ALTAS: Las luces “altas” tienen dos funciones. Iluminar calles sin luminarias y encandilar a los desgraciados que vienen con ellas encendidas de frente.
ATASCO: ¡Es tan pequeño el pueblo que un burro y dos bicicletas hacen tráfico!
DIOSA: Mi esposa al volante se siente una diosa: ¡Ella maneja y los demás rezan!
ETIQUETA: ¡Sonríe! ¡La policía de tránsito de tu ciudad te ha etiquetado en una foto!
FÍSICA: Dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo, ¡salvo que vayan saliendo de Santa Fe en la mañana!
INVENTOS: El carro y el avión han cambiado la forma de vivir de la gente… ¡Y de morir!
MALA EDUCACIÓN: Ando en un flamante autobús del programa Respira y veo que a una anciana que apenas puede nadie le cede su asiento. ¡Si no es porque estoy tuiteando me paraba y los regañaba a todos estos mal educados!
Autor: Un conductor sin licencia.
Breves
— Ha cometido usted un crimen matemático.
— Pues, lo asumo.
— Pues, lo arresto.
* * *
— ¡Papá, mira el cielo! ¡Está lleno de botoncitos de “Favorito”!
— Estrellas, hijo. Se llaman estrellas.
* * *
Un pingüino entra en un bar y se dirige al mesero.
— Perdone, ¿por casualidad ha visto usted a mi hermano?
— No sé, ¿cómo es?
* * *
— ¿Cuál es el animal más antiguo?
— La vaca
— ¿Por qué?
— Porqué esta en blanco y negro.
* * *
— Mi mujer me dijo que ya no podía más, que necesitaba más espacio.
— ¿Y qué hiciste?
— La regalé un disco duro de 2Tb.
* * *
Estaba un regio en su casa y le da un ataque cardíaco; avisan a la ambulancia, lo suben a la camilla, lo suben en la ambulancia y de camino el médico le dice a su ayudante:
— ¡Rápido, póngale la mascarilla!
Y el regio:
— ¡No, por favor, póngame la más baratilla!
* * *
— Amor mío, creo que podríamos tener otro hijo.
— Me parece bien, a mí tampoco me gusta el que tenemos ahora.
Autor: Alguien que no tiene tiempo para más.
Vaya partido de golf
Un buen día están jugando al golf Moisés, Jesucristo y un hombre mayor. A esto, que coge Moisés, se prepara y paff, la bola directa al agua. Toda la gente grita “¡Oooh!”.
Y dice Moisés:
— No pasa nada.
Coge el palo, lo hinca en el suelo y se separan las aguas; le pega de nuevo a la bola y directa al hoyo… La gente se volvió loca.
A esto que llega Jesucristo se prepara y paff, la bola otra vez al agua; pero esta vez queda flotando. Coge Jesucristo empieza a andar por el agua le pega a la bola y al hoyo.
Ahora le toca al anciano, le pega y la bola directa al agua, pero justo antes de llegar sale un pez, se come la bola y antes de que caiga el pez al agua aparece una gaviota que se come al pez. A la gaviota le cae un rayo, se cae al suelo, abre el pico sale la bola y se cuela en el hoyo.
A esto que dice Jesucristo:
— Mira papá, si empiezas con tus cuentos yo no juego.
Autor: Un devoto.
En el bar del pueblo
Dos borrachos que están en la plaza del pueblo y uno le dice al otro:
— Compadre, ¿por qué no montamos un bar?
Y le dice el otro:
— ¡Bueno! Pero ¿y si nos va mal?
Y le contesta el otro:
— Pues si nos va mal lo abrimos al público.
Autor: Un ebrio emprendedor.
Premio al mejor conductor
Un hombre va por la carretera conduciendo y de repente lo detiene la policía:
— ¡Buenos días, señor! Lo hemos estado vigilando desde que pasó el último pueblo, y hemos observado que respeta todas las normas, se detiene en todos los semáforos y conduce correctamente. Tránsito dará un premio al mejor conductor y se lo vamos a entregar a usted.
— No, pero si yo no tengo licencia de conducir…
A lo que responde su mujer:
— No le haga caso, que está borracho.
Y la suegra comenta:
— Yo sabía yo que con un carro robado, no íbamos a llegar muy lejos.
Autor: Un mecánico.
* * *
Va un señor conduciendo a 160 Km por hora y lo para un policía de tránsito y le pregunta:
— ¿Cuál es su nombre?
Y le contesta:
– Ja ja y me río.
El agente molesto le dice:
– No se ría, sino me dice su nombre me lo llevo detenido.
Y le dice:
— Ja ja y me río.
El policía lo lleva detenido y lee la licencia de conducir que decía:
Jaime Río (sufre de tartamudez)
Autor: Un tartamudo.
* * *
Tres borrachos entran en un bar a las tantas de la noche; dos de ellos llevan al tercero, que se cae y se queda tirado en el suelo. Otro se pone a vomitar apenas se sienta en una de las mesas, y el tercero le dice al camarero:
— Buenash…mmme pone treeesh whishkish y otrooosh tresh para mmmy ammmigo de la mmmesha.
— ¿Y el del suelo no quiere nada?
— Nnno, no beeeebeh porque tiene que connnducir.
Autor: Un ebrio feliz.