Quienes asistieron, comentaron que nadie le preguntó, pero el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), Victorino Porcayo Domínguez, tomó la palabra en la reunión de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y Seguridad de Baja California para aclarar algo que leyó en una página de internet.
El reporte al que el funcionario federal hizo referencia, aseguró que la tarde del 27 de julio la Guardia Nacional persiguió tres pick-ups blancos en San Vicente, Ensenada y alcanzaron a dos porque uno de los autos chocó, pero en el que huyó y se escondió bajo un puente, elementos de la FGR transportaban y protegían a Héctor Manuel Gil García el Kado, uno de los operadores del Cártel Arellano Félix.
Tras el choque, aseguraron que hubo un agente de la FGR y otros dos presuntos delincuentes detenidos, que los tres se habían presentado como agentes federales, pero recibieron una llamada desde Ciudad de México para dejarlos ir sin redactar Informe Policial Homologado, así que no quedó registro oficial alguno.
Lo anterior se publicó acompañado de fotografías: una del elemento de la FGR detenido que vestía como si anduviera en operativo – pantalón caqui y sudadera negra-, y otra del comandante de la Guardia Nacional frente al comandante de la FGR en Ensenada; una imagen de la patrulla de la fiscalía chocada y la imagen de un segundo sujeto no identificado, joven, con barba, gorra y camiseta blanca, recargado en la caja de un pick-up.
En la reunión de seguridad, Porcayo dijo que no hubo tal colusión, pero efectivamente un agente de la FGR adscrito a Tijuana en vehículo oficial se había trasladado a Ensenada sin tener órdenes al respecto, y que cuando la Guardia Nacional efectivamente se dio a la fuga, terminó chocando la patrulla en el Kilómetro 71 de la Carretera Transpeninsular, a la altura de la delegación Santo Tomás.
Asimismo, que el elemento no justificó sólidamente ni su huida, ni su presencia en aquel municipio, y que ante la pérdida de confianza había sido suspendido y enviado a Ciudad de México para continuar un procedimiento, ya que no se permitirá manchar el prestigio de la institución.
Tras el monólogo del delegado de la FGR, a nadie le importó, ni indagó, ni lo cuestionó más. Ni siquiera el General Jorge Martínez Medina, coordinador de la Guardia Nacional que ejecutó la persecución.