Un elemento del equipo de Rescate Sonora Internacional, Asociación Civil, se arrodilla frente a Marisela Barboza. Toma su baumanómetro, le rodea el brazo y revisa su ritmo cardiaco, el cual se encuentra dos veces más elevado de lo que registra una persona en condiciones normales.
“Es normal”, refiere el socorrista que conoce plenamente el sacrificio de Marisela, a quien sugiere -como todos los días- que se alimente o al menos tome algún líquido vitaminado para mantenerla viva y estable, pues su cuerpo comienza a sufrir los estragos más severos al cumplir 18 días sin consumir alimento.
Sentada sobre una incómoda silla de plástico que le regaló una regidora, Barboza espera respuestas de autoridades federales. Frente a ella se ubica el tradicional Parque Benito Juárez, y a su espalda, el Palacio Municipal. Fácilmente se puede pasar por ahí sin darse cuenta de su presencia, pues no sostiene grandes pancartas ni está rodeada por gran número de personas; así son sus días debajo de una pequeña sombra generada por la propia estructura del Ayuntamiento, sólo se acompaña de una hielera donde resguarda botellas de agua helada, lo único que se ha permitido ingerir.
Los labios pálidos y el rostro demacrado confirman los estragos de la lucha en su organismo. Originaria de Mexicali, pero desde niña residente de San Luis Río Colorado, Sonora, el día de la entrevista, Marisela 18 días sin ingerir un solo alimento, y lo hace como una medida de protesta contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y sus abusivos y excesivos cobros, que vienen acompañados de un pésimo servicio plagado de intermitencias que provocan daños en los equipos eléctricos de las casas.
Residente de la colonia México -al sur de la comunidad sonorense- y madre desempleada que en estos momentos sólo vive del apoyo de familiares, ha decidido encabezar una lucha en contra de la institución federal, misma que no ha tenido suficiente eco en su comunidad, pero ha levantado las alarmas de algunos representantes populares que, temen, sufra daños irreparables en su organismo; o bien, la muerte.
Luego de que su última comida fuera un par de tacos, Marisela añora dos cosas: una llamada para resolver su problema por parte del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y terminar esta protesta con una hamburguesa de Carl’s Jr.
Mientras ella mantiene su lucha en SLRC, desde el otro lado de la limítrofe con Baja California, en Ciudad Guadalupe Victoria en el Valle de Mexicali, residentes de dicha comunidad y aledañas tomaron las instalaciones de cobro de la CFE como una medida de protesta por la suspensión del servicio desde hace tres semanas en algunas comunidades.
Los colonos encadenaron las puertas e instalaron un campamento con carpas, sillas y hieleras, exigiendo pronta respuesta a sus demandas, desde la reconexión del servicio, hasta recibos locos que se dispararon de 300 a 7 mil pesos de un mes a otro.
Suspensión de clases, toma de calles, huelgas de hambre y bloqueos, son huella de la efervescencia que se vive en Mexicali y San Luis Río Colorado a causa de la indolencia de CFE y el deficiente servicio derivado de las pésimas condiciones de la red de distribución en la región.
MARISELA, SOLA CONTRA LA CFE
La lucha de Marisela -asegura- no es sólo suya, sino de toda la comunidad, pues las altas tarifas que se registran tanto en Mexicali como en la comunidad sonorense, son sumamente altas y nadie brinda información que justifique el cobro; sólo exigen el pago inmediato, sin importar que las tarifas alcancen los 8 mil pesos.
La inconformidad de Marisela Barboza surgió hace meses, cuando empleados de CFE cambiaron el medidor de su vivienda. Sin previo aviso llegaron y realizaron las modificaciones.
Marisela tenía una mala experiencia con los medidores “de tarjeta” y decidió comenzar a revisar las lecturas del medidor con sus cobros mensuales.
Durante los primeros seis meses del año, todos los cobros coincidían con la tarifa establecida. Sin embargo, a partir de julio, su recibo que rondaba los 160 y 200 pesos, se disparó hasta 500 pesos mensuales, por lo que acudió a las instalaciones de la CFE, debido a que el registro de su medidor y el cobro no coincidía.
Al ver que el siguiente recibo tampoco coincidía con el precio de sus lecturas y al reconocer que no tenía dinero para cubrir los 500 pesos mensuales que le estaban cargando, decidió protestar.
Y es que -aseguró- en CFE nadie explicó los motivos por los que se incrementó el precio del servicio; simplemente la invitaron a pagar.
Su voz tenue por la debilidad no es evidencia del quiebre de su ahínco, pero se dijo sumamente decepcionada cuando se enteró que nadie se había dado cuenta de su situación. El gobierno de Santos González Yescas no ha tenido la empatía para atenderla, pese a que le giró un escrito informando de la situación.
Fue hasta el día 12 que un empleado del Poder Ejecutivo estatal se dio cuenta de lo que sucedía en San Luis Río Colorado y decidieron llamarla de manera directa.
El empleado -del que no recordó su nombre- le dijo que estaban haciendo gestiones para atender el tema. Sin embargo, le ofreció una entrevista telefónica con el propio gobernador Alfonso Durazo, a cambio de levantar su protesta.
Marisela le dijo que no iba a claudicar, debido a que la única persona que realmente podía resolver su problema era el Presidente López Obrador, con quien quería hablar directamente. Hoy, enfrenta problemas de salud inherentes a su condición famélica, pero también a un Gobierno de México indolente ante sus demandas, pues durante este tiempo no ha recibido una sola atención por parte de la empresa pública.
Asimismo, ha advertido que, si no encuentra una solución o un mínimo acercamiento con la autoridad en un plazo de 20 días, tomaría la decisión de mudar su protesta a las oficinas de CFE y dejar de tomar agua.
La advertencia resulta grave, máxime cuando SLRC comparte el mismo clima con Mexicali, y durante esta temporada el calor supera los 50 grados Centígrados.
Cada minuto es importante para preservar la integridad de Marisela, quien se declara desesperada porque año tras año observa las injusticias de la CFE sin resultados o respuestas que al menos justifiquen los altos cobros de electricidad.
Rebecca Ching, regidora de Morena, comentó que se encuentra preocupada porque una residente de la comunidad puede perder la vida en esta protesta.
GUADALUPE VICTORIA, EN PIE DE LUCHA
La Cuna del Valle de Mexicali es como se le conoce a Ciudad Guadalupe Victoria, una de las comunidades más grandes de la zona rural del municipio y epicentro de la lucha social en contra de las altas tarifas de la CFE.
Mientras Manuel Aguilar Aguilar, gerente divisional de la CFE, se reúne con la legisladora Gina Cruz Blackledge para acordar un trabajo conjunto, desde una oficina refrigerada en la ciudad, en el Valle de Mexicali la gente está en pie de lucha.
Residentes de las colonias Carranza, Sifón, Sansón Flores, Aguascalientes, entre otras, tuvieron una rebeldía por generación espontánea, y en un arrebato de ira, decidieron tomar las instalaciones de cobro de la CFE para mostrar su descontento hacia los altos cobros de la institución.
Es imposible no observar el plantón ubicado en las instalaciones federales desde la calle principal de la comunidad. Varias carpas blancas fueron instaladas y un numeroso grupo de personas pega pancartas, encadena las puertas y motiva a una resistencia no violenta.
Sin importar las altas temperaturas por encima de los 45 grados Centígrados que se registraban aquella mañana y los altos niveles de humedad, la gente mantenía una postura positiva, aunque momentos antes recibieron un episodio de alta tensión que estuvo a punto de llegar a los golpes.
“Hace más de quince días estamos batallando mucho con los postes, ahora son los bajones de luz. Que ayer se arreglaban, fue pura mentira, llegó el ingeniero Vega y se están portando bastante groseros, nos daban atole con el dedo porque eran mentiras. Estamos pidiendo una solución, sabemos que no lo iban a arreglar en un día, pero que nos dijeran que nos pidieran el voto, que en una semana o quince días, pero que no nos estén echando mentiras”, refirió una madre de familia enojada por lo que estaba viviendo.
Durante la protesta -dijo- un grupo de trabajadores de la CFE con los rostros cubiertos, intentó romper la manifestación y romper los candados con pinzas; también los amedrentaron con una intervención de la Guardia Nacional, pero en ambos casos los manifestantes respondieron de forma férrea.
Los trabajadores no tuvieron más remedio que detenerse y permitir que continuaran con el plantón. Les han pedido que liberen las oficinas y continúen con su queja, pero la medida de presión es -precisamente- que no haya forma de pagar el recibo en dichas oficinas.
“Como por todos es sabido, es una manifestación pacífica, están cansados, es hartazgo de la gente por parte de CFE, no tiene un buen servicio, no quieren entender que es un problema de dos o tres personas, ya es estatal, hay niños sin clases por falta de energía eléctrica”, expuso el señor Jesús.
Mientras que una señora residente de Valle del Sol en Ciudad Guadalupe Victoria -quien sólo se identificó como trabajadora de campo-, dijo que un día hace dos semanas salió a trabajar, dejó a sus hijos en su vivienda y, al regresar, tenían horas sin servicio de energía eléctrica.
La señora Trinidad ha tenido que endeudarse para pagar un recibo, pues de los 200 pesos que pagó un mes anterior, la cuota subió a 5 mil 800.
“Me dijeron que viniera, que nos iba a atender el licenciado, se rio de nosotros. Tenemos un sostén en la casa, y si queríamos en la casa lo teníamos que pagar, ¿de dónde te voy a pagar 5 mil 800 pesos? Mi esposo es discapacitado y yo soy la que trabaja, le quise enseñar cómo vivía y me dijo que no le interesaba ver el video, la contestación de él y la burla” refirió enfurecida.
“Fuimos a pedir prestado a Coppel para pagar el recibo (de 5 mil 800), este de 4 mil 800 y feria, este donde voy a pedir otro préstamo, ¿cuánto nos va a quedar para comer?”, cuestionó.
Otro caso, de una mujer que pidió el anonimato, tiene un hijo con autismo y es la única que genera ingresos para su casa trabajando en el campo. Pese a ello, su último recibo fue de 7 mil 177 pesos.
“Comemos o pagamos el recibo, y si ahorita lo pago o no, a la vuelta me va a llegar otro de 14 o 15 mil pesos”, comentó.
Durante las múltiples protestas, residentes de las comunidades recolectaron más testimonios de personas con cáncer, con sus adultos mayores padeciendo calor dentro de viviendas de escasos recursos y demás situaciones, pero, aun así, la CFE sólo ha mostrado interés de liberar el inmueble.
De hecho, les ha referido que sus problemas ya están resueltos y que la energía eléctrica volverá al día siguiente, pero eso no ocurre, por lo que se ven obligados a mantener el plantón.
Especialistas refieren que la constante intermitencia en el servicio es uno de los factores que afecta a los aparatos de energía eléctrica, por los que la CFE no se hace responsable.
ZETA documentó un poste de energía eléctrica en Mexicali, el cual fue amarrado a otro para mantenerlo erguido. La estructura, ubicada detrás de la Clínica 30 del IMSS, continúa operando, pero es parte de las deficiencias del servicio de la Comisión Federal de Electricidad.