Dos amigos conversan en un bar:
— Esta crisis es peor que un divorcio;
— ¿Por qué? —pregunta el amigo.
— Porque ya he perdido el 50% de mis bienes y encima sigo casado con mi mujer.
* * *
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— Papá, papá, ¿qué es la crisis? —le pregunta un niño a su padre, a lo que éste le contesta:
— La crisis es cuando te gustan el champán y las mujeres, pero sólo te queda una Coca-Cola y tu mujer.
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Así se comportan dos enamorados antes y después de una crisis.
Antes:
— Cuelga tú, amor.
— No, cuelga tú, cariño.
— Cuelga tú amorcito.
— No, cuelga tú, cariñito.
Después:
— Llama tú.
— No, llama tú.
— Llama tú, ¿okey?, si te da la gana.
— No, llama tú, pero qué necio eres.
* * *
— Oye, ¿tú crees que está tan mal pedir un préstamo?
— Hombre, yo la semana pasada le di 10 dólares a un amigo y ahora soy el cuarto mayor prestamista del país.
* * *
Dos borrachos en un bar:
— Pepe, lo estoy pasando muy mal con esto de la crisis; fíjate, hasta estamos comiendo a la carta.
—¡¡¡A la carta!!! Entonces no estás tan mal.
— Es que a la hora de comer mi mujer saca la baraja y el que saque la carta más alta es el que come.
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El presidente del gobierno da un discurso en motivo de la crisis:
— ¡Ciudadanos! Tengo una buena y una mala noticia. La buena es que nuestra deuda ha desaparecido, todos los gobiernos extranjeros nos han perdonado hasta el último peso. La mala es que tenemos 48 horas para abandonar el país.
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Preguntan a un banquero si tiene problemas con el sueño en estos tiempos de crisis:
— Ahora duermo como un bebé…
— ¿Sí? ¡Qué bien!
— Mejor dicho, qué mal. Me despierto cada hora para llorar.
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En una conferencia con el presidente del estado, un periodista le pregunta:
— Señor presidente, ¿es verdad que nuestro país sufre crisis económica?
El señor presidente dice:
— No, no; por mis investigaciones, tan sólo seis personas sufren crisis económica.
El periodista pregunta:
— ¿Cuáles?
— Muy sencillo, yo, tú, él, nosotros, ustedes, ellos…
Autor: Un primermundista en sueños.
Parejitas
Una pareja está en un restaurante. Él le dice a ella:
— Mira, la chamacona del vestidito rojo me está sonriendo.
— No me sorpresa. La primera vez que te vi, yo también me morí de la risa.
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— María, promete que cuando me muera te casarás con Antonio.
— ¡Pero, si es tu peor enemigo!
— ¡Pues por eso!
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Un hombre entra a su casa, sube las escaleras y entra a su cuarto; allí encuentra a su mujer apenas vestida, semi tapada con una cobija y un poquito exaltada.
El hombre, un poco ingenuo, le dice:
— Amor, ¿estás bien?, ¿tienes un ataque? Amor, ¿qué te pasa? Amor…
En ese momento entra uno de sus hijos, y le dice al hombre:
— Papá, en el closet hay un cuco.
El señor va a ver, llega hasta el closet y abre la puerta; adentro encuentra a su mejor amigo, y le dice:
— Ay compadre, mi mujer con un ataque, y tú asustándome a los niños.
Autor: Un solterón.
Al calor de las elecciones
— ¿Te cuento un chiste de políticos?
— Eh… es que yo soy político.
— No importa. Te lo contaré más despacio.
* * *
— Hijo, te daré un consejo en esta época de campañas. Pon mucha atención.
— A ver, papá, dime.
— Cuando veas a un político en campaña no le grites.
— ¿Por?
— Son delicados, el contacto con la realidad los altera demasiado.
* * *
Le pregunta un reportero a un candidato en plena campaña:
— De ganar las elecciones, ¿qué atendería primero?
— La salud, porque nosotros sí tenemos un plan de salud barato y efectivo para los pobres y los ancianos.
— ¿Ah, sí? ¿Y cómo se llama?
— Tiempo.
* * *
Un candidato ante sus posibles electores:
— ¡El problema de este país no es el injusto reparto de la riqueza!
La militancia estalla en aplausos, vuelan los banderines, se escuchan los gritos de júbilo.
— ¡El problema es el generoso reparto de la pobreza!
Autor: Otra vez lo dejaremos así.
