En medio de un panorama complejo por la violencia que pasó de las calles y los barrios a enquistarse en los “huesos” de la política, ZETA cumple 44 años de vida y de servicio a sus fieles y a sus nuevos lectores, los que leen desde siempre la edición impresa o los que se informan a través de la versión digital, las redes sociales y el podcast.
Independientemente de lo que puedan sugerir los asiduos a la numerología, el 44, como número de año de fundación de esta casa editorial, representa la constancia, la perseverancia, la responsabilidad, el esfuerzo, la valentía y el compromiso del periodismo crítico de investigación. Emulando dos sillas, el 44, nos recuerda las sillas de los codirectores fundadores del Semanario, J. Jesús Blancornelas y Héctor Félix Miranda, el popular Gato.
Investigar e informar lo que no se publicaba en otros medios de comunicación, con la intención de mostrar hechos de la vida política y social de Baja California, para motivar su análisis y orientar a la opinión pública, fueron las razones del surgimiento de ZETA, un 11 de abril de 1980, en un formato tipo revista con 16 páginas.
El esfuerzo encabezado por los periodistas fundadores era el signo de la rebeldía de comunicadores que no vendieron su pluma a pesar de que venían de la traumática toma y desintegración del diario ABC en noviembre de 1979 y que valió el autoexilio de su director Blancornelas, dos años en los Estados Unidos, que desde allá siguió luchando para que sus letras hablaran desde la hoja mimiografiada que llevaba por cabezal ABC2.
Los cuatro pliegos de papel en los que se escribieron los primeros números de ZETA, en el formato tradicional, eran un amasijo de letras bien escritas desde la A hasta la Z, que gritaban a los lectores lo que estaba sucediendo y que conforme fueron pasando las ediciones semanales incorporaron imágenes en interiores y en portada. De repente se convirtió en bisemanario y rápidamente pasó a tamaño tabloide.
La necesidad de interactuar por parte de aquellos primeros lectores hizo obligatoria la sección de Cartaz que, a la fecha, y a pesar de los grandes avances tecnológicos de comunicación, se sostiene, por su relevancia, igual que muchas de las secciones que todavía se ofrece a través de sus páginas, que hacia el nuevo milenio llegaron a ser 96 en dos secciones. Sin duda, apasionante saber la forma en que se inició el medio con mayor credibilidad en el Noroeste de México y cuyos periodistas han recibido premios internacionales.
Desde aquél 1980 el Semanario acuña el slogan “Libre como el viento”, pues no responde a intereses empresariales, políticos o criminales. ZETA ha mostrado a través de este tiempo ser un medio plural, de investigación periodística profesional, con enfoque predominantemente de los fenómenos derivados de la política y libre de compromisos de cualquier tipo.
Los temas prioritarios de la política y los problemas sociales del estado y del país, tuvieron que adoptar la cobertura de la inseguridad y la violencia que cada día duelen con mayor fuerza, porque cada vez pegan más cerca de los mexicanos. Nuestros periodistas lo han vivido en carne propia con el asesinato del “Gato” Félix el 20 de abril de 1988, el ataque armado contra J. Jesús Blancornelas y Luis Valero Elizalde el 27 noviembre de 1997, el homicidio del editor Francisco Ortiz Franco el 22 de junio de 2004 y la ejecución del reportero gráfico Margarito Martínez Esquivel el 17 de enero de 2017.
Disparos contra la fachada de las instalaciones del periódico, amenazas de grupos de la delincuencia organizada y ataques desde las sillas del poder público no frenado la misión de informar y orientar a quienes consultan nuestras noticias. Tampoco lo ha podido hacer la crisis económica que durante estas más de cuatro décadas se ha manifestado en diferentes formas, ni siquiera las agresiones en contra de la libertad de expresión, provenientes de gobiernos de derecha o ahora de izquierda.
Sin falsa modestia y sin mayor afán que el de cumplir con nuestra misión antes reseñada, en ZETA estamos orgullosas y orgullosos de seguir adelante gracias al compromiso que se tiene hacia los lectores, quienes también nos auxilian en el diseño de los temas por sus necesidades comunitarias y las quejas planteadas. Sin Ustedes fieles lectores, que ahora son más desde otros países donde leen nuestras publicaciones, no seríamos nada.
Gracias, de verdad, por su preferencia, por su recomendación, por compartir nuestros contenidos, por sus denuncias y por distinguir el periodismo profesional. Nuestra gratitud por motivarnos a continuar en la búsqueda de la verdad y que la sigamos publicando con ese lema que nos identifica: ¡Libre como el viento!