Desde pequeño, la actuación ha sido la pasión de Omar Adair, quien iniciara a los 12 años en teatro, y al egresar de la Licenciatura en Artes Escénicas, continuó demostrando su rol multifacético en cine, televisión y teatro, experiencia sobre la que platicó con ZETA.
“Lo que me motiva son los ‘no’ y esas puertas que me han cerrado”, explicó sobre una profesión que requiere perseverancia, para agregar: “Sé que en algún momento me la va a abrir y eso me motiva cada vez, siempre estoy como en esa búsqueda”, misma que lo ha llevado a retarse física y mentalmente con sus personajes, como en la recién estrenada en salas y con gran éxito “Una pequeña confusión” (2024), comedia en la que interpreta a un laboratorista.
Publicidad
“Fue un reto trabajar a partir de una comedia física, con la cara, los ojos, las expresiones o buscar rostros muy particulares en los actores; no fue complicado, sino que me puso en otro lugar”, admitió el histrión hidrocálido, explicando su estilo: “Me gusta darle una característica a los personajes que interpreto, desde una corporalidad, cuestión vocal, y ahora estaba limitada a reacciones”, recordó sobre su interpretación, siendo su segunda colaboración con Ariel Winograd tras “¿Y cómo es él?” (2022) y que, a pocas semanas de su estreno a finales de 2024, la película protagonizada por Juanpa Zurita, Cristo Fernández, Ana de la Reguera y Vico Escorcia conquistó la taquilla como la tercera con más asistencia.
“Siempre estoy buscando algo en los personajes que me rete, que me hagan salir del confort, como retarme y retar al personaje”, admitió al Semanario, para después pronunciarse sobre la comedia, género que en algún momento de su formación le generó conflictos, pero que hoy lo abraza:
Publicidad
“Respeto a quien hace la comedia. Hay un dejo como si la comedia fuera un género menor, cuando creo totalmente lo contrario, porque es muy complicado hacerla; tiene un tiempo muy particular y muy específico, y hay que dignificarla también. Me costaba trabajo pasar de este género a otro, ahora la he abrazado de una manera que me encanta, y la disfruto”.
Anticipando un 2025 con muchas texturas en las artes escénicas, con “mucho cine, teatro, televisión”, el propósito de Omar Adair es “que la vida me vaya poniendo en el lugar en el que me rete o en el que me ponga a prueba, porque ahí me gusta estar justo como al límite, en ese lugar donde me redescubro otra vez, donde me quito las máscaras y estoy vulnerable”.
Publicidad
Para concluir, se refirió a la tecnología y el entretenimiento: “Ahora es mucho más fácil acceder a diplomados o a cosas que en otro momento nos parecían lejanas; hace diez años a mí me parecía lejano tomar desde una computadora, a lo mejor ya hay otras herramientas y otras vías. O sea, a mí todavía me tocó un poco la vieja escuela; lo que sí puedo detectar a nivel general es que las herramientas que tenemos ahora, como el teléfono, las pantallas y demás, deben utilizarse todavía más y se debe potenciar ese recurso para que otras cosas sucedan”.
