“En distintas regiones del país esta violencia, de la muy mal llamada guerra contra el narco, sigue estando presente condicionando nuestras vidas”, expuso la escritora en entrevista con ZETA
La reconocida escritora norteña Cristina Rivera Garza regresa a la ciudad fronteriza para participar en la XXXVIII Feria del Libro de Tijuana que se celebra del 7 al 16 de julio, precisamente para dar a conocer su antología de poesía titulada “Me llamo cuerpo que no está” (Lumen, 2023); la cita es el sábado 15 a las 19:00 horas, en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana (CECUT).
Rivera Garza (Tamaulipas, 1964) llega a Tijuana con múltiples reconocimientos tras la publicación de “El invencible verano de Liliana” (Literatura Random House, 2021), con el que obtuvo distinciones como el Premio Mazatlán de Literatura 2022, Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2021, el Premio Rodolfo Walsh 2022 que otorga la Semana Negra de Gijón en España; además de resultar finalista de la V Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
“MIENTRAS SIGA HABIENDO IMPUNIDAD, VA A SEGUIR HABIENDO FEMINICIDIOS”
En “El invencible verano de Liliana”, Cristina Rivera Garza documenta, denuncia y narra el feminicidio de su hermana Liliana Rivera Garza, sucedido el 16 de julio de 1990; a dos años de su publicación y luego de diversos premios, la narradora refirió en entrevista para ZETA:
“Uno de los grandes regalos que trajo ‘El invencible verano de Liliana’ ha sido la transformación de un duelo muy privado y familiar en un duelo más colectivo, comunitario, y eso ha significado una especie de abrazo por parte de lectores hacia Liliana. Ha sido bastante sorpresivo; la palabra que creo que mejor lo describe es este abrazo con lo que se ha recibido a mi hermana”.
— ¿Cómo ubicas tu testimonio familiar con “El invencible verano de Liliana” en esta época histórica de una realidad violenta del país?
“Una realidad que se llama la guerra contra las mujeres, Rita Segato (autora de ‘La guerra contra las mujeres’) lo describe muy bien de manera teórica. Creo que nos hace mucha falta contar esas historias, creo que la narrativa del feminicidio como un crimen pasional es muy fuerte, incluso ahora, es una narrativa dominante, patriarcal, en la que siempre se termina culpando a la víctima y se exonera al perpetrador. Yo creo que nos hace falta poner imaginación, trabajar con nuestras herramientas de múltiples maneras para subvertir esa historia, para dinamitar esa narrativa y para que cada una de las mujeres que hemos perdido a causa de la violencia sea recordada, sea restituida a la vida pública, a la vida familiar, a la vida de todos los días”, expresó la autora a este Semanario, previo a su presentación en la Feria del Libro de Tijuana.
“Yo creo que ‘El invencible verano de Liliana’ está trabajando con la verdad de Liliana, una historia que se acalló o que se contó como ‘Huy, quién sabe en qué andaría’, ‘El pobre, quién sabe qué le ha de haber hecho ella’; toda esta manera de contarlo como sabemos que se cuenta. El hecho de que la verdad de Liliana siga proliferando y que toque sobre todo a lectores y a lectoras muy jóvenes, creo que es parte de ese proceso de justicia más amplia”, señaló Rivera Garza.
En torno a la estadística oficial de 10 mujeres asesinadas diariamente en México (De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública -SESNSP- del Gobierno Federal, en 2022 fueron asesinadas 3 mil 754 mujeres en México), Cristina Rivera Garza advirtió:
“Mientras siga habiendo impunidad, va a seguir habiendo feminicidios y sabemos que el porcentaje de impunidad es enorme, más arriba del 90%. Creo que no hay que desistir y hay que estar señalando al Estado, no nada más al gobierno, sino al Estado como responsable de esta relación social de la que formamos parte también las mujeres”.
LA VIOLENCIA “SIGUE ESTANDO PRESENTE CONDICIONANDO NUESTRAS VIDAS”
Tras la publicación de “El invencible verano de Liliana”, Cristina Rivera Garza publica “Me llamo cuerpo que no está. Poesía completa” (Lumen, 2023), donde reúne libros de poesía como “Los textos del yo” (2005), “La muerte me da por Anne Marie Bianco” (2007), “El disco de Newton. Diez ensayos sobre el color” (2011), “Viriditas” (2011) y “La imaginación pública” (2015).
De hecho, “Los textos del yo” (2005) está integrado a su vez por tres poemarios: “La más mía”, “Yo ya no vivo aquí” y “¿Ha estado usted alguna vez en el mar del Norte?”.
— En “La más mía”, poemario incluido en “Los textos del yo” se lee en alguna parte: “Yo soy tu decepción / la única de tus dos hijas únicas que quedó viva / sin dulzura / sin piedad”. O en otra parte: ‘ésa está muerta / enterrada y muerta desde hace siete años / enterrada y muerta a los pies del volcán del valle / más alto”. ¿Qué tanto consideras que ha influido o estado presente tu hermana Liliana en tu obra?
“Te voy a responder de dos maneras: yo he escrito novelas y ensayos que han sido más visibles a lo largo de mi carrera, y al mismo tiempo he publicado de manera mucho más discreta en editoriales independientes libros de poesía, una especie como de cosa subterránea. De una manera velada, hermética, Liliana está no sólo en estos libros de poesía, también en los de narrativa, después la presencia fundamental de la historia de Liliana como una cuestión de experiencia personal, pero también como una reflexión sobre cuestiones de violencia y corporalidad, pues a lo mejor hay una relación ahí entre lo velado, entre lo que hace la poesía y lo que hace Liliana o lo que hace el feminicidio como tal, ambos en el lenguaje y en la experiencia”.
— “Ese olor a tanta sangre”, “No volver nunca de la muerte. / Quedarse en la muerte”, se lee por “La muerte me da”. Parece que nos quedamos en la muerte en los últimos tres sexenios o por lo menos en los últimos 18 años. ¿Podrías hablarnos de la vigencia de “La muerte me da”, a propósito de la violencia?
“Ése es un libro de poesía que fue incluido como un capítulo, el capítulo último de la novela ‘La muerte me da’ que publiqué con Tusquets, se incluyó de una manera velada, pero para mí era importante que este poemario que se invocaba en la novela tuviera existencia concreta, real en este mundo; lo publicó después Bonobos. Es un libro también muy preocupado por las cuestiones del cuerpo, qué es el cuerpo y, sin embargo, aquí para tocar esos temas recurrí mucho al lenguaje de la nota roja y al de los reportes de la morgue que tienen una cierta distancia, fría a veces, que busca también acercarnos a estos elementos que por desgracia nos han resultados cercanos desde entonces hasta ahora respecto a la violencia, pero acercarse con uno de los lenguajes que más se ha utilizado para describirla; la idea por supuesto es producir un momento de crisis, un momento crítico al respecto”.
Al concluir, Rivera Garza lamentó:
“Por desgracia, qué triste que un libro así siga vigente, porque de una u otra manera en distintas regiones del país y más allá del país, esta violencia de la muy mal llamada guerra contra el narco sigue estando presente condicionando, estructurando nuestras vidas. A mí me parece que la poesía en particular, la escritura en general, tiene en sí esa potencia de convocar estos múltiples lenguajes, de verlos de frente, darles la vuelta y hacerlos decir otra cosa, y tal vez, con algo de suerte, de hacerlos imaginar también mundos distintos”.