No hay servicio, cualquier emergencia llame al 911 (Batman)”, es el mensaje que puede leerse en la puerta principal de la Subcomandancia de la Policía Municipal de Mexicali que se ubica en la entrada de Ciudad Guadalupe Victoria, una de las comunidades más grandes ubicadas al Sur del Valle, la cual también conforma el triángulo de operaciones donde se encuentran asentados Los Rusos, grupo delictivo preponderante y alineado a la estructura criminal conocida como La Mayiza, del Cártel de Sinaloa.
Las instalaciones están repletas de vehículos estacionados, pero ni una sola patrulla; caminando alrededor se puede observar a trabajadores administrativos y policías desfajados, caminando y charlando alrededor del inmueble.
Llevan su uniforme sin insignias, sin fornituras ni orgullo, pues se saben diezmados a causa de la decisión tomada por la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, de desarmar y suspender las operaciones de toda la Policía Municipal de Mexicali adscrita a la zona Valle Sur, región que se considera una de las de mayor influencia del crimen organizado en Baja California.
Los agentes no pueden atender una sola diligencia, pues no cuentan con patrullas ni armas, además de que la instrucción superior es que permanezcan en las oficinas cumpliendo su jornada laboral, en tanto se determinan las evaluaciones del Centro Estatal de Control y Confianza (C3). La calma los oxida, los frustra. Si bien, saben que existe un problema de seguridad en la zona, no comprenden los motivos por los que se tomó una decisión generalizada y no focalizada.
ZETA realizó un recorrido e intentó conversar con varios agricultores y representantes empresariales que forman parte de este triángulo de la violencia, ese que iniciando septiembre fue exhibido como uno de los puntos de mayor descontrol en las Mesas de Seguridad para la Construcción de la Paz.
Ni agricultores ni empresarios se sienten seguros para conversar con grabadora de por medio, pero aceptan comentar lo que se vive en la comunidad rural tan diversa y que reconoce poco su verdadera realidad, debido a que se tiene normalizada la presencia de grupos delictivos operando en los poblados.
“A partir de las seis de la tarde, el pueblo se muere”, expuso un agricultor consultado que pidió el anonimato, pero responsabilizó principalmente a la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), pues desde el arribo de esa corporación, se reanudaron los cobros y abusos policíacos.
Su realidad dista mucho de lo que refiere Marina del Pilar Ávila, quien encabezó un evento en Ciudad Guadalupe Victoria y el 18 de septiembre -cuando ya los agentes municipales fueron removidos de sus funciones- encabezó una jornada de asistencia para mostrar una realidad en torno a la tranquilidad que se vive en ese punto rojo.
Empresarios y agricultores consultados por ZETA coinciden en dos cosas: la violencia ya no se genera en la comunidad, sino en las rancherías alejadas a los poblados; y que la FESC llegó al valle para causar más abusos que resultados.
ASESINAN A EMPRESARIO DEL RAMO TECNOLÓGICO EN EL 43
A prácticamente un mes de que la Policía Municipal de Mexicali fue retirada de la zona de mayor influencia delictiva, el empresario Omar Fernando Flores Peralta, de 38 años de edad, fue asesinado a las afueras de su vivienda con el número 120, ubicada sobre Calle Quinta en Ciudad Guadalupe Victoria.
El reloj marcaba las 08:00 horas del 9 de octubre cuando Omar Fernando salió de la propiedad color gris y se dirigía al vehículo Toyota Tacoma color naranja de reciente modelo, con placas de circulación de Baja California.
Su paso era ligero, como el de alguien que no sentía recibir un ataque como el que sufrió con armas de grueso calibre. Los estampidos rompieron la calma del poblado más grande de la zona, pero el crimen fue tan rápido, que sólo le alcanzó para intentar refugiarse en la parte trasera de su vehículo.
Su cuerpo quedó tendido justo a un metro de los neumáticos traseros del pick-up, frente a su domicilio, donde todavía se encontraba su familia.
Los matones sólo fueron identificados como dos sujetos que tripularon un automóvil Ford Taurus guinda, el cual tomó rumbo desconocido, dejando alrededor de 18 casquillos percutidos en el piso.
Al lugar arribaron elementos de Guardia Nacional y de la Fiscalía General del Estado (FGE) para resguardar la zona e iniciar con las indagatorias, no sin antes colocar una lona blanca en el cerco perimetral del domicilio, según vecinos, con la intención de que los dos hijos y la esposa de Omar no observaran el cuerpo. Familiares y trabajadores acudieron al lugar también para observar lo ocurrido.
Omar Fernando era propietario de la empresa Celltech, dedicada a la venta de celulares, pero también a la oferta de red móvil, cámaras de videovigilancia y aditamentos para equipos de telecomunicaciones. El permiso de operaciones fue entregado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en 2020, según el contrato disponible en la plataforma del Gobierno de México.
En una breve conversación que se recabó con familiares y trabajadores, lo recuerdan como un hombre muy atento y cortés, que no se metía en problemas y no había recibido amenazas; al menos no lo sabían.
Elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) iniciaron las indagatorias en el caso y las líneas convergen en que pudiera tratarse de un hecho vinculado a la delincuencia organizada. Al parecer, porque Omar (se desconoce si sabía) vendió equipo tecnológico a presuntos operadores delictivos antagónicos a Los Rusos, grupo preponderante que opera en el Valle de Mexicali.
“SEGURIDAD CIUDADANA LOS CORRIÓ A SAN LUIS”: RESIDENTES DE VALLE SUR
Desde que inició la operatividad de la FESC en la zona Sur del Valle de Mexicali, no hay semana en la que no se dé un enfrentamiento en las rancherías o zonas despobladas ubicadas en la limítrofe con San Luis Río Colorado, Sonora.
La FESC continúa persiguiendo a presuntos operadores de Israel Leonardo Trigueros Muñoz alias El Isra, a quien relacionan con el atentado a su compañero y subdirector, Agustín Jaime Brambila, a finales del mes de agosto, y de manera recurrente identifican convoyes y vehículos sospechosos que logran escapar a San Luis Río Colorado por medio de las brechas.
Este Semanario entrevistó a varios agricultores, a dos representantes empresariales y a dos ciudadanos, para conocer la situación que se vivía desde hace varias semanas, a lo que respondieron de manera muy similar:
“Seguridad Ciudadana los corrió a San Luis…”, pero esto -refieren- no es necesariamente mejor, toda vez que ahora se encuentran preocupados por las intervenciones de la FESC a los residentes.
Ya sea en Estación Coahuila o en el 43, la queja es la misma respecto a la Policía estatal, pues aseguran que anteriormente los agentes municipales permitían resolver cualquier conflicto mediante un soborno de poca cuantía, y previo al arribo de la FESC sufrían robos o delincuencia común.
Tras la llegada de la corporación estatal hace un mes, los grupos delictivos replegaron sustancialmente su intervención en las comunidades del Valle de Mexicali. Consideran que los enviaron a San Luis Río Colorado, pero ahora se preocupan más por las extorsiones de la FESC. Y es que si bien, es conocida la influencia de la delincuencia organizada, los agricultores no han padecido cobro de piso, secuestros ni levantones, salvo en contra de personas cuya actividad criminal era conocida.
“Los malandros no se metían con la ciudadanía”, refirió uno de los agricultores consultado por ZETA, el cual aseveró que algunos elementos estatales cobran hasta 5 mil dólares, cuando ven en una conducta sospechosa.
Aseguraron que familiares y amigos han sido víctimas cuando circulan por la comunidad y les encuentran alguna foto de un arma de fuego en su celular; o bien, alguna cuestión que pudiera mostrar una vida económicamente favorable.
Representantes empresariales refirieron que la presencia de los grupos delictivos se ubica en las rancherías o zonas alejadas del poblado, donde sólo se ingresa con vehículos de mayor tamaño, pero lo único que han detectado es que incrementaron las extorsiones telefónicas, que realmente no saben si en realidad pertenecen a una estructura criminal o se trata de estafas.
Sobre el particular, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda dio a conocer que el viernes 4 de octubre, el Estado devolvió las instalaciones a la Policía Municipal, lo que permitió que los oficiales regresaran a su lugar de trabajo. Antes de que eso ocurriera, todos los agentes -desarmados- se dispersaron en las estaciones de Policía, como Bataquez y Coahuila, bajo la instrucción de no atender incidencias.
Por su parte, la alcaldesa de Mexicali, Norma Alicia Bustamante Martínez, aseguró que existe la posibilidad de que hoy viernes 11 de octubre se pueda configurar el cuadro de mando de la Policía Municipal en Zona Valle Sur, ahora en la era de Luis Felipe Chan, pero ha quedado evidenciado que habría intervención directa en las posiciones de poder dentro de la corporación en este punto del Valle de Mexicali.
Cabe señalar que cuando se inició la intervención de la FESC en el valle de Mexicali, la incidencia delictiva en delitos de alto impacto se redujo de manera sustancial y se realizaron algunos decomisos importantes de armamento.
Fuentes de Inteligencia atribuyen que el poderío de Los Rusos, dirigidos por Jesús Alexander Sánchez Félix, se trasladó a Culiacán para participar en el enfrentamiento entre las dos fracciones del Cártel de Sinaloa: La Chapiza y La Mayiza, motes generados a partir de los apodos de los ex líderes del Cártel, Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, hoy dirigidos por sus hijos.
Los Rusos, quienes pertenecen al ala de La Mayiza, habrían reducido sus operaciones en el valle, dejando encargados.
Acorde con grupos de Inteligencia de las Mesas para la Construcción de la Paz, refieren que todo parece indicar que, al reducir el enfrentamiento en Sinaloa, Los Rusos retomaron la actividad en San Luis y Mexicali, lo que provocó un recrudecimiento en la violencia, sobre todo en el municipio sonorense.
En lo que respecta al Valle de Mexicali, en las últimas dos semanas se han localizado nueve cadáveres que -se presume- pertenecen a trabajadores independientes del narcomenudeo, los cuales dejaron de pagar cuota o intentaron rebelarse a la influencia de Los Rusos.
Videos en poder de ZETA confirman que los sicarios irrumpen en domicilios e incluso negocios formales vestidos de equipo táctico, haciéndose pasar por elementos de alguna corporación policíaca. En muchos de los casos, los sujetos son encontrados muertos en la limítrofe con San Luis.