“Leer es una maravilla y el escribir es otra”, expresó a ZETA el empresario y filántropo tijuanense que acaba de publicar “Andanzas y vericuetos”
La de escritor es una de las facetas del empresario y filántropo José Galicot, que por cierto acaba de dar a conocer por estos días su más reciente libro, “Andanzas y vericuetos”, edición de autor publicada por Perrín Rivemar Editorial, bajo el cuidado editorial de Guadalupe Rivemar Valle y Gabriela García como coordinadora de contenidos.
Columnista en ZETA, Galicot reúne en “Andanzas y vericuetos” una selección de sus columnas publicadas en este Semanario, en las que comparte diversas historias de personajes y escenarios de Tijuana, además de anécdotas o reflexiones escritas en los últimos dos años. De hecho, a propósito de sus columnas, “estoy enloquecido escribiendo, estoy escribiendo uno o dos artículos por día”, comparte el columnista, al tiempo que revela algunos secretos de sus orígenes.
“LA INTENCIÓN ERA PASARSE” AL OTRO LADO
Hijo de Rafael Galicot y Matilde Behar, José Galicot Behar nace el 1 de octubre de 1937 en Santa Bárbara, Chihuahua. En la entrevista para ZETA recuerda cómo su padre, nacido en Estambul y de origen judío, emigra a México.
— ¿Por qué su padre eligió México para vivir y no otro país de Latinoamérica o Estados Unidos?
“Él sale muy chico, a los 13 años, de Turquía; él había estudiado en una escuela que se llamaba Alianza Francesa, una cadena de escuelas donde él había aprendido alemán. En la Primera Guerra Mundial, él la hace de intérprete de los alemanes con los turcos. Le va bien, pero se lo quieren llevar de leva. Entonces, a los 13 años se escapa de Turquía y va a Grecia a aprender griego, luego se va recorriendo Europa, hasta que llega a Mónaco y termina de croupier. Después, porque había una oportunidad en México, dejaban emigrar, llegó por Veracruz en 1920”.
En “Andanzas y vericuetos”, el autor cuenta que luego de que su padre se establece en México, contrae nupcias con Matilde Behar, su madre, en Santa Bárbara, Chihuahua. Tras una breve estancia en Ciudad de México, a la edad de 9 años, en 1946, llega a Tijuana con su familia.
— ¿Por qué sus padres deciden establecerse en Tijuana y no en otra ciudad como Guadalajara o Monterrey?
“Porque mi abuelo materno, Isidoro Behar, se había venido aquí, porque su hermano vivía en Los Ángeles. Entonces, como toda la gente que venía por aquí, la intención era pasarse, y se quedaron, entonces trajeron a mi papá y a mi mamá”.
De hecho, rememora cómo son sus primeros años en la ciudad fronteriza, hacia finales de la década de los 40 y principios de los 50:
“En Tijuana hago la primaria en la Escuela Miguel F. Martínez. Mi mamá me cachó yendo a la doctrina cristiana porque no había niños judíos en Tijuana, el único niño judío era yo o mi hermano. Si quería ver a un judío, me veía en el espejo. La sirvienta me llevó a la doctrina cristiana y era buenísimo, pero me cacharon, entonces me mandaron a México al Colegio Hebreo Sefaradí, ahí estudié la secundaria y la preparatoria en la Prepa 1 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde era mi compañero Carlos Slim”.
EL PRIMER LIBRO
Estudia Ingeniería Civil y Economía, aunque para las décadas de los 70 y 80, es ya un empresario exitoso en Tijuana. Es en los 80 cuando empieza a publicar sus columnas en este Semanario, invitado por Jesús Blancornelas, cofundador de ZETA junto con Héctor Félix Miranda.
— ¿Cómo y en qué época empieza a escribir y publicar?
“Empiezo a publicar con ZETA, cuando nace ZETA. Por 20 años escribo en ZETA una columna muy parecida a lo que escribo ahora. Don Jesús Blancornelas me invitó, me llevaba bien con él, me dijo: ‘Escribe una columna’. Nunca tuve censura, nunca me interrumpieron, nunca me dieron guía, línea, siempre fue abierto. Tuve una buena amistad con él y ahí también nació mi amistad con Adela Navarro. Empecé a describir la ciudad y los temas de la ciudad porque siempre me ha llamado la atención Tijuana. Era impresionante el impacto que tenían los primeros artículos, la gente me hablaba y me preguntaba: ‘¿De veras escribes en ZETA?”, relata.
De hecho, como producto de sus primeras columnas en ZETA surge “Facetas”, su primer libro. Desde entonces ha publicado títulos como “Pobre península”, “Californiadas”, “Diálogos, personajes y ciudades”, “La Tía Juana”, “Presencias de la ciudad”, “Setenta. La mochila de Galicot” y “Ochenta… y contando”, entre otros.
DE PERSONAJES TIJUANENSES
Aunque se toma un receso de cinco años como columnista en ZETA, regresa en 2023 con “una necesidad imperiosa” de escribir y contar historias.
“Hace dos años, en 2023 me invita Adela Navarro y encuentro que tengo una necesidad imperiosa de escribir, empiezo a escribir a borbotones dos artículos diarios. Dedico dos o tres horas al día a escribir, a dictar, y me va bien, me permite expresar un montón de historias de Tijuana y de las cosas que ocurrieron, sobre todo la parte comercial, no en la parte política, definitivamente”, cuenta mientras comparte palabras de reconocimiento para Gabriela García, su asistente que lo auxilia en la toma de dictado de sus artículos semanales.
“Dejé cinco años de escribir y volví a tomar la pluma el año pasado, pero con una desesperación, porque cualquiera que escribe una columna tiene tres o cuatro listas para las semanas que le falle la inspiración. Yo ahorita tengo 25 adelantadas. Era y sigue siendo un lujo escribir en ZETA. La gente me pregunta, me interroga, me discute los temas que pongo. Siempre ha sido un honor colaborar en ZETA y siempre he tenido toda la libertad de escribir lo que quiera, aun discutiendo temas de los que ZETA y yo diferimos”.
Leer “Andanzas y vericuetos” es encontrarse con personajes tijuanenses de raigambre, como Rodrigo “El Güero” Valle, Jorge Kuri padre (empresarios), Tomás Perrín (autor de la novela “El agua de la Presa”), Raúl Calleros o Raúl Conti (cantante), Eduardo Silvestre (fisicoculturista, dueño y entrenador en el Gimnasio Silvestre), entre otros bajacalifornianos a los que José Galicot da vida.
— ¿Por qué es importante para Usted escribir o recordar a personajes tijuanenses de antaño en “Andanzas y vericuetos”?
“Tijuana es una ciudad con una pequeña historia y ha habido personajes increíbles como Enrique Mier y Terán, Héctor Lutteroth, Tomás Perrín y como los que describo y cuento sus historias, historias que además son increíbles. Tijuana merece esto porque tiene historias maravillosas de personajes, siendo pequeña y llegando gente de todos los confines del mundo prácticamente, emigrando personajes que tienen una historia increíble, sobresaliente, y pues nadie sabe de ellos, nadie los recuerda y tengo la suerte de tener buena memoria y acordarme de ellos. Pienso que hay personajes que van marcando la ciudad, pero desaparecen y nadie se acuerda de ellos, que fueron importantes en su momento”.
UN RECORRIDO POR ESCENARIOS TIJUANENSES
Los personajes están ligados, por supuesto, a escenarios. Es decir, también es posible recorrer la Tijuana de la segunda mitad del Siglo XX a través de sus escenarios o sus tiendas, historias de La Bola, La Marquesita, Dorian’s y hasta del aeropuerto de la ciudad fronteriza que don José Galicot conoce como la palma de su mano.
— ¿Por qué le parece importante contar las historias de lugares tijuanenses que Usted conoció desde el siglo pasado?
“Yo he participado en todas las creaciones de los grupos, por ejemplo, en el CDT, el CCE, en el Minarete, en grupos sociales, y pues es interesante contar sus historias porque Tijuana tiene esa tendencia de agruparse en grupos sociales que se reúnen para platicar, para contar historias, como las batallas del Campestre, por ejemplo, cómo surge y cómo se vuelve un espacio de élite.
“El aeropuerto era realmente un lugar horrible, espantoso, peleamos porque lo arreglaran y yo me peleé con los españoles, me corrieron del concejo del aeropuerto por rebelde, por andar peleando que debían gastar más. Llega uno ahorita al aeropuerto y ve uno un aeropuerto maravilloso”.
EL EMPRESARIO Y LA CULTURA
Por supuesto, detrás de los textos de “Andanzas y vericuetos” está la visión del empresario, siempre con calculadora en mano o en la mente, haciendo comparaciones, cálculos o inferencias:
“Mi vocación es ser educador y soy empresario. Soy empresario porque la vida me puso a ser empresario y lo hice bien. Yo sí pienso que las mismas habilidades que se requieren para ser un buen educador, se requieren para ser un buen empresario, para ser un buen hombre o para ser un profesionista con ética, una manera de ver el mundo, de verla de manera optimista, con una actitud positiva ante la vida”.
— A propósito de Tijuana Innovadora y de la producción de la obra “La Marcha de Siqueiros”, ¿por qué en su faceta de empresario y de filántropo está siempre presente el arte y la cultura?
“Yo pienso que, primero, porque me gusta mucho el arte, me gusta mucho la pintura, me gusta la cultura. Pienso que Tijuana requiere más y está surgiendo. Tijuana se va transformando y tiene talento. La verdad no sé qué está pasando últimamente, se nos están yendo muchos, por ejemplo, el director mundial de Ferrari, el diseñador, es de Tijuana; el director de la escuela de robótica de Tokio es de Tijuana, y muchísimos tijuanenses haciendo labores en muchos lados también”.
“ESTOY ENLOQUECIDO ESCRIBIENDO”
Hacia el desenlace de la entrevista para ZETA, al empresario se le plantean algunas cuestiones propias de la escritura que ha practicado durante más de cuatro décadas.
— ¿Qué le da la escritura a José Galicot que no encuentra en el mundo empresarial?
“La escritura me da capacidad de expresar ideas. Yo leí mucho de chico, leí todos los libros de Salgari, de Julio Verne, todos los libros que se pueda imaginar. A veces encuentro palabras que no recordaba, pero que cuando estoy escribiendo aparecen, por ejemplo, ‘vericuetos’. De pronto me encuentro con palabras que extraigo de aquel acervo cultural que aprendí de chico. Leer es una maravilla y el escribir es otra, y el poder expresar y comunicar”.
El 1 de octubre de 2024, don José Galicot celebró 87 años de existencia.
— ¿En qué momento considera que se encuentra como escritor?
“Estoy enloquecido escribiendo, estoy escribiendo uno o dos artículos por día. Tengo una necesidad imperiosa de soltar todo lo que tengo en artículos, en mi manera de escribir, porque pasaban cosas en Tijuana que son muy divertidas, y como era una ciudad chiquita, fui partícipe de muchas cosas de la ciudad, o sea, no fui espectador, fui parte de lo que estaba ocurriendo”.
Por supuesto, también adelanta algunos detalles de su próximo libro:
“‘Consecuencias de las andanzas’ es la continuación de ‘Andanzas y vericuetos’. Yo calculo que en un par de meses sale esto. Después, todo lo que salga, todo lo que escriba, todo lo que pueda. Tengo la edad suficiente para pensar que esto tiene un término y tengo que volcarlo pronto con un poquito de desesperación de andar en estas andanzas y de contar las historias”.
— Finalmente, ¿qué ha significado para Usted Tijuana o la frontera?
“Tijuana es mi vida. Tijuana es mi patria. Seguiré escudriñando el futuro de la ciudad, viendo los acontecimientos que van pasando”.