“En este gobierno (de AMLO), la violencia se ha adueñado de más de la mitad del país”, expresó a ZETA el poeta norteño, ganador del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013
Un ya clásico de la poesía contemporánea mexicana de este tiempo violento es indudablemente el libro “Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto”, del poeta norteño Jorge Humberto Chávez Díaz de León, con el que obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013.
En aquella ocasión, integrado por Hugo Gutiérrez Vega, Efraín Bartolomé y Nelson Simón, el Jurado del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013 eligió ganador por unanimidad, entre 320 envíos, al poemario de Jorge Humberto Chávez, “porque con un lenguaje seco y de alta densidad poética, nos da una crónica precisa de la atmósfera trágica que vive una zona de México”.
De hecho, Gutiérrez Vega advirtió en 2013 que, con su libro ganador, el autor “no está protestando por nada, sino está dando testimonio, que es en algunos momentos estremecedor. Lo notable de su experimento es que, además de que es muy pertinente para el momento actual del país, es muy original y, formalmente, es valioso. Tiene metáforas en momentos deslumbrantes”.
Hugo Gutiérrez Vega no dudó a la hora de augurar: “Yo creo que este libro viene a enriquecer el Premio de Poesía Aguascalientes”.
UNA EDICIÓN CONMEMORATIVA
Transcurridos diez años y como pocas veces un poemario, el título agotó 5 mil ejemplares, por lo que el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicó una segunda edición en 2023, a manera de conmemoración por la primera década del celebrado libro.
“Estando yo viviendo en Ciudad Acuña, en la frontera de Coahuila, me avisaron en el Fondo de Cultura Económica que el contrato había que renovarlo, porque el contrato fue vigente por siete años, pensaban sacar una tercera o cuarta reimpresión en el Fondo. Yo les dije que ya se cumplían 10 años del Premio de Poesía Aguascalientes, que ya habíamos vendido 5 mil ejemplares y me parecía conveniente hacer una segunda edición”, contó a ZETA Jorge Humberto Chávez tras darse a conocer la segunda edición de su libro en 2023.
“Entiendo que sea prácticamente una edición de aniversario. Ha tenido muchos lectores. El libro se publicó en Londres en una versión inglesa y luego se está publicando en estos días a una versión del inglés norteamericano en Estados Unidos por Vaso Roto; salió también una síntesis del libro en Caractères (antología bilingüe ‘Avec du soleil sous la semelle. Onze poètes mexicains d’aujourd’hui’), en francés, en París. Es un libro que por fortuna ha sido bien atendido por la crítica, que tiene lectores”, reconoció gustoso el poeta actualmente avecinado en Aguascalientes.
“No hay ninguna corrección importante, la más importante que hay es la corrección de dos fallas ortográficas y de una repetición innecesaria de palabras que yo tengo al principio del libro, que son dos verbos repetidos y alguna preposición por un artículo, pero muy menores. Son como unas 15 diferencias, pero menores, que la gente no ha percibido”, aclaró a este Semanario Jorge Humberto Chávez.
“LA VIOLENCIA SE HA ADUEÑADO DE MÁS DE LA MITAD DEL PAÍS”
Nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua en 1959, en su poemario, Chávez recurre a referencias históricas, como la toma de aquel incipiente pueblo en 1911 por Pancho Villa, transita por la década de los 60, la época de Vietnam, los tiempos de los grandes cuarteles en los fuertes en Estados Unidos. Dividido en cuatro partes (Crónicas, Fotogramas, Poemas desde la Autopista y Dagas), el libro está escrito en diversas formas versales, pero fundamentalmente, abunda el versículo.
“Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto” es el título del poemario alusivo al último versículo del poema “Otra crónica”, donde el escritor narra algunos hechos trágicos como el asesinato de Armando Rodríguez “El Choco”, periodista de El Diario de Ciudad Juárez, sucedido el 13 de noviembre de 2008.
“Ese verso de alguna manera es emblemático, porque lo que pasó en Ciudad Juárez fue algo muy desagradable, se lo puse porque me pareció eufónico, y porque de alguna manera da a entender muy bien lo que el libro plantea tanto en sus partes socialmente evidentes, como por algunos textos más líricos que hay hacia la tercera y cuarta parte del libro. Ese verso es un estado de postración donde no quedan ríos, no quedan lágrimas”, expresó a ZETA el poeta Jorge Humberto Chávez.
— A diez años de su publicación y a propósito de su vigencia en el país una década después, ¿algo ha cambiado en Ciudad Juárez?
“No. Lo que ha cambiado es el país, porque antes Juárez se dio a conocer en el mundo por su terrible violencia, se mataban 15 personas al día, como ocurriría después en San Pedro Sula, en Honduras; y ahora todo el país es la Ciudad Juárez de hace 13 años. Es decir, la violencia no amainó, se extendió y se multiplicó. Y en este gobierno (de Andrés Manuel López Obrador) la violencia se ha adueñado de más de la mitad del país. Yo vivo en Aguascalientes, pero tengo a mi alrededor a Zacatecas y a Guanajuato, ¿pregúntame si voy en carro a Guanajuato o a Zacatecas? La respuesta es no, porque está igual a como estaba Juárez”.
DE LA CRÓNICA A LA POESÍA
Jorge Humberto Chávez contó a ZETA que ejerció el periodismo en Ciudad Juárez durante una década. Al ser una ciudad castigada por la violencia, por lo menos desde la década de los 90 cuando se agudizaron los feminicidios, se le cuestionó:
— ¿En qué sentido consideras que la violencia ha permeado tu obra poética?
“Siempre me ha interesado la desgracia social, la injusticia con que las personas son tratadas por un criminal o por un gobierno, pero en ‘Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto’ me permito hacer un capítulo completo de este tipo de experiencias y de anécdotas que fueron la noticia durante mucho tiempo de una región como Ciudad Juárez, pero que empezaron a quedarse atrás, porque los nuevos crímenes iban sepultando los crímenes pasados.
“En Juárez, una noticia como la de una niña que murió acuchillada por su vecina solamente dura un día en los periódicos, porque al día siguiente van a matar a más mujeres. El caso, por ejemplo, de asesinatos de hombres en la época de Calderón, donde murieron muchos más hombres y mujeres también, las historias de gente que mataban en los bares de a siete u ocho personas por viaje se quedaban inmediatamente atrás, porque a la siguiente semana mataban a otros diez en otro bar”, recordó Chávez.
“Entonces, lo que quise con este libro es utilizar el formato de la crónica periodística, que yo trabajé haciendo crónica por diez años en la prensa de Ciudad Juárez, para convertirla en un formato de poesía que permitiera poner en un soporte más duradero estas historias oscuras de mi ciudad, para que pudieran mantenerse en la visión de la gente a través de la lectura de poemas. De alguna manera, el poema es un soporte que permite que la noticia dure 50 años y que la gente no olvide, porque cuando se olvidan esas cosas, estás dejando la mitad de la vida atrás”.
“NECESITAMOS QUE NOS CUENTEN LA HISTORIA”
“Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto” se caracteriza por sus versos largos, que le dan una cadencia y musicalidad aun entre la violencia que refleja como testimonio de una época cruenta en México.
— ¿Por qué el versículo es la forma versal adecuada para tu poemario?
“Porque es el lenguaje de la crónica periodística, porque la crónica trata de la narración de hechos en el tiempo, es una narración poética. Pude haber tenido la opción del poema en prosa, pero el versículo es una forma casi atávica de los idiomas en el mundo, la Biblia misma está escrita en versículos. El versículo me atraía poderosamente la atención porque la Biblia fue el primer libro que leí cuando era niño. El secreto de la fuerza del verso en ese libro es que todos los ornamentos están retirados, la ausencia de metáforas, de imágenes, de símiles, la prevalencia de la forma sustantiva, el rehuir del adjetivo y narrar los hechos duros, describir los hechos de manera precisa como si escribieras con un punzón; así está hecho el libro ‘Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto’.
“Lo que yo buscaba era un verso largo, para que los períodos propios del lenguaje fueran extensos; evidentemente el sustento de este tipo de versos es una narración, los poemas son narraciones, son crónicas. Hay también una gran capacidad de hacer grandes poemas sintéticos, apretados y críticos, pero no es el caso; aquí lo que queremos es escribir de manera precisa lo que sucede, y muchas veces el versículo me llevaba a fijarme hasta en los más mínimos detalles”.
El autor chihuahuense compartió con este Semanario su aproximación al concepto de poesía: “La poesía existe porque los hombres siempre vamos a nacer hasta que se acabe el mundo y porque los hombres necesitamos contar y necesitamos que nos cuenten la historia de la vida, de los hombres, nuestras historias, por eso siempre va a haber poesía”.
Tras la segunda edición de su poemario ganador del Premio Aguascalientes, Chávez puntualizó:
“Lo que sucede es que nosotros los poetas hacemos que el lector perciba un mundo más amplio, más ancho, más trascendente, comparado con la ligereza de la vida, con las prisas de todos los días. La poesía es un lenguaje gemelo de la música. Por muy triste que esté un hombre, por muy desvalido que esté, siempre tendrá una música que cantar, y la poesía es música verbal; la poesía es un alimento para una imaginación que está ante el mundo observándolo y que lo puede reflexionar. Eso es la poesía, es un trabajo”.