Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa -desde el 1 de noviembre de 2021 y militante de Morena-, reveló, el 2 de septiembre de 2024, que la Fiscalía General de la República (FGR) le solicitó pruebas de su localización el día en que presuntamente fue secuestrado el capo sinaloense Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, de 76 años de edad, presuntamente privado de su libertad por Joaquín Guzmán López, “El Güero Moreno” -de 38 años de edad-, hijo de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, así como del asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder del Partido Sinaloense (PAS), diputado federal electo y ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), ocurrido el 25 de julio del mismo año, en el municipio de Culiacán de Rosales.
Durante una conferencia de prensa, el mandatario estatal sinaloense afirmó que él entregaría a la autoridad los datos probatorios que se le solicitaran. “Como dijo el presidente [Andrés Manuel López Obrador], nosotros tenemos que ir a declarar ante la autoridad, cuando nos lo pida, no tengo ningún problema para eso”, manifestó.
“Es mentira que estuve el 25 de julio [de 2024] con el tema que se llevaron al señor Zambada, quien diga eso miente […] El viernes [30 de agosto del mismo año] que fui a la reunión [a la Ciudad de México] me preguntaron si iba a declarar a la FGR, me insistieron y les dije que sí, y me preguntaron que cuándo, les respondí: ‘cuando me llame la Fiscalía’, o sea, si la Fiscalía me llama, voy”, enfatizó el gobernador.
“La Fiscalía me ha pedido que entregue datos probatorios de que no estuve [en el lugar donde secuestraron al ‘Mayo’], si me los pide los doy”, insistió Rocha Moya, quien también consideró “poco probable” que Claudia Sánchez Kondo, nueva titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Sinaloa, fuera llamada a declarar ante la FGR, ya que, según dijo, cuando ocurrió la investigación respecto al asesinato de Cuén Ojeda, ella era vicefiscal de la zona centro, área que no se involucró en el caso.
El presidente Andrés Manuel López Obrador indicó, el 22 de agosto de 2024, que la FGR es la institución que debería determinar si el gobernador de Sinaloa declararía respecto al caso del capo sinaloense.
“Eso lo tiene que decidir la FGR, y si la Fiscalía considera que es importante para la investigación, de todos los ciudadanos, que lo decida la Fiscalía”, dijo el político tabasqueño, durante su conferencia de prensa matutina, llevada a cabo desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional. Además, pidió tener confianza en la investigación que realiza el Ministerio Público de la Federación (MPF), porque, según él, ya no había impunidad para nadie.
“Antes no solo había corrupción, eso se olvida, sino había impunidad, se cubrían unos con otros, se tapaban en una relación de complicidades y componendas”, mencionó el mandatario nacional, quien, sin embargo, no quiso pronunciarse respecto a que si se debería investigar a Sara Bruna Quiñonez Estrada, quien renunció, el 16 de agosto de 2024, como titular de la FGE de Sinaloa, ante las inconsistencias que, un día antes, la FGR señaló respecto que la institución de procuración de justicia estatal no procesó de forma correta la presunta escena del asesinato de Cuén Ojeda.
“No tengo información. Eso va a corresponder a la FGR. Ellos están haciendo todas las diligencias y me imagino que van a llamar a declarar a todos los involucrados […] No puedo opinar en este asunto a la ligera. Tengo que cuidar mis palabras, usar más la geometría del lenguaje, de por sí no hablo de corrido”, enfatizó el presidente.
“Ahora tengo que ser más cuidadoso y precavido porque todo lo que digo se usa en mi contra. Están muy enojados mis adversarios, además le corresponde a la FGR y tengamos confianza en la Fiscalía y tengamos confianza en que no hay impunidad para nadie”, insistió López Obrador.
“Está abierta la investigación y la decisión que se está tomando es que se conozca todo lo sucedido, desde luego la investigación está a cargo de la FGR, y así como ayer informan, dan un adelanto, de cómo va la investigación, considero que lo van a seguir haciendo en la medida en que tengan más elementos y vamos a esperar”, dijo el mandatario nacional.
Zambada García confirmó, el 10 de agosto de 2024, a versión difundida, un día antes, por Keneth Lee Salazar -titular de la Embajada de México en Estados Unidos, desde el 2 de septiembre de 2021-, de que fue emboscado en Culiacán de Rosales, por “El Güero Moreno”, cuando esperaba reunirse con Rocha Moya y con Cuén Ojeda, el jueves 25 de julio del mismo año.
A través de una carta difundida por su abogado defensor, Frank Pérez, el cofundador del Cártel de Sinaloa enfatizó que no se entregó voluntariamente al Gobierno de EE. UU., con el cual, según dijo, no tuvo ningún acuerdo.
El capo sinaloense narró en su misiva que el hijo de su compadre le pidió que asistiera a una reunión “para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado”, entre Rocha Moya y Cuén Ojeda, misma en la que también asistiría Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “El Chapito”.
Sin embargo, al llegar al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán, donde supuestamente se llevaría a cabo la reunión, ya lo esperaban “una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos.”
“Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos permanecían fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo”, detalló “El Mayo”.
Confirmó que en la supuesta reunión estuvo presente Cuén Ojeda, líder del PAS, diputado federal electo y ex rector de la UAS, quien murió tras ser atacado a balazos, alrededor de las 22:00 horas, del 25 de julio de 2024, mientras circulaba en su vehículo particular, por la carretera Internacional México 15, a la altura de La Presita, comunidad ubicada al norte de Culiacán. Tras el atentado, fue trasladado a una clínica privada, donde falleció, media hora después, a los 68 años de edad.
“Tengo conocimiento que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que pasó. A él lo mataron al mismo tiempo y en el mismo lugar donde a mí me secuestraron. Héctor Cuen era un viejo amigo mío y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni saber de ellos desde entonces”, explicó el capo sinaloense.