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jueves, noviembre 21, 2024
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Cortitos

¿Qué tienen en común Nemo y mi padre?

No se puede encontrar a ninguno de los dos.

*

Visité a mi amigo en su nuevo apartamento. Me dijo que me sintiera como en casa, así que lo corrí y cambié las chapas. Odio tener visitas.

*

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A medida que me hago mayor, me acuerdo de toda la gente que he perdido por el camino. Quizá mi carrera de guía turístico no fue la elección correcta.

*

Mi marido y yo hemos tomado la difícil decisión de no querer tener hijos. Si alguien los quiere, por favor, que envíe sus datos y se los mandamos mañana.

*

Mi mujer me dejó una nota en el refrigerador: “Esto no funciona”. No estoy seguro a qué se refiere. Ya abrí la puerta del refri y ¡funciona bien!

*

Mi esposa me dijo “Quiero otro bebé”. Le respondí: vaya, qué alivio, ¡a mí tampoco me gusta el que ya tenemos!

Autor: Un lector rápido y furioso.

Eso de las nuevas tecnologías

Con la nueva tecnología aplicada para la fertilidad, una mujer de 65 años dio a luz a un bebé. Una vez fuera del hospital fue a su casa, a donde sus familiares llegaron a visitarla.
Uno de ellos preguntó si podían ver al bebé. Ella dijo:

“Todavía no, dentro de poco”.
Pasó media hora y otro de los familiares preguntó si podían conocer al nuevo bebé.

“Todavía noooooo”, dijo la madre.
Pasó otro rato e, impacientes, volvieron a preguntar: ¿Cuándo vamos a ver al bebé?
“Cuando llore”, contestó la mujer.

 ¿Cuándo llore? ¿Por qué tenemos que esperar hasta que llore?

“¡PORQUE NO ME ACUERDO DÓNDE LO PUSE!”.

Autora: Una abuelita orgullosa.

La boda de Manolo y Pilar

Manolo se casó con Pilar. Él no lo sabía, pero Pilar había tenido sus aventuras antes de conocerlo. La noche de bodas estuvieron en el hotel del pueblo. Como los lugareños eran muy chismosos, se amontonaron junto a la puerta de la habitación de Manolo y Pilar para oír qué pasaba.
Lo primero que escucharon fue a Manolo decir:

“Ahora voy a besarte como nadie lo ha hecho, Pilar”.
Afuera se corrió el rumor:

“¡La va a besar! ¡La va a besar!”.

Y Manolo seguía:

 Ahora voy a abrazarte como nadie lo ha hecho, Pilar.

“¡La va a abrazar! ¡La va a abrazar!”.

Y ahora voy a hacerte lo que nadie le ha hecho antes, Pilar.
“¡La va a matar! ¡La va a matar!”.

Autor: Ex novio de Pilar.

Después de la jubilación

Un jubilado está convencido de que la gente que todavía trabaja, a menudo le pregunta qué hace diariamente ahora que se encuentra en el retiro.

Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré a una oficina de Telecomm a recoger algo que el gobierno me había mandado, sin tardar ni cinco minutos Cuando salí y llegué al carro que estaba en la puerta, un policía estaba llenando la boleta de una multa por estacionamiento prohibido.
Rápidamente me acerqué a él y le dije:

¡Vaya, hombre! No tardé ni cinco minutos. Dios te recompensará si haces un pequeño gesto para con los jubilados.

Entonces me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infracción. La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza. Me miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que, además, el vehículo no traía yo no sé qué calcomanía. Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con un chamaquillo, que cómo habían dejado entrar a la Policía. Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas y empezó una tercera.

No me achiqué y estuve así durante unos 20 minutos, llamándole de todo. A cada insulto, él respondía con una nueva infracción. Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba una sonrisa que reflejaba la satisfacción de la venganza.
Después de la enésima infracción. le dije:

Lo siento. Lo tengo que dejar, porque… ¡ahí viene mi taxi!

Autor: Anónimo del Bienestar.

Cena en el cielo

Un hombre que está en el cielo pregunta a San Pedro:

¿Qué hay hoy de cenar?

“Un sándwich de jamón y un yogur”.

Pero cómo va a ser eso, si noto un olorcillo muy rico…

“Pues aquí no es, será en el infierno o en el purgatorio, porque hoy de cenar hay lo que te acabo de decir”, replica San  Pedro.

El tipo baja al infierno y ve que se han preparado una rica barbacoa; se pasa de vuelta por el purgatorio y ve que se están tomando unas cervecitas mientras preparan una paella. Enojado, vuelve al cielo y le dice a San Pedro:

En el infierno hay barbacoa, en el purgatorio, una paella deliciosa, y aquí en el cielo, un miserable sándwich de jamón y un yogur. ¿Por qué no mejor te pones a cocinar de verdad, San Pedro?

“¡Olvídalo!”.

Pero, ¿por qué?

“Porque para los cuatro que somos, ¡no me voy a poner a cocinar!”.

Autor: Un aprendiz de chef.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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