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Tijuana
jueves, noviembre 21, 2024
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Lo que dicen las madres mexicanas…

1.- Porque soy tu madre y punto.

2.- Cuando tengas hijos, te vas a acordar de mí.

3.- Estos platos no se van a lavar solos.

4.- Esta casa no es un hotel.

5.- Mientras vivas bajo este techo, se hace lo que yo diga.

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6. A ver, ¿qué vas a hacer cuando yo me muera?

7.- Y si lo encuentro yo, ¿qué te hago?

8.- O sea que si tus amigos se tiran de un puente, ¿tú también?

9.- Cuántos niños de la calle no quisieran ese plato de comida.

10.- ¡Me vas a sacar canas verdes!

13.- ¡Haz lo que tú quieras!

14.- ¿Quieres que te dé una razón para llorar?

15.- Vas a ver cuando lleguemos a la casa.

Autor: El hijo.

¡Mamá, mamá!

— ¡Mamá, mamá! En el colegio me dicen mentiroso.

— Pero hijo, si tú no vas a la escuela.

— Mamá, mamá… ¿Por qué te casaste con papá?

— Por tu culpa, hija. Por tu culpa…

— Mamá, mamá, ¿qué está más lejos: América o la luna?

— A ver, ¿tú ves América desde aquí?

— ¡Mamá, mamá!… Los fideos se están pegando.

— Déjalos, que se maten.

— Mamá, mamá, ¿me llevas al circo?

— No, hijo. Quien quiera verte, que venga a casa.

— Mamá, mamá, ¿dónde está la Cordillera de los Andes?

— No lo sé. Aquí lo guarda todo tu padre.

— Mamá, mamá, ¿tú te has casado por iglesia o por civil?

— Por estúpida, hijo. Me he casado por estúpida.

— ¡Mamá, mamá! ¡Están golpeando la puerta!

— Déjala, que se defienda sola.

— ¡Mamá, mamá! ¡Me tragué un tocadiscos y no me pasó nada, y no me pasó nada, y no me pasó nada, y no me pasó nada, y no me pasó nada…!

— Mamá, mamá, ¿es cierto que desciendo de los monos?

— No sé hijita, tu padre nunca me ha presentado a su familia.

Autor: Un papá.

Supergafas

Paco, un gallego de viaje en Japón, se compra un par de gafas de tecnología punta que permiten ver a la gente sin ropa.  Se las pone y ve pasar a una y a otra. Todas sin ropa. Estaba encantado.

Se las pone, sin ropa. Se las quita, vestidas. Se las pone, sin ropa. Se las quita, vestidas.

— ¡Por Dios, qué maravilla!

Incluso adelanta el viaje de vuelta a casa para enseñarle a su mujer la novedad.

En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas en pelota picada.

Se las pone, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

Se las pone, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

Cuando llega a casa, y antes de abrir la puerta, se coloca las supergafas, para ver sin ropa a su mujer Luisa.

Abre la puerta y allí está ella, su querida esposa, con Pedro, su mejor amigo.

En el sofá. ¡Sin ropa!

Se quita las gafas, sin ropa.

Se pone las gafas, sin ropa.

Se las quita… Sin ropa.

Se las vuelve a poner… Sin ropa.

Y no puede evitar un grito desgarrador.

— ¡Mi madre! ¡¡¡Nuevas y ya no funcionan!! ¡¡¡Chinas tenían que ser!!!!

Autor: Made in México.

Empleo nuevo

Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta. El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios. Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:

— ¡Mire amigo, jamás haga eso otra vez! ¡Casi me mata del susto!

El pasajero le pide disculpas y le dice:

— No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.

El taxista le dice:

— Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.

— ¿Y qué hacía antes?

— Fui chofer de carroza funeraria durante 25 años.

Autor: Un trailero.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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