Falleció el guitarrista Javier Batiz por complicaciones de salud, informó la familia del artista tijuanense durante la tarde de este sábado 14 de diciembre de 2024.
El pasado 30 de noviembre había recibido las llaves de la ciudad de Tijuana a manos del alcalde Ismael Burgueño y el pasado 14 de julio de 2015, en la administración del alcalde Jorge Astiazarán Orcí, fue renombrada la rampa Altamira con el nombre artístico del mítico guitarrista.
Su esposa, Claudia Madrid, compartió en redes sociales: “Queridos amigos y familia, para informarles que nuestro adorado y querido, mi esposo Javier Bátiz trascendió el día de hoy. Su legado y su música quedan para la eternidad. ¡Te amo, amor mío! Vuela alto, mi ángel.”
El tenor, el maestro Marco Antonio Labastida comentó a ZETA que sigue en pie el concierto en honor a Javier Batiz que se llevará acabo el domingo en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), que originalmente tenía la intención de recaudar fondos para apoyar a Javier en los tratamientos de salud que urgían. En el concierto que se registrará a las seis de la tarde también participarán Jorge Villalobos Jazz Trío, Dafne Labastida y Fernando García.
Javier Batiz, cuyo nombre real es Javier Isaac Medina Núñez, nació el 3 de junio de 1944 en Tijuana, Baja California. Desde joven, mostró un talento innato para la música, especialmente la guitarra, y se convirtió en un pionero del rock mexicano. En 1957, fundó el grupo Los TJ’s, donde comenzó a explorar influencias musicales como el blues y el R&B.
En 1963, Batiz se trasladó a la Ciudad de México, donde su carrera despegó aún más. Se unió a Los Rebeldes del Rock, aunque su permanencia fue breve debido a diferencias estilísticas. Como solista, actuó en lugares icónicos como La Fusa y el Harlem, donde su música resonó con una audiencia diversa, incluyendo pandillas de motociclistas.
A lo largo de los años, Batiz se estableció como una figura influyente en el blues mexicano, tocando en el famoso bar Terraza Casino y participando en el primer concierto masivo al aire libre en la Alameda Central en 1969. Su legado incluye no solo su música, sino también su dedicación a enseñar a nuevas generaciones de músicos, inspirando a artistas como Carlos Santana.
Javier Batiz es recordado no solo por su talento, sino también por su pasión por la música y su capacidad para conectar con su audiencia. Su influencia perdura en la música mexicana y su legado sigue siendo una fuente de inspiración para muchos músicos jóvenes.