Con retraso y opacidad, el gobierno de Montserrat Caballero Ramírez está rehabilitando el Malecón de Playas de Tijuana. La “emblemática” obra, a la que le asignó 200 millones de pesos, tendrá un avance de alrededor del 30 por ciento al cierre de septiembre, cuando concluya la administración morenista.
Para entonces el Ayuntamiento habrá desembolsado al menos 55 millones de pesos, pese a que no hay constancia de que obtuvo la autorización de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para ejecutarla, por lo que la obra podría ser clausurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
El proyecto tampoco conlleva hacer obras de protección costera en detrimento de su vida útil, como ocurrió en 2010, cuando se construyó el anterior malecón de madera.
Según el Ayuntamiento, cuando terminen los trabajos habrá un andador peatonal a lo largo de la zona costera, con iluminación y mobiliario urbano. El anfiteatro quedará remozado. Habrá una rampa de acceso para personas con discapacidad motriz y un andador peatonal en la parte posterior del escenario. El área para ejercitarse (pegada al muro fronterizo) quedará rehabilitada. Habrá un mirador y plaza Los Caminantes, además de una rampa de emergencia para bomberos.
A casi tres meses de iniciarse la obra, montones de tierra y zanjas dominan el paisaje de la playa, donde trabaja poca maquinaria y personal de las empresas contratadas. Tras un recorrido en el sitio y luego de revisar la mínima información arquitectónica proporcionada por el gobierno vía Transparencia, el ingeniero civil Jorge González Belmont señaló que lo “grave” de la construcción del nuevo malecón es que no se hicieron obras de protección al colapso de las edificaciones y la vialidad colindantes, pese a que hay cortes de terreno verticales, y filtraciones de agua que hacen inestable el terreno.
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“En las obras de terracerías efectuadas se observan cortes de suelo verticales, con alturas de hasta 7 metros, efectuados al límite de la vialidad de acceso a las edificaciones existentes en colindancia a la obra y una distancia aproximada de 6 metros de éstas”, señaló González, lo que representa un riesgo para las estructuras ya existentes.
Sobre la arena, a lo largo de 1.2 kilómetros que abarca el proyecto, un par de máquinas excavadoras hacen perforaciones para luego colocar la pila, consistente en un armado de varilla, tubo y cemento, a profundidades que van de los 6 a los 8.5 metros, siendo las más profundas aquellas que están cercanas a las instalaciones de Bomberos. Al cierre de edición, menos de un tercio de las 300 pilas que estarían previstas habían sido colocadas.
González Belmont observó que las pilas de cimentación están siendo colocadas a distancias equidistantes a 2 metros aproximadamente, “lo que indica un proyecto estructural deficiente”.
Las pilas tienen un alto costo porque representan trabajos de perforación previa, construcción de pilas y su colocación, de modo que una estructuración adecuada de la subestructura y superestructura hubiese permitido que las pilas fueran colocadas con mayores espaciamientos entre sí, “reduciendo significativamente el costo de la obra”, agregó el especialista estructuralista.
Los planos entregados por la autoridad vía Transparencia “no pueden considerarse como parte de un Proyecto Ejecutivo, toda vez que, presentan notables deficiencias e inconsistencias, errores y omisiones”.
Ejemplo de ello es que la información consignada en planos no está coordinada con el proyecto estructural de las obras proyectadas, llegando a indicar, en el plano A-12, muros de contención desplantados sobre suelo de relleno.
Por otro lado, González Belmont señaló la opacidad del Ayuntamiento al no entregar información inherente al proyecto ejecutivo, como estudios básicos de oceanografía, topografía, batimetría, geotecnia y ambientales, estructuras de protección costera, planos estructurales y arquitectónicos, así como el programa de inversión, entre otros.
Igualmente, criticó la falta de expedientes técnico-legales y anexos (especificaciones, catálogo de conceptos, precios unitarios, etcétera) en los contratos asignados a las empresas que ejecutan la obra.
La falta de transparencia no permite conocer con precisión qué trabajos desarrollará cada compañía, ni en qué consisten las etapas y tramos del proyecto, así que no hay certeza de que al término de esos trabajos la obra quede tal como muestran las imágenes difundidas por el Ayuntamiento.
Según la información, a Urbanizadora ROMA, SA de CV se le asignaron dos contratos por un monto total de 91 millones 573 mil 503 pesos para desarrollar la primera y segunda etapas de construcción de los tramos 1 y 2 (uno de los contratos fue otorgado en conjunto con Damar Infraestructura, S de RL de CV).
A Crisol Constructora, SA de CV también se le asignaron dos contratos por 92 millones 001 mil 788 pesos, correspondientes a la primera y segunda etapas de construcción de los tramos 1 y 2. Contratos con fecha de conclusión el 30 de septiembre.
Otras empresas contratadas por adjudicación directa con montos menores son Geocimentaciones de Tijuana, S de RL de CV por 945 mil 461 pesos, encargada del proyecto ejecutivo de cimentación para la estabilización del talud sur del malecón, cuyos trabajos debieron concluirse el 18 de agosto, y otro contrato con una persona física, por poco más de un millón, para supervisión externa de la obra.
Además del contrato por invitación restringida, suscrito a finales de 2022, con PTC Ingeniería, S de RL de CV por un millón 376 mil 413 pesos para elaborar el proyecto ejecutivo de rehabilitación del malecón.
El gobierno de Montserrat Caballero no sólo simula transparencia en la plataforma digital respecto a la obra, también omitió consultar a la ciudadanía sobre el proyecto y no le ha mostrado estudios técnicos y calendarización de trabajos, según denunciaron Gabriela Guinea y Carmen Romo, integrantes del Colectivo Defendiendo a Playas.
“El proyecto como siempre se ve muy bonito en la foto, pero ¿era necesario así?, no lo creo. El andador de Playas tenía unas secciones que se necesitaban cambiar, pero no había necesidad de destruirlo todo, ni cambiarlo por concreto”, señaló Guinea.
Se pronunció porque la rehabilitación fuese de madera ya que ese material es mucho más barato y amable con la naturaleza. “Tijuana tiene muchas necesidades. Usar los pocos recursos para cosas que no son prioritarias me parece una falta de capacidad de administración”, consideró.
Juan Enrique Bautista Corona, titular de la Secretaría de Desarrollo Territorial, Urbano y Ambiental (SDTUA), aseguró que ha habido reuniones con residentes y locatarios, e inclusive con el Comité de Playas Limpias. Lo cierto es que la reunión, convocada por la delegada de Playas, Anabele Contreras, contó con muy poca afluencia de residentes, sólo acudieron cuatro comerciantes y no se proporcionó “nada de información”, comentó una asistente. En tanto, el Comité de Playas Limpias no ha sido convocado a sesionar desde septiembre de 2023 y desconoce el proyecto.
Sobre el uso del concreto, Gabriela Muñoz, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), consideró que podría ser riesgoso cuando llueva, debido a la inclinación del nuevo malecón y no necesariamente proporcionará una mayor vida útil, ya que se prevé que el nivel del mar vaya elevándose a largo plazo como consecuencia del cambio climático.
Los comerciantes de la zona tienen opiniones divididas. Algunos consideran positiva la rehabilitación y otros expresaron preocupación por los retrasos, ya que temen disminuir sus ventas por los trabajos de construcción.
FILTRACIONES RETRASAN TRABAJOS
Bautista Corona estimó que el avance de la obra será del 30% al cierre de su gestión. Un retraso importante si se considera que, en junio, la proyección era dejarle a la administración entrante un avance de entre 80 y 90% de la obra.
Atribuyó el retraso a que se está filtrando el oleaje a las excavaciones de las pilas, por lo que se tienen que poner barreras y trabajar en tramos. “Eso ha retrasado un poco los trabajos y también todo lo que nos estamos encontrando abajo, las filtraciones de agua potable, inclusive drenaje”, las cuales dan cierta inestabilidad.
“Ahorita hay unos escurrimientos que no se ha detectado el origen, estamos haciendo adecuaciones en el proyecto para garantizar la captación de esa agua, y trasladarla a un lugar seguro donde no afecte la estructura”, expuso el funcionario, y prometió que los escurrimientos serán resueltos con el nuevo malecón.
SIN PROTECCIÓN COSTERA
Durante la glosa del Tercer Informe, Marco Antonio Campoy Arce, quien titula la Dirección de Obras e Infraestructura Municipal (DOIUM), afirmó que el proyecto sí contempla la construcción de escolleras y difusores de energía, pero éstos no se están construyendo en la gestión por concluir.
“Las escolleras sería un tema a platicar en la nueva administración porque ayudaría en esta parte de las corrientes, además que se ganaría un espacio de playa”, afirmó, sin explicar por qué no se contrataron esos trabajos. Mientras que Bautista Corona aseguró que está haciendo la presupuestación de las escolleras.
El regidor de Morena Erwin Areizaga Uribe resaltó la necesidad de que se haga esa infraestructura: “A lo mejor quienes no han estado en el tema inmiscuidos lo ven como algo accesorio, sin trascendencia, pero es algo muy importante” para proteger la inversión considerable que se está haciendo.
Recordó que hace 14 años, cuando fue inaugurado el malecón de madera también quedaron pendientes las escolleras que se habían previsto tomando en cuenta un estudio sobre las corrientes del Océano Pacífico. En aquel entonces se explicó que con las escolleras “podríamos tener por lo menos 40 metros de arena” y su costo era cercano al millón de dólares, alrededor de 14 millones de pesos al tipo de cambio de aquella época. Actualmente se desconoce cuánto podrían costar.
“Ojalá se considere una inversión, en razón de lo que se está invirtiendo, que nada más representaría 20% de lo actualmente se está destinando y al final se va a proteger en beneficio de la sociedad”, recalcó.
En opinión de la investigadora Gabriela Muñoz, del Colef, “colocar una escollera podría ayudar, pero si se sigue construyendo al ritmo que lo estamos haciendo eso va a ser ridículamente pequeño para enfrentar el problema”.
Se pronunció porque ya no se otorguen más permisos de construcción en la zona costera. El desarrollo inmobiliario descontrolado está asentándose en lagunas estacionarias, secando ríos, entubando canales, y eso está interrumpiendo el proceso de arenización en las costas. Situación que junto con el fenómeno del retiro de oleaje y el cambio climático están incidiendo para que cada vez haya un avance mayor del mar reduciéndose la zona de la playa.
AUTORIZACIÓN AMBIENTAL EN DUDA
Campoy Arce afirmó que la rehabilitación del malecón está en el polígono de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de 2009 (autorización usada para el proyecto del malecón de madera), la cual está vigente. Aseveró que el Instituto Metropolitano de Planeación le está dando seguimiento a las condicionantes establecidas en ese documento.
Se sabe que funcionarios municipales tuvieron una reunión con Semarnat en la que sólo hablaron de rehabilitación, pero al tratarse de un proyecto totalmente distinto a la MIA de 2009, el Ayuntamiento debió solicitar una modificación a la vigente o pedir una nueva, lo cual no ocurrió, por lo que lo conducente es que Profepa clausure la obra, indicaron especialistas ambientales consultados por ZETA.
