Ya viene el dos de noviembre
y como todos los días,
le pido a Dios por mis padres
con todo mi corazón.
Ya están juntos en el cielo
como siempre los miré,
entre pláticas y risas
tomando de menta un té.
Me hacen falta sus abrazos
y sus palabras de amor,
conversar de nuestras cosas
o cantar una canción.
Ha empezado una tormenta
y salpica en mi ventana,
no me deja ver el cielo
solloza muy triste el alma.
Aunque ya no soy pequeña
quisiera tocar sus manos
y sentirme protegida
por mis padres tan amados.
Mañana es dos de noviembre
mis padres no están conmigo,
me hacen falta cada instante
y de su amor el abrigo.
A veces me siento niña
y yo con ellos converso,
les digo que me hacen falta
son la luz de mi universo.
Que Dios bendiga a mis padres
y los tenga en su regazo,
les dé un beso de mi parte
y les diga que los amo.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California.