La Embajada de la República Popular China en México emitió, el 18 de julio de 2023, una “declaración solemne”, en la cual negó que los químicos precursores para la fabricación del fentanilo fueran de origen asiático y culpó al Gobierno de Estados Unidos de calumniar a dicha nación asiática y de evadir las responsabilidades por la presencia de dicha droga sintética en EE.UU.
“El embajador de Estados Unidos en México [Keneth Lee Salazar] y otros funcionarios estadounidenses, han calumniado que los precursores que utilizan los cárteles mexicanos para producir ilegalmente fentanilo provienen de China”, señaló la Embajada de la República Popular China en México.
Asimismo, la representación diplomática de dicho país asiático declaró que el Gobierno chino supervisaba con “suma importancia” las sustancias químicas relacionadas con el fentanilo y destacó que la responsabilidad por el flujo de sustancias químicas no recaía en la Administración encabezada por el presidente Xi Jinping.
“La raíz de la crisis del fentanilo en los Estados Unidos está dentro de sí misma, y reducir la oferta y la demanda interna constituye la solución fundamental”, agregó la Embajada de la República Popular China en México, cuyo titular es Zhang Run.
Además, la representación diplomática de dicho país asiático destacó que el Gobierno chino había controlado el suministro y la administración de sustancias relacionadas con la fabricación de fentanilo, desde el primero de mayo de 2019, mientras que Estados Unidos no había hecho lo mismo.
“Lo que Estados Unidos debe hacer es reflexionar sobre sí mismo, fortalecer el control interno de los medicamentos recetados, intensificar la difusión de los peligros y daños de las drogas y reducir la demanda interna de drogas, en lugar de calumniar y echar la culpa a otros países”, argumentó la Embajada de la República Popular China en México.
Según lo indicó la representación diplomática de dicho país asiático, el Gobierno chino catalogó y controló 38 químicos precursores de la fabricación de fentanilo, 14 más de los señalados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo sustancias similares a la efedrina; medidas que, según la citada Embajada, habían sido reconocidas por la comunidad internacional.
Por tal motivo, el Gobierno chino se deslindó de toda responsabilidad por la distribución ilegal de fentanilo en otros países, ya que “la responsabilidad de prevenir el flujo de sustancias químicas no catalogadas hacia la producción de drogas recae en el país importador”.
Además, respecto a la colaboración que tenía el Gobierno chino con su homólogo de México, el texto señaló que “en la actualidad, las dos partes están coordinando y fortaleciendo activamente la supervisión de las sustancias de fabricación de droga”, por lo que los canales de comunicación se mantenían fluidos y se consideraba de “gran importancia” la relación bilateral.