Guadalajara, Jalisco.- Una de las presentaciones estelares que protagonizó Coral Bracho en FIL Guadalajara 2023 fue el encuentro “Mil jóvenes con Coral Bracho”, mismo que contó con la presentación del poeta bajacaliforniano Jorge Ortega.
Fue el lunes 27 de noviembre cuando Coral Bracho y Jorge Ortega protagonizaron un encuentro con jóvenes lectores, prensa y público en general, como parte de sus múltiples actividades por ser la ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023.
“Coral Bracho es una de las voces más notables, finas e inconfundibles de la poesía hispanoamericana actual”, expresó el poeta bajacaliforniano al presentar a Coral Bracho ante el público.
Durante la presentación, Jorge Ortega fue contundente ante el otorgamiento a Coral Bracho del Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances 2023:
“El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023, concedido a la poeta Coral Bracho, conlleva en términos generales una celebración de la poesía”, sentenció Jorge Ortega.
A continuación, ZETA comparte el discurso íntegro de Jorge Ortega en la presentación de Coral Bracho en “Mil jóvenes con Coral Bracho”, titulado “Grandeza de Coral Bracho”, previa autorización de su autor:
“Grandeza de Coral Bracho
“Por Jorge Ortega
“Coral Bracho es una de las voces más notables, finas e inconfundibles de la poesía hispanoamericana actual. Su singularidad es hasta cierto punto fruto de la fatalidad. Nacida en México en 1951 ⸺fecha de la aparición de ¿Águila o sol?, de Octavio Paz, y de Bestiario, de Julio Cortázar, libros tan coyunturales como anómalos⸺, le toca atestiguar, en el preámbulo de su juventud, la portentosa apertura ideológica y artística de la década de los sesenta y setenta, esa segunda ola de las vanguardias que propició renovar en lo formal y discursivo las perspectivas de la poesía en lengua española, y en particular la de América Latina.
“Arraigada en un fraseo personalísimo ⸺que es de entrada su mejor sello⸺ Coral deconstruye el amor erótico y la condición vital a través de múltiples relatos que abrevan en la anatomía humana, la arquitectura, la mineralogía y la botánica, urdiendo, en virtud de la analogía, un paisaje del cuerpo que se instaura como nuevo orden edénico. Texturas y contornos, temperaturas y coloraciones espesan un decir de poderosa sensorialidad que, aunado a su cadencia hipnótica, a una sinuosa andadura, convierte la lectura en una experiencia presentificadora. Coral Bracho introduce así en la poesía mexicana un juego de nomenclaturas y una musicalidad no antes vistas.
“Hay dos constantes en la poesía de Coral: la lentitud y el acercamiento. Me refiero a la paciencia con la que se demora en la exploración de ciertas capas y texturas de la realidad y, a la par, a la focalización de aspectos desapercibidos del mundo inmediato que mucha poesía suele dar por sentado. La poesía Coral Bracho se yergue bajo la advocación del asombro, la perplejidad, el estupor, una actitud de la que parece haberse distraído una buena parte de la poesía última, adicta a la desesperada búsqueda de la novedad procedimental o el chascarrillo. Para Coral la primicia reside en la calidad de la mirada, el radar del oído, puerta de acceso a lo intacto y primigenio, lo ignoto o inaudito. El matiz es su aliado, el avatar que inaugura una nueva perspectiva para asomarse a la proximidad y redescubrirla. Por ello, la dimensión que mejor retrata su poesía corresponde a la del microcosmos, pero no por su carácter reductivo, sino por la facultad del poema para traspasar, ahondar y ensanchar los secretos prodigios que nos rodean.
“Desde su primer hasta su más reciente libro, Coral Bracho se reveló como una de las voces más singulares e inconfundibles de la poesía mexicana, una condición que después se hizo extensiva al gran dominio iberoamericano. Su excepcionalidad reside en la rareza de un mundo poético animado por una aproximación siempre oblicua a las maravillas y las incógnitas de la experiencia vital. Los verbos ser y estar, que en algunos otros idiomas resultan indistintos, cobran plena dimensión y se entrelazan a través de una textualidad sinuosa y rebosante de inflexiones rítmicas y semánticas que no hacen sino relativizar las nociones de espacio y tiempo, ese aquí y ese ahora que apuran nuestro presente. Así, contra la marea de las tendencias y la tentación de las concesiones, por más de cuarenta años Coral ha desarrollado una obra poética impar cuya radicalidad es indisociable de la consistencia.
“No obstante, fiel a lo que podemos llamar provisionalmente un estilo, la poesía de Coral Bracho ha experimentado variadas transiciones temáticas. De aquella exploración del paisaje del cuerpo y su presentida corteza orgánica, materia de su trabajo inicial, ha migrado luego, sin renunciar a la contención y a la subjetividad, a una escritura de tintes catárticos que ha servido como una tabla de salvación, conjurando la enfermedad, despistando a la muerte, exorcizando la violencia; en suma, abriendo el compás a la circunstancia lo mismo que al esbozo anecdótico y la socialización del poema. Y, de ahí, al sutil discernimiento de la cascada de fenómenos de la cotidianidad tras la que se ocultan las gemas de un conocimiento volátil. Como sea, al curso de estas mudanzas la poesía de Coral ha conservado un carácter antropocéntrico que va de lo somático a lo contemplativo mediante la auscultación de variados estratos de conciencia. “El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023, concedido a la poeta Coral Bracho, conlleva en términos generales una celebración de la poesía; sin embargo, como la poesía no trata sino de las portentosas especificidades de la vida, este galardón al arte verbal de Coral significa también un reconocimiento a la fidelidad del magisterio de la poesía como un oficio consistente que adquiere sentido absoluto tanto en la asunción del punto de llegada como en las recompensas y los hallazgos del trayecto.