En sus pretensiones de asumir la dirigencia nacional del PAN para el período 2024-2027, la ex senadora de la República, Adriana Dávila Fernández, se ha distinguido por acusar que en el partido blanquiazul hay figuras con una serie de señalamientos a cuestas que vuelven vulnerable al instituto, lo que, a su modo de ver, provoca que desde la esfera del oficialismo se pierda respeto por el panismo.
En visita reciente a Baja California, Dávila Fernández advirtió que, de seguir obrando carpetas de investigación o acusaciones de corrupción contra integrantes de Acción Nacional, el instituto político no podrá “recuperar la confianza ciudadana”.
Uno de los militantes sobre los que han pesado señalamientos es el contrincante de la panista tlaxcalteca, el ex jefe delegacional de Benito Juárez, Jorge Romero Herrera, de quien la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México indicó, estaría ligado a prácticas de corrupción en el sector inmobiliario.
Dávila Fernández también manifestó que “las dirigencias nacionales” del PAN no están “a la altura para enfrentar en este momento al régimen que se está instaurando (con Morena a la cabeza del oficialismo), que nada tiene que ver con izquierdas y derechas, sino con un populismo extremo que pretende socavar las libertades y la democracia en México”.
En tanto que el oficialismo procedió el 12 de octubre a insacular por sorteo los cargos del Poder Judicial a renovarse con la celebración de elecciones federales, la oposición se ha caracterizado por jugar un papel irrelevante, dijo.
“Por eso también la falta de respeto que le tienen a la oposición partidista, por eso el descrédito que tenemos en la oposición partidista y esa irrelevancia es peligrosa para los mexicanos, no sólo para los panistas”, enfatizó.
Al tiempo que Morena “hace su tómbola del bienestar y su casino de bienestar, nuestros dirigentes lo que hacen es una rifa de toma todo, juego de pirinola, toma todo y quédate con todo, y reparten posiciones”, recriminó. La también ex diputada federal sacó a colación el reclamo vertido por el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, al senador suplente Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo hijo Miguel Ángel Yunes Márquez votaría (como propietario) a favor la reforma al Poder Judicial impulsada por el entonces Presidente de la República y fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
En tal caso, conduciéndose a la par como senador de la República, Cortés reprochó a Yunes Linares que su consanguíneo se perfilara para dar su anuencia a la enmienda constitucional pese a las candidaturas conferidas a ambos y demás allegados por el Partido Acción Nacional.
“Desde la tribuna del Senado desnudan esas acciones y dicen cosas como ‘A ti, Yunes, te entregué la candidatura equis y a tu hijo le entregué también la otra candidatura, y a tu otro hijo también la candidatura y a tu mujer’. Fíjense bien el concepto: ‘A tu mujer, le entregué la presidencia municipal de Veracruz”, recapituló la candidata a suceder al presidente del Comité Ejecutivo Nacional.
En entrevista con ZETA, Adriana Dávila Fernández afirmó que, durante la reciente visita a Querétaro de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quedó evidenciado que el oficialismo no muestra respeto por las fuerzas opositoras.
“Claudia Sheinbaum hace tres días sale y dice ‘Yo no voy a hablar con la oposición, si es necesario que hable la secretaria de Gobernación (Rosa Icela Rodríguez), si es necesario, que hable, si vale la pena, yo voy a hablar al pueblo de México’”, citó.
El posicionamiento de la mandataria emanada de Morena sobrevino con todo y que el 1 de octubre, fecha en que recibió la banda presidencial, los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, lo mismo que Movimiento Ciudadano, se pronunciaron por entablar diálogo a fin de que se respetaran sus planteamientos.
“Son palabras que están evidenciando una enorme soberbia de un gobierno que no le tiene respeto a la oposición, cuya representación si tú quieres minoritaria tendría que ser importante, porque también somos mexicanos”, sostuvo Dávila Fernández a propósito de la postura de la titular del Poder Ejecutivo.
Asumió que el diálogo se va a lograr siempre y cuando el PAN cuente con credibilidad y respaldo ciudadano en las urnas. De ahí que se pronunciara por una reconfiguración del panismo: “El PAN tiene que volver a ser creíble y a tener decencia pública, porque eso nos va a permitir, primero, hablarles a los ciudadanos y entonces en la exigencia a la Presidenta vamos a poder decirle que resuelva los problemas, porque esos desdenes de la Presidenta tienen que ver con la ineficiencia de gobierno, pero también con la debilidad y vulnerabilidad de la oposición”.
PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES “NO PUEDE QUEDAR EN EL PAPEL”
Manuel Gómez Morín Martínez del Río, nieto del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, declaró en el curso del proceso interno que Marko Cortés, Santiago Creel, Jorge Romero Herrera y el ex candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés tienen “secuestrado” al PAN, y que si el actual dirigente nacional retiene el control del partido, 30 mil militantes o incluso 40 mil podrían desertar. Agregó que personajes como el ex alcalde de Huixquilucan y actual senador, Enrique Vargas del Villar, han controlado el partido “tiempo atrás” a nivel entidades federativas.
Sobre las repercusiones que un acaparamiento como tal tendría en la contienda, Adriana Dávila puso de manifiesto: “Qué bueno que no me apoya Marko Cortés. Es el primer mensaje de que nosotros no queremos hacer exactamente lo mismo que ellos están haciendo y están dañando al PAN. Agradezco que Marko Cortés no me apoye, gracias. Lo celebro y no le pediría apoyo, porque es justamente lo que estamos combatiendo”.
Expuso que dentro del proceso de renovación de la dirigencia en el equipo de Romero Herrera, “todos los compañeros tienen cargo, son diputados, son senadores, o pusieron a las esposas de diputadas o son alcaldes”. Dijo haber “señalamientos de todo tipo para todos ellos” y los acusó de hacerle guiños a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, quien forma parte de Morena.
En su momento, el compañero de fórmula de Adriana Dávila, Juan Marcos Gutiérrez González, acusó que el ex alcalde de Huixquilucan felicitó a Gómez Álvarez por su primer año al frente del gobierno del Estado de México: “Este colaboracionismo y coqueteo político resulta absurdo, injustificado y desleal al PAN y a la ciudadanía que se siente agraviada por estos gobiernos de Morena”.
Presente en la entrevista con ZETA, el político afincado en Tijuana, Baja California asentó que la planilla encabezada por Jorge Romero “es más de lo mismo” y mencionó que ni Adriana Dávila ni él provinieron “de las designaciones, de las componendas, de los amigos, de los cuates”.
Además, manifestó que en el proceso interno “el arranque no fue parejo”, presunta circunstancia a la que se refirió como “guiños, señales” que a ambos compañeros de fórmula les generan preocupación.
Dávila Fernández reveló que no confía en quienes al interior del partido toman decisiones que puedan repercutir en la elección interna, a llevarse a cabo el 10 de noviembre y en la que la membresía podrá votar por Jorge Romero o ella.
“No hay confianza en la dirigencia nacional ni en muchas dirigencias estatales. En la militancia sí. Son los militantes los que no están siendo tomados en cuenta, entendemos que no es una contienda fácil”.
De los cuadros que se conducen en apoyo a la candidata, se refirió a Juan Marcos Gutiérrez, a Susana Mendoza Morales, “una doctora en biología, panista de hace muchos años”, igualmente a Nora Lagunes Jáuregui, “que es una mujer que entró al PAN sin tener ningún familiar panista y que ha ganado elecciones”; Víctor Garay Domínguez, “joven de 30 años que tiene claro que el relevo general es importante”; Alberto Cárdenas Jiménez, “que son de los ex gobernadores que pueden salir a la calle sin que estén señalados por actos de corrupción”.
Además de estas figuras, Fernando Pérez Noriega, Sandra Corral Quiroga, Lydia Madero García integran la planilla de Dávila Fernández.
“Traemos una planilla a la cual no tienen nada que señalarle, porque además para mí sí es un valor. Creo que el PAN tiene que cambiar sus visiones de qué le da valor a qué”, refirió la ex legisladora federal.
De ganar la presidencia del CEN, trabajaría por “cambiar prioridades” en un escenario de enmiendas a la Constitución impulsadas por Morena: “No tendríamos por qué creer en una reforma al Poder Judicial ni tampoco tenemos por qué creer en una Reforma Electoral que ya no tardan en imponer, tampoco tenemos por qué creer en su política de seguridad, que además no anuncia nada distinto de lo que tenían que hacer”.
Acusó al Partido Acción Nacional de pasividad durante el proceso de configuración de las iniciativas: “El PAN tendría en este momento que tener, o hubiera tenido hace tres años, porque nos avisaron, la propuesta de Reforma Judicial, no hubo. Deberíamos haber tenido una propuesta ahorita de Reforma Electoral. No hubo. Ese es un problema de los legisladores, dónde está la propuesta, ya hubiéramos salido antes que ellos, pero además de presentarla en el Congreso, tendríamos que estarla cabildeando en la calle con el ciudadano”.
Agregó que la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, sostuvo que el partido en el poder ganará la gubernatura en Nuevo León y en Chihuahua, estados donde Movimiento Ciudadano y el PAN se constituyen como fuerza política en poder respectivamente. “Deberíamos estar preparándonos nosotros para esas batallas”, reclamó la panista.
En la historia de Acción Nacional, el partido blanquiazul sólo ha contado con Cecilia Romero como dirigente en el país, en un período en el que fungió como interina. En caso de que el panismo favoreciera a Dávila Fernández el 10 de noviembre, sería la primera panista en ser electa presidente del CEN.
“85 años de nacimiento del PAN sin que haya una mujer presidenta. Unos meses Cecilia Romero fue secretaria en funciones de presidente, la pusieron para una reelección de (Gustavo) Madero (Muñoz) y Madero regresa”, lamentó la candidata.
Recordó que en su momento la bancada del PAN se constituyó como el grupo parlamentario que propuso la paridad total. De ahí que se dijera expectante de que la legisladora inicialista “en algún momento diga: ‘Ay, Adriana, yo propuse esa, yo voy contigo, vamos a ver’”.
En 2018, la entonces senadora y actual diputada de representación proporcional, Kenia López Rabadán, presentó una iniciativa para que la paridad no quedara limitada a los cargos de elección y al Poder Legislativo y que de ese modo abarcara los tres poderes públicos y los órganos autónomos.
“No se ha pronunciado ahorita, pero esos miedos, uno tiene que aprender de pasar del papel a la práctica, la sororidad no puede ser sólo el discurso bonito que te tranquiliza la mente, pero que te agobia el alma”, añadió Dávila Fernández, pronunciándose por dejar de permitir que las mujeres se perfilen para tal o cual cargo con el impulso de las cúpulas partidistas.
“A mí nadie me empujó, nadie me dijo ¿tú quieres ser? No tengo detrás de mí ningún pueblo necio, porque en estos momentos del país se necesita querer hacer, cambiar las cosas y eso lo hago con todas las ganas del mundo. Nosotros tenemos más ganas de ganar que miedo de perder”, asentó.