Luego de 150 funciones en festivales como Róterdam, puertos, comunidades y universidades, “La Montaña”, del director Diego Enrique Osorno, desembarcará en salas de cine a partir de este fin de semana. A través de horizontes desconocidos, siete indígenas mayas navegan portando una historia de resistencia evidenciada como prueba de la aventura del zapatismo en altamar.
“Me subí como miles de jóvenes de mi generación a ese barco zapatista; y a lo largo de todo este tiempo, en mi trabajo como periodista y documentalista he tratado de dar seguimiento a lo que ellos han hecho hacia afuera, en el sentido externo como esta. Pero también tratando de entender y admirar lo que han construido en sus propias comunidades”, enfatizó en entrevista a ZETA Diego Enrique Osorno.
Proveniente de una generación curiosa, marcada en su adolescencia por el zapatismo y el horror de la guerra del narco en su madurez, el cineasta recalcó que el cortocircuito generacional de dichos actos provocó un sentido por la divulgación de los actos.
“El hecho que me invitarán estos delegados literalmente a subirme al barco, como un externo, alguien que no es parte de su organización, pero que quieren que deje un registro de su viaje, fue para mí fascinante: un bálsamo en medio de esta nebulosa de coberturas que hemos hecho en los 24 años que llevamos del siglo XXI”, precisó.
Citado en su sinopsis, en el documental, el viaje en medio de la pandemia a cargo del escuadrón 4-2-1 del EZLN busca plantar una semilla en tierras nuevas; a su vez descrito como un viaje de ideas, actualización de la utopía y luchas.
“Justamente hace 30 años yo tenía el seguimiento del zapatismo a través de la figura del Comandante Marcos y de los comunicados. Conocí el movimiento en este documental más allá de la figura icónica y en sus bases. Además, en una situación nueva, en ese tono la película refleja ese zapatismo más íntimo, sorprendente, porque una cosa es el discurso y otra es la realidad. El zapatismo es una realidad digna, y así es como lo muestro, por medio de las interacciones que van teniendo los que aparecen en el documental”.
Respecto al estreno del filme en un contexto de mexicanidad, a propósito del mes patrio, Diego señala:
“Es interesante, porque es una película que va de la selva, de los rincones más escondidos de México, hacia los mares más amplios e inmensos del mundo como el Atlántico. En medio de eso está esta construcción social y política de México a la que llamamos Patria. No es casualidad su estreno en este mes; hay un planteamiento a quienes se consideran mexicanos, pero al mismo entienden que son parte de un mundo y que su realidad está conectada con realidades más de vanguardia”, reflexionó.