Dos niños platican en el patio de recreo.
— Mis tíos se fueron de vacaciones a Nueva Orleans.
— ¿Luisiana?
— No, Paco y Meche.
Autor: Los papás.
Dime con quién andas…
— Dime con quién andas y te diré quién eres.
— No ando con nadie…
— Eres feo.
Autor: Un guapo.
Emergencia
— ¡Rápido, necesitamos sangre!
— Yo soy 0 positivo.
— ¡Pues muy mal! Necesitamos una mentalidad optimista.
Autor: Anónimo de la Cruz Roja.
Marido en estado inconveniente
Va el marido completamente borracho y le dice a su mujer al irse para cama:
— Me acaba de pasar algo increíble. Fui al baño y al abrir la puerta se ha encendido la luz automáticamente, sin hacer nada.
— ¡Si serás bruto! ¡Yo te mato! Otra vez fuiste a dar al refri…
Autor: Anónimo de AAA.
Apoyo
— El otro día unas chicas llamaron a mi puerta y me pidieron una pequeña donación para una piscina local.
— ¿Y les diste un apoyo?
— Supongo que sí. Les di un galón de agua.
Autor: Un garrafonero.
Entre albañiles
En el funeral de un albañil mexicano fallecido en la construcción del gran muro americano, un hombre desconocido por la familia llora amargamente; se le acerca la mujer del difunto, y dice:
— ¿Era usted amigo suyo?
— Sí.
— ¿Estaba usted a su lado cuando murió?
— Sí, de hecho sus últimas palabras fueron para mí.
— ¿Ah, sí?, ¿y cuáles fueron?
— “Imbécil, ¡no muevas el andamio!”.
Autor: Un plomero.
Escapar de Cuba
Un cubano logró escapar de Cuba. Llegó a Miami ¡¡¡adentro de una lata de atún!!!
Ante tan insólito suceso acudieron los periodistas, la televisión, la radio, los sitios web. El cubano se convirtió en la noticia del día.
— ¡Sensacional! ¿Cómo hizo para meterse dentro de una lata de atún?
— Meterme en la lata fue relativamente fácil. Lo que me resultó casi imposible fue conseguir una lata de atún en Cuba…
Autor: Un venezolano.
En qué se parecen…
— ¿En qué se parecen un ingeniero mexicano y un psicólogo mexicano?
— Los dos son taxistas.
Autor: Un profesionista en México.
Consejo médico
Esto es un hombre mayor que va a su médico, pero muy bien acompañado de dos preciosas mujeres morenas, de cuerpos voluptuosos y sonrisas radiantes. El doctor, sorprendido, le pregunta:
— ¡Pero Ramiro, ¿cómo está usted?!
— Bien, doctor, he seguido sus indicaciones y no sabe lo bien que me siento con su consejo.
— Le dije que necesitaba dos muletas, ¡no dos mulatas!
Autor: Una de las mulatas.
En un bar
Un par de amigos están tomando algo en un bar y uno le dice al otro:
— Oye, el otro día tu mujer me contó un chiste tan pero tan bueno, que me caí de la cama.
Autor: El cantinero.
Descanso
— A ver, Luisito, vas a definir ante toda la clase la palabra “descanso”.
— Pero profesor, es que no sé lo que es.
— Una pista: ¿Qué hace tu papá después de trabajar?
— ¡Eso es lo que mi mamá quisiera saber!
Autor: El papá.
Historia de un convento
En un convento la Madre Superiora, mientras se despereza, murmura:
— ¡Qué noche tan hermosa! Hoy no voy a mortificar a las pobres monjitas, las voy a tratar bien…
Se levanta y comienza a recorrer las celdillas.
— Buen día, Sor Josefa, la veo muy bien, y al suéter que está tejiendo…
— Gracias, Madre, usted también se ve muy bien, pero parece que se ha bajado por el lado equivocado de la cama, ¿no?
No le gustó nada el comentario final y continuó. En la siguiente celdilla repitió:
— Buen día, Sor María, qué bien se le ve hoy, y qué bonito está quedando ese bordado…
— Gracias, madrecita, usted… también se ve bien, pero parece que se ha bajado por el lado equivocado de la cama.
La Superiora se mordió la lengua y siguió su recorrido. Pero todas las monjitas le respondían lo mismo. Así que cuando llegó a la quinta monja ya estaba que trinaba.
— Buen día, Sor Leonor, sea sincera conmigo… ¿Me veo como si me hubiera bajado por el lado equivocado de la cama?
— Sí, madrecita…
— ¿Y qué le hace pensar eso?
— ¡¡¡Es que lleva puestas las sandalias del Padre Ramón!!!
Autor: El padre Ramón.