Este 2023 marcó el vigésimo aniversario de la Fundación Castro Limón, quienes iniciaron su labor brindando servicios de salud gratuitos a niños con cáncer desde el 14 de julio de 2004.
Como continuación del deseo de sus familiares, Juan Carlos Castro Munguía e Irineo Limón Vargas, empresarios tijuanenses, quienes perdieron la lucha contra el cáncer en el año 2002, las familias Castro Munguía y Limón Vargas retomaron la idea y crearon la Fundación.
Miriam Noemi Murillo, directora operativa de Fundación Castro Limón, compartió a ZETA que uno de los mayores retos iniciales fue el comenzar a tocar puertas para que la gente conociera la iniciativa y pudieran dar donativos o apoyar en especie.
Asimismo, durante la pandemia en 2020, uno de sus obstáculos fue el aumento del costo del medicamento oncológico: “Se ha estabilizado un poco, pero nada que ver con el costo antes del 2020; sí ha tenido un aumento significativo”.
Sin embargo, han podido recuperarse tanto por el apoyo de la comunidad, como con donativos del sector empresarial: “Son los resultados, que ahorita tenemos 117 niños libres de cáncer a pesar del costo del tratamiento, que oscila entre los 2.7 millones de pesos por paciente; éste sería costo de Fundación Castro Limón, ya que afuera, en lo privado, tiene un costo de alrededor de siete millones de pesos”, comentó.
Durante el periodo de actividad, señaló que han atendido al 20 por ciento de la comunidad infantil con cáncer, siendo un promedio de 25 niños, el cual se redujo en pandemia a cuatro infantes; sin embargo, como beneficio de la ampliación de infraestructura, estiman aumentar la atención a 35 niños.
A raíz de la creación del Centro Oncológico Pediátrico en 2007, han logrado obtener una sobrevida de leucemia del 83 por ciento y 74 por ciento en cáncer general, informó.
“Los nuevos proyectos que tenemos es a futuro comercializar nuestra central de mezclas, ya tener establecidas bien las instalaciones del banco de sangre con las licencias y todo lo que requiere; y también el proyecto de investigación para nosotros”, comentó.
El proyecto de investigación busca estudiar los comportamientos del cáncer, así como comprender casos particulares para determinar su tratamiento; según describió, en él intervienen todo el cuerpo médico, conformado por la directora médica, la psicóloga y los médicos tratantes, así como en ocasiones el cirujano.
A través de dos décadas de trabajo, compartió que representa mucho orgullo para la institución el brindar esperanza de vida y salud a la comunidad, ya que además de los tratamientos oncológicos, brindan apoyo psicológico y espiritual a los familiares.
“El hecho de apoyar, aunque los niños no libran la batalla del cáncer… el que puedan tener un espacio donde reciban el tratamiento y ver el logro de que muchos de ellos también libran la batalla; seguir luchando por ellos, seguir apoyándolos”, externó.
Finalmente, invitó a la comunidad tijuanense a que se sigan sumando a los diferentes programas, campañas y eventos para poder continuar atendiendo a más y más niños que lo necesiten.