Francisco N alias El Pancho y/o Panchito, presunto orquestador del feminicidio de dos menores de edad en Tecate, es identificado por integrantes de las Mesas de Seguridad como parte de la estructura criminal del Cártel de Sinaloa, grupo criminal que habría apoyado la decisión de privar de la libertad a Taliz, de 17 años, y Luna, de 15, para “darles una lección”.
Sustentaron la orden feminicida acusando a ambas menores -según los investigadores- de filtrar información sobre dónde y quiénes operaban puntos de venta para Sinaloa.
En ese momento, reflexionan los investigadores, inició una guerra de asesinatos para acabar con los vendedores que operaban bajo las órdenes de José Ángel flores Ayala el Siete, su brazo derecho Salomón Barragán y el grupo de traficantes de personas que operan bajo sus órdenes particularmente en la zona de Colinas del Cuchumá, El Hongo, Rumorosa y la colonia Primero de Mayo en Tecate.
De acuerdo con la autoridad estatal, ante el avance de la alianza CJNG-CAF, el CDS inició actividades de reclutamiento, señalando que habían detectado una red de jóvenes que captaban a menores de edad al exterior de planteles educativos, canchas deportivas o parques de las colonias que registraban el mayor índice de consumo en el municipio, como colonia El Descanso, Colosio, Santa Anita parte alta y baja, Piedra Angular, La Coyotera, Fundadores, Rincón Tecate, Francisco Villa Juárez, La Invasión y Zona Centro.
Dentro de los jóvenes reclutados, las autoridades identifican a Francisco alias El Pancho, quien mantenía una relación cercana con uno de los principales operadores de las colonias La Coyotera, Fundadores y Colosio -según registros de Inteligencia- y, junto a tres jóvenes más -Héctor, Jerume y Luis Armando- y otros dos no identificados, trasladaban estupefacientes entre Tijuana y Tecate al servicio de Sinaloa.
Un agente explicó: “Mostraron no tener miedo para cumplir los trabajos que se les encomendaban, repartían en tiendas y cuidaban que no trabajaran distribuidores contrarios en las zonas que estaban bajo su cargo”.
Dos de ellos tienen familiares en Tijuana, lo cual aprovechaban para hacer el trasiego más discreto, menos sospechoso y conocían las rutas.
Meses atrás, José Ángel el Siete, identificado como uno de los jefes de plaza y principal generador de violencia en Tecate, dio luz verde para que los muchachos llevaran a cabo tareas de halconeo, después sus actividades delinquiendo se extendieron hasta la ejecución de personas que operaban puntos de venta. Entre los últimos “trabajos” identifican a Francisco y a otro joven que logró huir el 8 de noviembre durante la detención, como presuntos participantes al proveedor de información a su célula para el homicidio de al menos dos hombres y una mujer en la colonia Juárez. Además, la privación de la libertad de al menos tres jóvenes actualmente reportados ante las autoridades como desaparecidos, todos menores de 30 años.
Héctor, también detenido junto a Francisco y dos jóvenes más, era considerado en la estructura criminal como pieza clave para el transporte de armas de grueso calibre que eran entregadas a los presuntos sicarios al servicio del CDS para perpetrar homicidios. Es señalado por agentes como el orquestador de los ataques armados que los jóvenes habrían realizado, y de confirmar la privación de la libertad de Taliz y Luna el 4 de noviembre, además de participar en el feminicidio de ambas jóvenes.
El CDS no sólo se ha incrustado entre los jóvenes vendiendo y transportando droga, sino que además pagan cantidades desde los mil hasta los 3 mil pesos a quienes aporten datos para dar con los puntos de venta que buscan instalarse en la zona que operan bajo el mando de Jesús Rafael Yocupicio, líder del grupo criminal. Entre los homicidios ordenados por este y que contó con la participación de Francisco, destaca el de un hombre interceptado por sus agresores mientras se trasladaba a bordo de una motocicleta con logos de UberEats en la colonia Loma Alta, y el 3 de octubre, en el de un joven en la colonia El Paraíso.
LOS FEMINICIDIOS
Taliz y Francisco sostuvieron una relación sentimental por varios meses, que fuentes cercanas a los jóvenes señalaron como tóxica: “Se gritaban, jaloneaban, terminaban y volvían”.
En una de esas, Taliz se habría relacionado presuntamente con un joven adherido a la estructura criminal del CJNG, de apodo Bélico, objetivo prioritario para el CDS. Al menos esa es la versión que Francisco proveyó para solicitar el apoyo del Cártel de Sinaloa: acusar a las menores de edad de soplonas. Así orquestó su asesinato.
Según investigaciones de la Fiscalía General del Estado y la versión de un testigo, ambas jóvenes fueron seguidas de cerca por Francisco, quien llamó a uno de los jefes de plaza (El Chicho) que ordenaría privar a las jóvenes de su libertad para obtener información de lo que el grupo contrario sabía.
El Pancho contó a tres jóvenes -entre ellos Jorge y Jerom- de los planes criminales, y el 4 de noviembre a las 22:40 horas, concretaron la privación de la libertad de cinco jóvenes, entre ellos, Taliz y Luna, además otra una menor de 14 años de nombre Alondra, y dos jóvenes. En la privación participaron Francisco, Jerom y Luis, a quien apodan El Cholo. Todo sucedió en la colonia Colinas del Cuchumá.
Cuando El Pancho llamó vía celular a su superior para notificarle que llevaba a los cinco privados de la libertad, le instruyeron que sólo trasladara a dos, es decir, a las menores de edad que había acusado de soplonas. En ese momento fueron bajados de la camioneta tipo panel color gris en la cual eran trasladados, la menor Alondra y los dos muchachos.
A pesar de las denuncias y la búsqueda de Taliz y Luna, durante cuatro días no se supo de ellas hasta que el 8 de noviembre se localizaron sus cuerpos al interior de una camioneta tipo vagoneta de color gris de la marca KIA con placas americanas, abandonada a un costado de la Carretera Libre Tecate-Tijuana.
Las menores estaban desnudas. En sus cuerpos eran visibles las huellas de violencia. El 15 de noviembre, el titular de la Fiscalía especializada en Delitos contra la Vida, Miguel Ángel Gaxiola, señaló que las jóvenes habrían permanecido en cautiverio durante varios días, siendo asesinadas ocho horas antes de la localización de sus cadáveres.
Información obtenida por ZETA refiere que dos horas antes de la ubicación del vehículo, cámaras de seguridad instaladas en el bajío captaron el vehículo con los cuerpos abandonados, trasladándose sobre la Carretera Libre.
Previo a la localización, la madre de una de las jóvenes habría realizado una denuncia ante la FGE por el delito de privación de la libertad de su menor hija, a manos de un hombre identificado como Francisco alias El Pancho, quien señaló, era ex novio de Taliz.
Elementos de la Agencia Estatal de Investigación encabezaron un operativo por la zona, donde testigos señalaron, residía Francisco. Lo localizaron a bordo de una camioneta tipo Suburban color oro, en la cual alcanzaron a observar una mochila de la que salían cañones de armas de grueso calibre. Después del descubrimiento, inició una persecución en la colonia Fundadores. Dos de los jóvenes dispararon sus armas contra los agentes estatales que se trasladaban en una camioneta tipo pick-up, repeliendo el ataque y solicitando el apoyo de agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de Guardia Nacional.
Al final, lograron la detención de dos jóvenes al interior de la vivienda ubicada en Calle Plasencia Viuda de Morales número 141, mientras que vecinos señalaron que otros dos intentaron darse a la fuga al saltar bardas perimetrales de viviendas contiguas y amenazando uno de ellos a una familia para no alertar sobre su presencia a las autoridades. Minutos después fueron localizados, uno al interior del domicilio contiguo y otro más en un lote baldío, escondido entre la maleza.
Fueron identificados como Francisco, de 18 años, presunto líder del grupo; Jerom, 20 años; Luis Armando, de 26 y Eduardo, de 29, los dos últimos con registros de antecedentes por robo con violencia. Al momento de la detención les fueron confiscadas siete armas largas, dos armas cortas, cartuchos y cargadores de distintos calibres -.223 y 9 milímetros-, además de una granada de mano, 7 kilogramos de marihuana y una bolsa con metanfetamina.
Al domicilio arribó personal de la Secretaría de la Defensa Nacional para el aseguramiento de la granada con equipo especializado.
Al momento de la detención, una de las victimas informó a ZETA que, por miedo a represalias y temor a su vida, los jóvenes señalados como testigos abandonaron el estado con rumbo desconocido, mientras que la FGE ha colocado custodia a la menor liberada.
Durante las declaraciones de María Elena Andrade -actual titular de la fiscalía estatal- el 15 de noviembre, expuso que no pueden precisar mayores detalles de la muerte de las menores, aunque previamente las señaló como parte de un grupo criminal.