Víctor Alfonso Moreno Mejía, de 36 años, adscrito al K9, elemento activo de Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) desde hace ocho años y con Exámenes de Confianza aprobados, fue detenido y procesado por traficar cocaína con valor de un millón 477 mil 350 dólares (Se presume inocente, mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art.13, CNPP).
“Tiene un expediente limpio, no tenía ningún antecedente, señalamiento, ni mal comportamiento que nos hiciera sospechar”, destacó General Leopoldo Tizoc Aguilar Durán, secretario de Seguridad Ciudadana del Estado de Baja California el martes 19 de septiembre, cuando confirmó a ZETA la captura del elemento de su corporación, quien también aseguró que presentarán “la denuncia correspondiente para que se le investigue de oficio aquí en México, independiente de lo que pase en Estados Unidos”.
Elementos de la FESC contradicen la versión del General respecto al prestigio del agente detenido: “En la tropa se sabía que ese chamaco antes de ser policía era tirador. A cada rato pedía permisos para faltar diciendo que le había salido un trabajo en San Diego, su comportamiento era muy raro”, comentaron algunos uniformados.
“Ya había versiones de que brincaba droga al igual que otros agentes ligados con el actual comandante, que es amigo del detenido Moreno”, expusieron agentes de manera anónima, refiriéndose también a Heriberto González García, jefe de la FESC, cuya casa fue atacada a balazos y su vida amenazada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) a través de una narcomanta la madrugada del sábado 26 de agosto, horas después de ser designado comandante de la Fuerza Estatal.
“Moreno Mejía tiene muchos contactos con delincuentes de la colonia Libertad y de la Buena Vista, en su trabajo lo que hacía era limpiarles esa zona -detener delincuentes del cártel contrario-para que siguieran operando con tranquilidad”.
La mafia y delincuentes que predominan en la zona que abarca las inmediaciones de las colonias Buena Vista y Libertad, son las facciones del Cártel Arellano Félix encabezadas por el mexicoamericano Brayan James Corona, asociados por temporadas con el CJNG y su brazo armado Los Erres.
“Pero Moreno anda cargado con Los Ranas”, traficantes al servicio de René Arzate, del Cártel de Sinaloa. “Además, anda con un grupo de bajadores de droga”.
Señalamientos que corresponderá investigar al secretario Aguilar Durán, porque incluyen a otros elementos de la FESC presuntamente inmiscuidos en actividades criminales, las cuales, de existir, no se detendrán con la captura de Moreno, quien ya fue acusado oficialmente por tráfico de drogas por el Gobierno de Estados Unidos.
El agente aseguró que ignoraba que llevaba el cargamento, e intentó culpar al propietario de un taller al que llevó su auto, pese a saber que el mencionado comerciante tenía ligas con cárteles. Pero sus acusadores no le creyeron.
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LA ACUSACIÓN
De acuerdo a lo establecido en la carpeta pública del caso 23 MJ3402-SBC, el 19 de septiembre de 2023, Víctor Alfonso Moreno Mejía elemento activo de la FESC, fue acusado por “intencionalmente con conocimiento de causa, importó desde Tijuana una mezcla y sustancia que contienen una cantidad detectable de la sustancia controlada conocida como cocaína, violando el Título 21 del Código de los Estados Unidos, Artículos 952 y 960”.
El documento informa que el 18 de septiembre de 2023, “aproximadamente a las 10:55 AM, Víctor Alfonso Moreno Mejía, ciudadano mexicano, solicitó la entrada a Estados Unidos desde México a través del Puerto de Entrada de San Ysidro en el carril vehicular número 08. Moreno era el conductor, único ocupante y propietario registrado de un Nissan 2018 Sentra (‘el vehículo’) con placas de Baja California”.
Ante un oficial de Aduanas y Control Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), el policía estatal declaró estar “cruzando la frontera para ir a San Diego, California”, y en dos ocasiones a pregunta expresa, dijo no traer sustancia ilícita alguna.
Además, sus planes eran acudir a las tiendas 5.11 Tactical, de ropa y equipos para actividades al aire libre, a Walmart en Olympic Parkway y una tienda Ross, todo en San Diego.
“Tras la inspección del vehículo, el oficial notó anomalías en el asiento trasero del vehículo y solicitó asistencia del equipo canino”. Moreno pudo anticipar lo que venía, porque él es integrante del equipo de K9 (trabajo con perros adiestrados con fines para la seguridad pública e investigación policíaca) en la Secretaría de Seguridad Ciudadana bajacaliforniana.
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“…un perro de detección de narcóticos y humanos, que alertó sobre el asiento trasero del vehículo”, también el agente del CBP que operaba la máquina de Rayos X Z-Portal “detectó anomalías en el asiento trasero del vehículo”, detalla la acusación.
En la inspección física del auto, los oficiales encontraron droga en dos espacios, en un punto tres paquetes y en otro, cinco paquetes ocultos “en el asiento del conductor, el asiento del pasajero y los asientos traseros del vehículo”.
Al analizar una muestra de la sustancia resultó positiva para las características de la cocaína y el peso total de la droga asegurada fue aproximado a 44.10 kilos, equivalente a 97.22 libras. El policía bajacaliforniano fue arrestado oficialmente al mediodía.
Durante una entrevista posterior a que le leyeran sus derechos, incluido el de permanecer callado, Moreno decidió hablar con sus aprehensores para rechazar tener culpa en el delito y presentarse como mula ciega, asegurando desconocer que la droga incautada estaba en su auto.
El agente detenido declaró que el viernes 15 de septiembre que había dejado su auto Sentra 2018 en un taller mecánico propiedad de un amigo, al que reconoció como cercano en Tijuana y lo recogió el lunes 18, el mismo día que lo detuvieron en la garita.
Moreno detalló que antes había investigado a ese “amigo” mecánico por “posible vínculos con cárteles”, y el uso de la “misma mecánica” -presuntamente hacer dobles fondos en autos para cruzar droga-, a pesar de lo cual mantuvo el contacto, la amistad y le confiaba su auto.
Tras sus primeros dichos al momento de ser aprehendido, al día siguiente, 19 de septiembre, el acusado cambió de opinión y decidió ponerse al amparo de la Quinta y Sexta Enmienda Constitucional de aquel país: “Hago valer mis derechos y quiero mantenerme callado y que un abogado defensor esté presente en cualquier y cada uno de mis encuentros o comunicaciones con las autoridades”.
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DEPURACIÓN
“Los exámenes de confianza no pueden considerase garantía, y menos a partir de que la Fiscalía se hizo cargo del Centro de Evaluación y Control de Confianza (C3)- 2022-, luego se puso peor, cuando cambiaron a la directora -Fabiola Chantal Lugo Valdez-, en junio del 2022, porque la anterior dijo la verdad de que Octavio Andree Espino Torre el secretario en la oficina del ex fiscal Ricardo Carpio que también fue detenido cruzando droga a Estados Unidos, y a la ex directora Brenda Jaramillo se le ocurrió decir que no había aprobado los exámenes para estar en la oficina del fiscal, y sólo tenía exámenes para ser Ministerio Público”. Así lo expusieron desde el interior de la Secretaría de Seguridad, donde recordaron que no hace mucho se recibió una generación con 19 elementos nuevos ya pasados por C3, pero cuando Seguridad Ciudadana les hizo el análisis interno de vínculos, se dieron cuenta que varios tenían relaciones con delincuentes y otros habían sido detenidos en el pasado cruzando droga a Estados Unidos, se les informó y no los contrataron. “El tema es que debieron haberlos detectado desde el C3”, reclamaron.
