“A mí me parece que la Historia, con mayúscula, también es muy ficcional”, expresó a ZETA el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2024
Una de las grandes figuras de la literatura mundial contemporánea que protagonizó la FIL Guadalajara con su Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2024 fue el poeta y narrador portugués Mia Couto.
De acuerdo con el Jurado del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2024, “con Mia Couto se reconoce una obra literaria notable que integra y entreteje la crónica, el cuento, la novela, cuya innovación lingüística hace repensar la relación entre los integrantes de la comunidad de países de lengua portuguesa, llamando la atención y la sensibilidad hacia el continente africano y sus relaciones históricas, culturales y geopolíticas, invitando además a reconocer y acercarnos de otra manera a la historia y la naturaleza del planeta”.
El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances es un reconocimiento que desde 1991 han obtenido autores como Nicanor Parra, Juan José Arreola, Augusto Monterroso, Juan Marsé… De hecho, Mia Couto es el quinto autor en lengua portuguesa en ganarlo, luego de Nélida Piñón (1995), Rubem Fonseca (2003), António Lobo Antunes (2008) y Lídia Jorge (2020).
– Usted es el primer autor de origen africano en lengua portuguesa que obtiene el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. ¿Qué valor tiene para Usted este Premio?, planteó ZETA a Mia Couto en entrevista realizada el lunes 2 de diciembre de 2024, mientras se desarrollaba FIL Guadalajara.
“El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances tiene un valor muy especial para mí. Me siento feliz de que mi obra haya sido apreciada, pero también me siento feliz por la apertura de los criterios del Jurado por haber elegido otras sensibilidades”, refirió Couto a ZETA, con la traducción del portugués al español de Erandi Barbosa Garibay.
“No son tantos países de lengua portuguesa: la lengua portuguesa es hablada en Portugal y Brasil, más cinco países africanos sumados de otros mundos; entonces, eso significa mucho”, reconoció un muy amable y gran conversador Mia Couto.
DEL PERIODISMO A LA LITERATURA
Mia Couto nace en Beira, Mozambique en 1955. En 1972 se instala en Maputo para estudiar medicina, carrera que abandona para dedicarse al periodismo. Fue director de la Agencia de Información de Mozambique (AIM), de la revista Tempo y del diario Noticias de Maputo. Su trayectoria como escritor inicia en 1983, con el libro de poemas “Raiz de Orvalho”; luego, en 1986, publica su primer libro de cuento, “Vozes Anoitecidas”.
De acuerdo con la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, “Mozambique alcanzó la independencia en 1975 tras el período colonial portugués, estableciéndose un régimen de partido único FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique), de tendencia marxista-leninista y que recibió apoyo de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y Cuba. Poco después se declaró una guerra civil entre el gobierno de FRELIMO y la guerrilla de RENAMO (Resistencia Nacional de Mozambique), creada y alentada por los regímenes de Rhodesia, primero, y Sudáfrica después”. La guerra civil de Mozambique ocurrió entre 1977 y 1992.
– ¿Por qué cambió el periodismo por la literatura?
“Con el periodismo fue la primera vez que yo tenía la presencia de alguien que leía al día siguiente lo que yo escribía, en ese momento yo escribía solo en mi casa y escribía solamente para mí. Dejé el periodismo porque lo dejé de disfrutar, debido a que había una percepción de arrogancia al ejercer el periodismo, porque el periodista asume ser un sujeto de verdad en situaciones que no conoce. Yo necesitaba de otra profesión que no me implicara decir algo sobre un acontecimiento, que me diera tiempo de entender la situación y no hablar sobre el acontecimiento en el momento en que sucedía”.
– Al hablar desde el periodismo, ¿no podía escribir con total libertad sobre lo que ocurría con la violencia de los 70, 80, 90?
“Hay una violencia en la que yo participé: fui cómplice de un régimen, un régimen socialista basado en el marxismo que se asumía que era la verdad total; posteriormente ocurrió una guerra civil que duró 16 años, era una violencia terrorista, ahí sí pude expresarme con la verdad”.
SU NOVELA MÁS RECIENTE
Mia Couto llegó a Guadalajara con “El mapeador de ausencias”, novela publicada originalmente en 2020 en portugués (O Mapeador de Ausências), cuya primera edición en español fue dada a conocer en España en 2022; mientras que en México, en 2024, el sello Alfaguara de Penguin Random House Grupo Editorial editó la obra.
En “El mapeador de ausencias”, Couto cuenta la historia de Diogo Santiago, que a través de Liana Campos, recibe un expediente de Adriano Santiago, que contiene un coro de voces que habrían presenciado una matanza del ejército portugués en Inhaminga, Mozambique en 1973.
– ¿Quién fue para Usted, Adriano Santiago (personaje que resguarda las pruebas de la masacre en Inhaminga)?
“Adriano Santiago era mi padre, ésa es la verdad. Está representada la imagen de un hombre bueno que no tenía fuerza para desempeñar la misión que le fue asignada. De manera accidental le cayó un destino que era mayor que la dimensión humana”.
– ¿Entonces el personaje de Adriano Santiago de “El mapeador de ausencias” es real?
“Más o menos, pasó a ser real cuando lo escribí, inspirado en la figura de mi padre. Mi padre era un inmigrante portugués que se empeñó en la causa de la independencia de Mozambique”.
– ¿Qué tan autobiográfico es el poeta Diogo Santiago en “El mapeador de ausencias”?
“En gran parte soy yo. Es uno de los libros en el que en el fondo fui más yo mismo, en el que coincido yo con el personaje. Mi intención inicial era hacer un libro sobre la ciudad en la que nací; en el fondo era intentar rescatar mi infancia como un tiempo infinito. Después fui descubriendo que mi infancia y mi ciudad se confundían con mi figura paterna”.
– “De tanto perseguir al poeta Adriano Santiago, ya poblaba mis sueños”, dice Diogo Santiago en “El mapeador de ausencias”. Es decir, ¿para Usted era una novela que tenía que escribir porque también poblaba sus sueños?
“Sí. Yo tengo esa idea de que los sueños son una especie de mensajeros; en el fondo pienso que son esos momentos de reverberación de la infancia y adolescencia que me marcaron”.
“LA POESÍA ESTÁ DENTRO DE TODOS NOSOTROS”
Esencialmente poeta, Mia Couto narra siempre en prosa poética. Desde la primera página de “El mapeador de ausencias”, el autor deja claro que estamos frente a un gran poeta: “Tenemos dos sombras. Solo una es visible. Sin embargo, hay quienes conversan con su segunda sombra”.
– “La poesía no es un género literario, es un idioma anterior a cualquier palabra”, se lee por “El mapeador de ausencias”. ¿Por qué para Usted también es importante establecer una poética o reflexionar sobre poesía en su novela?
“La poesía está dentro de todos nosotros, pero no la expresamos porque nos da miedo, porque creemos que es la racionalidad lo que le da sentido al mundo y lo aprendemos cuando somos adultos. Esa racionalidad implica que exista un solo mundo. Cuando somos niños, creemos que existen muchos mundos y que somos parte de todos esos mundos”.
– “El mapeador de ausencias” está escrito en un lenguaje poético, con frases siempre poéticas como “Mis dedos son fantasmas que despiertan teclas adormecidas”, dice Santiago Diogo. O cuando Mariana, otro personaje que le toca lavar la ropa al ejército portugués, dice: “Mis manos no sólo limpian la suciedad. Eso no cuesta nada. Lo difícil es lavar las sombras que se esconden en la tela”. ¿Por qué la poesía siempre está presente desde la primera página de “El mapeador de ausencias”?
“En el discurso que leí en la inauguración de la FIL hablé sobre esa tela luminosa que cubre la realidad, parece una ventana, pero es un muro que no nos deja ver a nosotros mismos. La poesía, como la propia palabra religión dice, me conecta con el mundo invisible”.
“LA HISTORIA, CON MAYÚSCULA, TAMBIÉN ES MUY FICCIONAL”
El multilaureado autor mozambiqueño ha recibido, entre muchos otros, el Premio Nacional de la Asociación de Escritores de Mozambique (1995), Premio Vergílio Ferreira (1999), Premio Africa Hoje en Maputo (2002), Premio Unión Latina de Literaturas Románicas (2007), Premio Eduardo Lourenço (2011), Premio Camões (2013), Premio Internacional Neustadt de Literatura (2014) y el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2024).
Mia Couto es uno de los grandes autores africanos de origen portugués que ha contado una parte de la historia de Mozambique y de África desde la ficción. Es autor de “Tierra sonámbula” (Alfaguara, 1998; 2016), “El último vuelo del flamenco” (Alfaguara, 2002; 2016) -ambas adaptadas al cine-, “Jesusalén” (Alfaguara, 2012), “La confesión de la leona” (Alfaguara, 2016), “Trilogía de Mozambique” (Alfaguara, 2018) y “El mapeador de ausencias” (Alfaguara, 2024).
– ¿Por qué es importante para Usted contar desde la ficción una parte de la historia de Mozambique?
“Porque en Mozambique se eligió olvidar, no es un olvido por una élite, sino un olvido consensuado por toda la población, es como si hubiese la posibilidad de nacer un país por medio del olvido o de la creación de recuerdos falsos. La literatura funciona como un camino que invita a visitar el pasado olvidado”.
– La historia oficial siempre está escrita desde el poder, desde los gobernantes, ocultando las masacres y los horrores de la violencia. ¿Cuál es la función de la literatura al contar o recrear una parte de la historia o la otra historia, la no oficial?
“Esa construcción de la verdad que hacen los vencedores, no quiere sino ocultar la violencia que ellos mismos practicaron, quiere ocultar también la grandeza de aquellos que fueron vencidos. Hasta principios del Siglo XX África tenía varias naciones que se oponían a la dominación y obligaron a los colonizadores europeos a respetarlos, impusieron su respeto a los colonizadores de esas resistencias. La resistencia de esas naciones también ha sido olvidada por la historia colonial. Lo que pretendo con ‘Trilogía de Mozambique’ es que el estado africano se mantiene firme y dominante hasta final del Siglo XX”.
– ¿Cuál es el papel de la ficción al narrar la historia?
“A mí me parece que la Historia, con mayúscula, también es muy ficcional. Evidentemente, la historia es una ciencia que tiene que probar hechos mediante un método científico, pero también estos hechos son construidos con un fin narrativo igual que la literatura”.
– ¿Ha sufrido algún tipo de censura de parte de los gobernantes al contar en su obra las matanzas en África tras la descolonización de Mozambique a partir de 1975?
“Soy una persona muy distraída”, responde Mia Couto entre risas.
No obstante, aclara: “‘El mapeador de ausencias’ habla de una masacre, en la cual la estrategia fue que en vez de hacer una masacre espectacular que sucede en un solo día, lo que hicieron fue una masacre que sucedía poco a poco en días diferentes durante varios meses. Al no hacer esta masacre en un solo día, en un momento o espacio temporal muy concreto, al hacerlo poco a poco lo que se logró fue que se diluyera. Algo curioso fue que esta masacre fue hecha al final de la guerra colonial, y mientras las autoridades, después de que terminó el régimen fascista vieron que había un nuevo poder en Portugal, y cuando Mozambique ya tenía su propio gobierno las dos fuerzas, tanto las portuguesas como las de Mozambique, acordaron mejor no hablar de lo que había sucedido, porque era muy reciente y consideraron necesario crear un clima de buena relación entre ellos, entre Mozambique y Portugal”.
– Finalmente, ¿con qué imagen se queda de FIL Guadalajara?
“No es la primera vez que yo estoy aquí (estuvo en 2018), entonces ya tenía una imagen de este gran evento que logra conciliar actividades para los editores y para los lectores. En esta ocasión es completamente diferente porque estoy en una posición privilegiada que ni siquiera merezco”, contesta riendo hacia el desenlace de esta entrevista, el gran Mia Couto.