me dijo que estaba mejor con la gorra. –Sí, lo contó en su crónica”, agregó la periodista.

“A mi padre apenas le mencionó a Vicente Zambada Niebla, su hijo y supuesto heredero del cártel, quien testificó en el juicio por narcotráfico contra Joaquín el Chapo Guzmán y, se presume, se convirtió en testigo protegido. Desde 2021 no se encuentra bajo custodia del Departamento de Prisiones de Estados Unidos. Zambada no quería hacer ninguna declaración que pudiera afectarle al Vicentillo en el juicio. –Lo extraño todos los días. –Como miles de familias extrañan a su hijos, muertos y desaparecidos. –Conozco ese dolor”, abundó Scherer Ibarra.

“El Mayo habla de sus ranchos, sin grandilocuencia. Si uno no supiera nada de él, pensaría que es un agricultor y un ganadero adinerado. El fentanilo… eso sí no. Aquí no van a encontrar una sola tiendita que sea mía. El fentanilo es muy peligroso. –¿Y las tiendas de Culiacán? ¿Y los laboratorios que se han desmantelado en varias zonas de Sinaloa? –No son mías. –¿De quién son? –Les digo que no son mías. Zambada se encoje de hombros y cambia el tema: describe el ganado que pasta en sus tierras, sus cultivos en las incontables hectáreas que le pertenecen. Si volvemos al tema del narco, suena como algo ajeno a él”, indicó la periodista.

“En algún momento ofrece un mezcal de Durango. Sin interrumpir la conversación, vierte el alcohol en tres vasitos de una botella de vidrio, sin etiqueta. –¿Qué piensa de la estrategia de “abrazos no balazos” de [Andrés Manuel] López Obrador? ¿Es mejor estrategia que la de [Felipe de Jesús] Calderón [Hinojosa]? –Tiene razón el presidente. Los balazos son peligrosos. –¿Qué tan enredado está el gobierno con el narco? ¿Qué tan firme es la relación entre ambos? –Conozco a gente metida en todos lados. En la policía municipal, en la estatal, en la federal. –¿Gobernadores? –Ahí hay de todo. Unos sí, otros no. –Según la prensa… –La prensa dice mentiras. Puras mentiras. Zambada repite esa respuesta más de una vez”, señaló Scherer Ibarra.

“De manera repentina se pone de pie y pide que lo acompañe. Cruzamos algunas veredas y señala un porche con un comedor y unas mecedoras. –Aquí estuvimos –afirma y apunta el dedo hacia el descampado. –¿Con mi papá? –Ahí mismo. Nos sentamos y conversamos sobre sus relaciones, amistades y odiosidades. No manifiesta nada que no sepamos. La conversación se ha extendido por varias horas. Regresamos a la casa donde desayunamos. En la casa hay una pared tapizada con dibujos enmarcados. Retratos, animales, paisajes naturales. Son obras que el Vicentillo mandaba cada mes a su madre acompañando cada una de sus cartas. La señora de Zambada me muestra un Cristo en su recámara que también pintó él”, narró la periodista.

“Sé que no voy a poder retener cada una de las respuestas del Mayo, o todos sus gestos y actitudes, así que los dejo ir. Le pregunto si ha valido la pena la vida que ha llevado. –¿Por qué no? –Porque está llena de muerte. –Que yo sepa así terminan las vidas de todos. Después, con el Mayo nos encaminamos al cementerio familiar. En esta guerra enterrar a los muertos es un privilegio. Miles siguen buscando a los suyos, reabriendo una herida que no ha de sanar mientras no haya unos restos a los cuales asirse. En una decena de lápidas idénticas reposan los Zambada. Meses después leeré en los periódicos que el sacramental fue parcialmente incendiado durante los feroces enfrentamientos en varios municipios de Sinaloa. Nos despedimos. Prometemos que nos volveremos a ver. Entonces sí dará una larga entrevista”, finalizó Scherer Ibarra.

Jesús Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, hijo del capo sinaloense Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, podría declarar contra su padre, según le indicaron en una carta, el 18 de diciembre de 2024, fiscales del Departamento de Justicia de EE. UU., al juez Brian M. Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.

“El Gobierno no puede estimar en este momento la probabilidad de que llame a Zambada Niebla a testificar, pero esperamos que esté en la lista de testigos del Gobierno como un posible testigo”, afirmaron los fiscales del Gobierno de EE. UU., los cuales también argumentaron que pudiera haber posible un conflicto de interés por parte del abogado Frank Pérez, que representa a “El Mayo”, pero también fue defensor de “El Vicentillo”.

Los fiscales del Gobierno estadounidense señalaron que el citado litigante podría obtener cierta información confidencial, regida por el privilegio abogado-cliente, que podría comprometerlo, cuando representara al acusado ante la Corte neoyorquina.

Asimismo, los fiscales subrayaron que Pérez podría obtener información que podría afectar el acuerdo de cooperación de Zambada Niebla y su condición de cooperador del Gobierno de EE. UU., lo que le obligaría a incumplir los deberes que le debía al acusado o impediría al abogado actuar en interés de “El Mayo”.

Por último, los fiscales enfatizaron que si hubiera un juicio y el Gobierno estadounidense llamara a Zambada Niebla como testigo contra el acusado, Pérez podría no estar en condiciones de interrogar eficazmente a “El Vicentillo”, debido a deberes de lealtad que le debía a ambos clientes.

El Departamento de Justicia de EE. UU. advirtió, el 16 de octubre de 2024, al juez Cogan, de un posible conflicto de interés de Pérez, ya que el litigante también representaba a “El Vicentillo”, lo que podría afectar el curso del juicio del capo sinaloense, e, incluso, una posible negociación con el Gobierno estadounidense.

“Estimado juez Cogan: El Gobierno presenta respetuosamente esta carta para notificar a la Corte sobre un posible conflicto que involucra a Frank Pérez, Esq., quien representa al acusado Ismael Zambada García en el asunto mencionado anteriormente. El conflicto potencial surge de la representación continua por parte del abogado defensor del hijo del acusado, Vicente Zambada Niebla (‘Zambada Niebla’), en Estados Unidos v. Joaquín Guzmán Loera, et al., No. 9-cr-383 (NDIL) y Estados Unidos contra Ismael Zambada García, et al., No. 3-cr-34 (DDC)”, indicó Breon Peace, Fiscal Federal del Distrito Este de Nueva York, en un análisis.

“Zambada Niebla resolvió esos casos declarándose culpable conforme a un acuerdo de cooperación con el gobierno, y conforme a sus obligaciones bajo ese acuerdo, testificó en este distrito en el juicio a Joaquín Guzmán Loera, también conocido como ‘El Chapo’. El testimonio de Zambada Niebla en el juicio de ‘El Chapo’ incluyó detalles sobre su propio papel en las actividades de narcotráfico del acusado y sobre la relación histórica entre El Chapo y el acusado”, detalló Peace.

“‘El Chapo’ y el acusado fueron inicialmente acusados ​​juntos en este distrito en 2009 por su conducta relacionada con la cofundación y dirección del Cártel de Sinaloa (el ‘Cártel’). Luego del arresto, captura y procesamiento de El Chapo en este distrito, el acusado continuó dirigiendo el Cártel hasta su arresto el 25 de julio de 2024. Actualmente, el acusado está acusado sustancialmente de los mismos delitos por los que se acusó y condenó a El Chapo en el juicio, con la adición de conductas que se extienden hasta 2024 y relacionadas con el fentanilo, droga que el Cartel comenzó a fabricar y distribuir en los últimos años”, abundó el fiscal federal neoyorquino.

“Debido a que el Sr. Pérez representa a Zambada Niebla, un co-conspirador del acusado y testigo gubernamental cooperante, con obligaciones continuas bajo su acuerdo de cooperación, y actualmente representa al acusado en un caso que surge del mismo tema, un conflicto potencial de existe interés. Específicamente, los deberes de lealtad y confidencialidad del Sr. Pérez para con cada cliente podrían impedirle asesorar al acusado sobre estrategias de defensa viables y representarlo vigorosa y diligentemente tanto en las etapas previas al juicio como en el juicio de este asunto”, agregó Peace.

“Con base en estas representaciones previas de posibles testigos y co-conspiradores del gobierno, el Gobierno solicita que la Corte nombre a un abogado de Curcio y celebre una audiencia sobre Curcio sobre estos posibles conflictos. La audiencia de Curcio brindará una oportunidad para que el acusado considere estos posibles conflictos con un abogado independiente”, dijo el fiscal federal neoyorquino.

“Si el Tribunal determina que el acusado puede renunciar a los posibles conflictos de intereses, el gobierno propone que el Tribunal informe al acusado de la siguiente manera: Me informan que su abogado también ha representado a un individuo que el gobierno ha identificado como co-conspirador y testigo cooperante. concretamente, su hijo, Vicente Zambada Niebla. Su abogado tiene ciertas obligaciones éticas con este otro cliente. Por ejemplo, puede constituir un conflicto de intereses para su abogado investigar pistas, presentar pruebas o presentar argumentos en su nombre que puedan tender a incriminar o generar dudas sobre su otro cliente”, enfatizó Peace.

“Su abogado también puede tener información privilegiada de su otro cliente que podría ayudar en su defensa pero que no puede revelar debido a sus deberes éticos. También es posible que otro abogado pueda adoptar una determinada posición durante el curso de las negociaciones de declaración de culpabilidad con el Gobierno, en el momento de la sentencia o después de la sentencia con respecto a su participación (o no participación) en los delitos que se le imputan o su relación con su compañero conspirador, mientras que a su abogado se le puede prohibir éticamente seguir esa estrategia de defensa debido a información contraria que pudo haber obtenido de su otro cliente”, reveló el fiscal.

“Es posible que surjan otros problemas, además de los que acabo de describir, en los que la capacidad de su abogado para hacer ciertas cosas podría verse afectada por el hecho de que ha representado a otro cliente en asuntos relacionados con este caso. Nadie puede prever todos los posibles conflictos de intereses”, insistió Peace.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos informó, el 23 de abril del 2022, que la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), quitó de su “lista negra” a alias “El Vicentillo”, hijo de “El Mayo”.

Las lista de nacionales especialmente designados y de personas bloqueadas (SDN, por sus siglas en inglés), de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros, enumera a personas y empresas “que son propiedad o están controladas por, o que actúan para o en nombre de, los países objetivo”.

“También enumera personas, grupos y entidades, como terroristas y traficantes de narcóticos, designados en programas que no son específicos de un país. En conjunto, tales personas y empresas se denominan ‘Nacionales especialmente designados’ o ‘SDN’. Sus activos están bloqueados y, por lo general, se prohíbe a los estadounidenses tratar con ellos”, detalla la OFAC.

El 30 de abril del 2021, se supo que Zambada Niebla ya no se encontraba en ninguna prisión federal estadounidense, según lo informó la Oficina Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

“Con la información que tenemos disponible en este momento, podemos decirle que Vicente Zambada-Niebla no está bajo custodia de la Oficina de Prisiones”, escribieron voceros de la BOP en respuesta a preguntas de la agencia estadounidense The Associated Press.

La información que dio la BOP, que también fue confirmada por la cadena Univisión, no señaló cuándo salió “El Vicentillo” de la cárcel, ni por qué.

A principios de julio del 2020, un Tribunal de Chicago, Illinois, Estados Unidos, negó la libertad a Zambada Niebla, quien había solicitado la misma a través de una moción, sin embargo, la justicia de EE.UU. alegó que el narcotraficante sinaloense no había “establecido razones extraordinarias y convincentes que justifiquen su liberación”.

El hijo de “El Mayo” había expuesto que su “reducción de condena” se tradujera en su liberación inmediata, argumentando que se hallaba en peligro “bajo la amenaza planteada por la pandemia de COVID-19”.

El 30 de mayo del 2019, Zambada Niebla fue sentenciado a 15 años de prisión en la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois. En aquella audiencia, tras ser capturado en marzo del 2009, el capo sinaloense ya había cumplido con 10 años de prisión, por lo que se esperaba fuera liberado en el 2024.

Sin embargo, el Tribunal que le negó la libertad adelantada a “El Vicentillo”, presentó “la respuesta instantánea y adjunta de los archivos médicos” de Zambada Niebla, los cuales fueron enviados por la Agencia Federal de Prisiones​ (BOP, por sus siglas en inglés) en los que se descartaba el riesgo de que el acusado contrajera COVID-19.

En el documento elaborado por el fiscal John R. Lausch y la asistente Erika L. Csicsila, reconocían que el acusado había brindado información constante y veraz al Gobierno de Estados Unidos e incluso destacaban su participación, en enero del 2019, como testigo en el juicio contra su compadre y ex socio, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”.

El fiscal y la asistente alegaban que debido a esa cooperación de “El Vicentillo” con las autoridades de EE.UU., es que el juez de distrito Rubén Castillo lo condenó a pasar solamente 15 años en prisión, cuando los crímenes cometidos por él entre 1992 y el 2008, cuando trabajó de la mano de su padre “El Mayo” Zambada García, y “El Chapo” Guzmán Loera, le alcanzaban para una sentencia a cadena perpetua.

Lausch y Csicsila explicaron, además, que la BOP implementó un plan de acción para evitar la propagación del coronavirus en prisiones. Eso incluyó la formación de un equipo de trabajo que se mantiene en coordinación con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con medidas como la de suspender las visitas -tanto las sociales, como legales-, el movimiento de presos y viajes de personal, así como poner en cuarentena a los reclusos y el personal que manifieste síntomas.

Además, el fiscal y su asistente argumentaban que Zambada Niebla no tenía 70 años de edad o había cumplido al menos 30 años de prisión, ni el director de la BOP había manifestado que el acusado ya no era un peligro para la seguridad de ninguna otra persona o la comunidad, que serian las razones “extraordinarias y convincentes” que justificarían su liberación.

“El Vicentillo” fue condenado el 30 de mayo del 2019, a 15 años de prisión, por delitos relacionados con el narcotráfico. Sin embargo, sólo cumpliría máximo tres años de dicha condena, ya que se le contaron los 10 años que había permanecido en prisión, tanto en Estados Unidos como México, y se beneficiaría por su buena conducta en este tiempo.

“Desde mi punto de vista usted no vendió al ‘Chapo’ Guzmán, sino que cooperó con la justicia de Estados Unidos de América”, le dijo Rubén Castillo, juez de Distrito asignado al caso, al capo sinaloense, durante su audiencia de condena.

El 20 de mayo del 2019, los fiscales federales de Chicago, recomendaron una sentencia de al menos 17 años de prisión para “El Vicentillo”, quien el 9 de noviembre del 2018 se declaró culpable en la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, de haber colaborado en las operaciones de narcotráfico de “El Chapo” Guzmán Loera.

El Gobierno estadounidense afirmó que la ayuda de Zambada Niebla “no tuvo rival” y que la misma comenzó luego de que el sinaloense fuera extraditado a EE.UU. en febrero del 2010, concluyendo durante su testimonio en el juicio contra su compadre y ex socio, El Chapo”, en enero del 2019.

Pero, además, el hijo de “El Mayo” Zambada García ayudó en múltiples operaciones contra capos del Cártel de Sinaloa, cómo contra Dámaso López Nuñez, alias “El Licenciado”, y su información fue usada por fiscales de Texas, Brooklyn, Manhattan, sur de California, y Washington, DC.

Asimismo, la cooperación de “El Vicentillo” con la Fiscalía de Chicago, ayudó a que en noviembre del 2012 fueran grabadas llamadas donde los hijos de “El Chapo”, los Guzmán Salazar, hablaban de negocios ilícitos relacionados con el tráfico de drogas.

El 9 de noviembre del 2018, Zambada Niebla admitió ante el juez Rubén Castillo, varios cargos de narcotráfico que le fincaron desde 2003. Su declaración incluía, además, haber traficado toneladas de cocaína y heroína hacia Estados Unidos usando todo tipo de vehículos, desde submarinos hasta aviones jumbo.

El documento con el que el hijo de “El Mayo” admitió su culpabilidad, también reconocía el uso de armas tipo militar en las operaciones de tráfico y para ejercer violencia, así como amenazas contra grupos rivales, informantes o policías.

“El Vicentillo” se declaró culpable justo cuando comenzaba el juicio contra Guzmán Loera en Nueva York, en el que también testificó Zambada Niebla, ya que estaba cooperando con las autoridades estadounidenses tras declararse culpable en 2013, cuando firmó un acuerdo con la Fiscalía de Chicago.

“El Vicentillo”, nacido en Culiacán, fue detenido el 18 de marzo de 2009, en la Ciudad de México, luego de sostener un encuentro con agentes de la Administración para el Control de Drogas​ (DEA, por sus siglas en inglés) en el hotel Sheraton de Paseo de la Reforma, ubicado a un costado de la Embajada estadounidense en México.

Zambada Niebla fue extraditado a Estados Unidos en febrero de 2010, y trasladado a una prisión de máxima seguridad en Michigan, acusado de ser un alto miembro del Cártel de Sinaloa, de conspirar para poseer y traficar drogas desde Centro y Sudamérica, así como de conseguir armas para atacar oficinas públicas.

El 7 de enero del 2019, “El Vicentillo” afirmó durante la última de las tres jornadas de su testimonio contra el antiguo socio de su padre, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, que este “no es su enemigo”, pero tampoco “un mito” como cree que pretende demostrar la defensa del acusado por narcotráfico durante su juicio en Estados Unidos.

El hijo de “El Mayo” se despidió cordialmente de su “compadre Chapo” con una reverencia, que el acusado correspondió tras 14 horas de testimonio en la Corte del Distrito Este de Nueva York. “Mi compadre Chapo no es mi enemigo”, aseveró el testigo tras la acusación del abogado de la defensa, Eduardo Balarezo, de que la información que estaba aportando en el juicio lo convertía en adversario de Guzmán Loera.

“Él sabía que testificaría [en contra] porque me declaré culpable cuando él estaba libre, con mi padre, y me comprometí a cooperar con la Fiscalía […] No veo el futuro y no sabía que mi compadre Chapo estaría aquí. No es mi enemigo”, aseguró Zambada Niebla.

 

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Autor(a)

Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedo
Reportero del semanario ZETA Tijuana y del periódico Noroeste de Culiacán, desde febrero de 2016.
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