Los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Tijuana reciben amenazas a diario. En la Zona Centro, las más recientes provinieron de unos homicidas del Cártel de Sinaloa y unos traficantes de personas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Entre el 10 y el 15 de mayo se registraron cuatro agresiones armadas en contra agentes municipales.
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“Por la zona, nos inclinamos a pensar que se trata de homicidas del CJNG, pero las investigaciones, de inteligencia y ministeriales apenas iniciaron”, refirieron desde la Mesa de Coordinación por la Paz y seguridad de Baja California.
En las áreas de Inteligencia, analizan el posible involucramiento de la alianza entre Héctor García alias El Kateo, del Cártel Arellano Félix, (CAF), con Javier Adrián Beltrán Cabrera el Pedrito, del CJNG, en los ataques a los municipales.
Además, en la Municipal están trabajando en investigaciones internas iniciadas contra elementos sospechosos de estar vendiéndole a los criminales los números de teléfono e información personal de jefes y agentes que están ejecutando detenciones, y de copias de los Informes Policiacos Homologados para que los delincuentes tengan los nombres de los elementos involucrados en las capturas.
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Del asesinado Julio César Silva Herrera, agente con 25 años de servicio que llevaba poco más de un año como jefe de Distrito de la Zona Centro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, sus cercanos comentaron: “Era muy confiado, se le informaba de policías que andaban mal, pero él los defendía diciendo que metían trabajo, no los removía, a lo mejor creyó que no lo iban a traicionar”.
En lo que va de 2024, se han registrado 13 ataques contra agentes municipales de Tijuana.
SILVA HERRERA LES CEDIÓ EL PASO A SUS ASESINOS
Diez minutos antes de las ocho de la mañana del martes 14 de mayo, los policías de Tijuana se enteraron del homicidio del jefe Julio César Silva Herrera. La corporación detuvo a un hombre aparentemente implicado, pero 48 horas después, la Fiscalía General del Estado (FGE) no había encontrado elementos para vincularlo al crimen.
Contrario a los usuales señalamientos de corrupción que surgen tras los homicidios de uniformados, en esta ocasión la tropa se refirió a Silva como un agente “sin involucramientos criminales y de resultados”.
Detallaron que cada vez que personas cercanas le llamaban la atención por movilizarse sin sus escoltas, Silva respondía que él trabajaba derecho, que no tenía acuerdos con nadie, que no le debía nada a nadie y por eso se sentía seguro, y le había funcionado.
Uno de los lugares a los que acostumbraba ir sin su guardia era a un gimnasio antes de entrar a su turno, y los criminales que lo espiaron para matarlo, se dieron cuenta.
De acuerdo a los reportes oficiales, la mañana de su muerte iba de civil y sin guardia. Salió de ejercitarse y se dirigía a su casa, dio vuelta a la derecha en una esquina para tomar la Avenida Cucapah en la colonia Villa del Real I, punto en el que al parecer no hay cámaras de vigilancia.
Los dos matones ya le esperaban en la esquina. Cuando advirtieron su auto, caminaron como si fueran a cruzar la calle. El policía se detuvo para cederles el paso y, cuando los dos estuvieron frente al carro del agente, un Golf Volkswagen, le dispararon a la cabeza con dos pistolas, una calibre 40 y otra calibre 45.
Testigos informaron que los sicarios huyeron en un Nissan Altima color blanco, conducido por un tercer colaborador homicida; lo abandonaron a dos cuadras de distancia. En ese punto los investigadores están trabajando el seguimiento de la ruta de huida de los matones que se fueron a pie entre las calles.
En el análisis a los casquillos encontrados en la escena del crimen, resultó que las armas no tuvieron coincidencia balística con ningún otro hecho criminal. La FGE aún está procesando en AFIS las huellas que encontraron en el auto de los homicidas, vehículo que no tiene reporte de robo.
AMENAZAS Y CAPTURAS
En conferencia brindada el 15 de mayo, la fiscal general María Elena Andrade adelantó que en el caso del jefe Herrera hay evidencias de que recientemente realizó detenciones importantes, por lo que es, hasta ahora, la principal línea de investigación.
Sólo entre el 4 y 10 de mayo, los policías de Zona Centro capturaron en flagrancia a nueve sujetos por el delito de homicidio. Sin embargo, la mayor cantidad de amenazas las recibieron tras la captura de cuatro presuntos sicarios el 8 de mayo: Jesús Edgardo Vega Castro, Emmanuel Tapia Estudillo, Rigoberto Maya Hernández y Bandon Villarino Tristán (Se presumen inocentes mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art.13, CNPP); por diferentes vías la amenaza fue para la corporación: “Les dijeron que iban a chingar a su madre”.
Los hombres fueron aprehendidos en posesión de dos fusiles, huyendo en un auto sobre la Vía Rápida de la Zona Río Tijuana, cuando los ubicaron como sospechosos de disparar contra dos hombres que secuestraron, maniataron y colocaron en medio de una calle en la colonia Altamira Sur, para fusilarlos. Junto a los cadáveres dejaron un narcomensaje amenazando a la Gente Nueva de parte del Cártel de Sinaloa, específicamente al 30, El Moreno y El 22.
Amenazas similares, múltiples y fuertes, recibieron los oficialies municipales el 4 de mayo cuando apresaron a Isaac Velázquez Juárez, Arturo Hampton González y el sudcaliforniano Víctor Jesús N de 17 años (Se presumen inocentes mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art.13, CNPP), todos, presuntos operadores delictivos al servicio de un sujeto identificado como El Chuy, que delinque bajo el mando criminal del Padrino del CJNG.
Los aprehendieron en la colonia Castillo, estaban bajando personas a un costado del muro fronterizo, les aseguraron cinco autos y presentaron a la Fiscalía General de la República (FGR) un total de 65 inmigrantes de diferentes nacionalidades.
POR HACER SU TRABAJO
“Esas son las consecuencias de seguirle el rollo a los mandos con el Plan B, en su mentada tabla de puntos”, comentaron internamente algunos uniformados, asegurando que los mandos están exigiendo mejorar las estadísticas de seguridad.
La SSPCM de Tijuana informó que este sistema -tabla de puntos- se estableció oficialmente a través de la Comisión de Desarrollo Policial, para premiar a los agentes con más resultados, dándoles días de descanso. Refieren que no hay sanciones.
ESCOLTA VIO A LOS AGRESORES ANTES QUE LLEGARAN A LA ESCENA
Respecto a si alguna de las líneas de indagación apunta a que los últimos cuatro ataques a policías municipales de Tijuana están vinculados, en conferencia, la fiscal Andrade refirió que no se cuenta con evidencia que lo sugiera, pero las investigaciones todavía no terminan.
La jornada de agresiones había iniciado desde el viernes 10 de mayo, cuando criminales llegaron a la calle 27 de Septiembre en la colonia Hidalgo, apenas pasaban las seis de la mañana y el agente Jorge Villa, asignado como escolta de Jesús Ángel Becerra Rojas, uno de los dos subdirectores operativos de la Policía de Tijuana, limpiaba la patrulla que tiene asignada mientras esperaba a su jefe.
El subdirector se había regresado a su casa en busca de unas llaves que necesitaba.
Parado sobre la banqueta, Villa limpiaba una de las ventanas de la unidad, su cabeza estaba por encima del techo de la patrulla, lo cual le permitió ver sobre un muro frente a él cuando se acercaba el carro con los homicidas. Por seguridad decidió resguardar su integridad física y ponerse en alerta.
“El policía observa que ingresa a la calle un vehículo tipo sedan de color gris, con tres individuos abordo, los cual al pasar frente a la unidad patrulla en movimiento, le realizan disparos de arma de fuego” y el agente respondió.
“…realiza 9 disparos para defender su vida, por lo que el vehículo de los agresores continúa con su trayecto hasta doblar en la calle Juan Escutia de la misma colonia”.
En los números de emergencia reportaron “la Unidad con Daños por PAF -Por Arma de Fuego- Chevrolet Silverado color azul con gris modelo 2022, placas BC-012-A2”.
Minutos más tarde, el vehículo de los atacantes fue localizado “sobre la avenida Tlatizapan de la colonia Morelos, un Chevrolet Cruze gris modelo 2017 (…) en el interior 11 indicios balísticos”, en la huida los agresores golpearon el chasis del carro y se les quedó sin aceite, por eso lo dejaron y huyeron a pie.
“Evidentemente tenían intención de balearlos, pero no parecían bien organizados”, reclamaron policías municipales, ya que la FGE decidió que, al no haber agentes heridos, este ataque lo investigaría la Subprocuraduría de Zona Tijuana y no Homicidios.
La investigación la iniciaron por los disparos a la unidad patrulla y daño en propiedad, pero al oficializar la carpeta de investigación, la consignaron por “disparos de arma de fuego a personas -el escolta- en la Unidad de Investigación de Delitos contra la Persona y su Libertad”.
Los casquillos no tuvieron coincidencia con otras agresiones armadas y las huellas encontradas en el auto se están procesando en AFIS.
AGENTE SALAZAR, ROBO O CONFUSIÓN
El 14 de mayo, día en que asesinaron al jefe Herrera Silva, circuló en chat policiacos una alerta: “Precaución salió en otra página que pondrán 12_17 (muerto) a 022 (policía) al azar, quien este descuidado. antes hubo amenazas en X_1 (zona centro)”.
Al día siguiente se registraron dos a tiros. El primero alrededor de las dos de la madrugada en el cruce de Bulevar Díaz Ordaz y Las Loma, contra el oficial Mauricio Nevárez, mientras circulaba en una patrulla en un recorrido de vigilancia; lo balearon cuatro hombres a bordo de un vehículo color guinda. Las balas le dejaron lesiones en estómago y una pierna. También un transeúnte fue herido.
En el segundo ataque, asesinaron al agente Guillermo Salazar. Su cuerpo fue localizado a las siete de la mañana con un disparo en la cabeza dentro de una zanja que se encontraba en una construcción ubicada en la calle Lomas de Las Torres, en el fraccionamiento Lomas del Refugio, adscrito a la delegación Centenario.
De acuerdo a información dada por las autoridades, Salazar estaba construyendo un inmueble en el predio donde localizaron su cuerpo. En una zona de pocas casas y muy separadas, el oficial apenas había levantado cuatro paredes y un día antes le robaron unas varillas, por lo que ese día decidió dormir en la construcción para cuidar su propiedad. Llevaba su arma de cargo, la cual detonó antes de recostarse, para ver si no se encasquillaba.
Lo siguiente que se supo fue que la madrugada del miércoles 15, vecinos reportaron haber escuchado detonaciones, la Policía respondió, pero no encontró a los denunciantes para que informaran el lugar preciso, buscaron durante varios minutos en el área, pero no advirtieron nada fuera de lo normal. El ataque no había sido en la vía pública, sino al interior del inmueble en construcción, por eso localizaron a su compañero hasta el día siguiente, cuando un denunciante los llevó al sitio.
Salazar estaba en calcetines, lo que indica que fue sorprendido por quienes le atacaron mientras descasaba cuidando su propiedad, un investigador informó: “Al parecer lo sorprendieron, pero se está investigando si fueron los ladrones o criminales de la zona que creyeron que se trataba de un delincuente de un grupo contrario, o sabían que era policía”.
Por último, en la conferencia del 15 de mayo, María Elena Andrade declaró: “Estamos en una alerta con el secretario -de Seguridad de Tijuana- Fernando Sánchez por lo que ha acontecido en estos últimos días de agresiones a agentes de la Policía Municipal”.
