Afortunada y satisfecha en el plano personal y profesional, trabajadora y cosechadora de frutos de esfuerzo, y de estar en el lugar adecuado para encarnar personajes profundos, Adriana Paz asegura seguir aprendiendo, ser más segura y consciente de quién es.
“El día que dices que te lo sabes todo, estás muerto., hoy sé cómo funciono, te vas afinando para poder identificar emociones, conocer tu cuerpo y entender intenciones. Soy más precisa, antes me sentía más apresurada, sé que puedo equivocarme en escena, que puedo pedir mi tiempo o silencio antes de interpretar, verme al monitor y saber si estoy siendo congruente con lo que debo sentir”, señaló a ZETA la actriz mexicana de cine, televisión y teatro, ganadora de tres Premios Ariel por sus respectivas interpretaciones en “La tirisia”, “Hilda” y “La caridad”.
La intérprete en proyectos como “Capadocia”, “Rudo y Cursi”, “Las Aparicio” y “Uno para morir”, subrayó su sentir por los tres reconocimientos de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas: “Me formé en las tarimas, eso me permitió tener conocimiento de mi cuerpo, voz y espacio, me ayudó a entregar mi energía a la televisión y el cine. En su momento el Ariel me presionaba a tener una especie de compromiso por estar a la altura del premio, como de ser congruente y demostrar por qué lo gané, hoy en día estoy agradecida con mi gremio y entiendo que estoy en una industria que retrata muchas historias, otorga trabajo y la beneficia, pero me inquieta que estamos perdiendo tiempo para la creación, el trabajo del actor, la filigrana, realizar ejercicios teatrales para generar relaciones con los personajes. De pronto es frustrante perder lo orgánico del oficio por tener que cumplir el plan de estreno, porque todo es dinero”.
Paz, quien mañana sábado 16 de diciembre protagonizará el nuevo capítulo de “Taller de Actores Profesionales” (TAP) a transmitirse por Canal Once, compartió:
“Crecí en un cine de autor, cine independiente que se hace por una necesidad de expresión artística, un cine que atesoras desde su gestación, y no quiero decir que la televisión no valore ese trabajo, pero es una manera distinta. El cine plantea un discurso desde la cámara, es más personal, no tienes una plataforma detrás influyendo en el trabajo creativo. En la televisión tienes que conceder en pos de algo, y el cine tiene una energía más profunda”.
Entre sus próximos proyectos, como una serie de horror y un musical, la histrionisa preparara un guion sobre su tatarabuela, una importante mujer en la historia de José María Morelos y Pavón: “Es parte de mi familia y quiero que todos conozcan su historia. Estoy en el proceso de escribir un guion y levantar el proyecto. Entrevisté a mi familia, tíos, abuelas. Quisiera dirigir, pero me gana la idea de interpretarla”. Reiterando que como ciudadana le inquieta el mundo que heredará a su hijo, Adriana concluyó: “Me preocupa el tema del agua, nos la estamos acabando y no estamos tomando la responsabilidad de cuidarla, valorarla; por supuesto, me inquietan los conflictos bélicos, porque no sólo afectan a esos países y los que los rodean, se abrirá una crisis económica y humanitaria mundial. Obviamente la violencia en México, no debemos seguir haciendo oídos sordos, es nuestro deber compartir el valor de las cosas a nuestros hijos, hacerlos conscientes de sus privilegios y obligaciones, hacerles saber que no tengan miedo de salir a la calle, que la comida no es la misma de antes, pero que hay que ser congruentes con nuestra manera de vivir y pensar para afrontar y ser responsables de la consecuencia de nuestros actos. Me preocupa el mundo que tendrán nuestros niños”.