Increíble, pero en medio de una campaña -adelantadísima, pero campaña al fin- electoral rumbo a 2024, el Ayuntamiento de Tijuana censura a los ciudadanos que considera críticos de la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez.
El tema de la censura municipal se intensificó o se hizo notorio a partir de los videos que la propia alcaldesa tomó y subió sobre las “modestas” condiciones en que vive en una casa dentro de las instalaciones militares en el 29 Batallón de Infantería en Tijuana.
Cual si fuera un espectáculo de realidad -ya sabe, tipo las hermanas Kardashian-, Caballero Ramírez videograbó la casa que le fue prestada por el Ejército Mexicano para residir ante las “amenazas” que dice haber recibido. Evidentemente registrado con su celular, en el material mostró toda la casa. Sala, comedor, cocina, aparatos electrodomésticos, la recámara que le asignaron, el lugar de trabajo, por supuesto el equipamiento y la decoración.
Nadie entró a grabar por ella, Montserrat hizo público el video. Sus palabras son que vive de manera modesta, cuando en realidad la casa está equipada, construida y cuidada con dignidad y refleja el hogar de muchas familias de clase media en el país. No son precisamente condiciones modestas, por lo que lo primero que saltó al imaginario público cuando ella decidió dar a conocer las condiciones en que vive, es ¿pues dónde y cómo vivía?, ¿a qué lujos se supone que está acostumbrada que una casa bastante digna le parece modesta?, ¿qué quiso transmitir la alcaldesa con la publicación de ese video?
En otro video, este ya tomado por personal del Ayuntamiento, en el que continúa hablando de las condiciones en que vive dentro de las instalaciones militares, Caballero hace mención de su hijo y el ambiente en el que se está desarrollando, al menos momentáneamente mientras viven bajo resguardo militar. Explica cómo, de verdad, literal, le miente a su hijo sobre las condiciones en que viven, dándole esperanza. Dice en el video: “Mi hijo está chiquito, mi hijo tiene 9 años, y yo hago de él, de su vida y de su entorno, un ambiente distinto. La casa a donde nos fuimos a vivir, es una casa de condiciones más modestas. Le va a parecer risorio, pero a mi hijo le inventé la historia de que teníamos que irnos a una casa más modesta y que él va a poder ser como un Messi, como un Ronaldo”.
Es decir, efectivamente, la digna casa del Ejército le parece, y lo confirman sus palabras, “pobre”, así como el ambiente que la rodea, pues justifica ante su hijo la “casa de condiciones más modestas” e “inventa” -así lo dice- una historia de pobreza a éxito, poniéndole de ejemplo a jugadores de futbol: el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, sobre la cual el niño, afirma la alcaldesa, “está emocionadísimo porque dice que, como esos jugadores fueron muy pobres, él va a poder entonces hacer lo mismo”.
Quiere decir que vivir en el Ejército los convierte en pobres, y, de acuerdo al relato videograbado de la alcaldesa, eso les da oportunidad de hacer lo mismo que Messi o Ronaldo.
Quién sabe en qué condiciones de vivienda nació, creció y se desarrolló Montserrat Caballero, pero la casa del Ejército no es una de condición pobre, especialmente en un país como México, donde más de 51 millones de personas viven en pobreza, muchos de ellos en pobreza extrema, sin acceso a una vivienda digna, ya no digamos construida con materiales de concreto y cimientos como la que habitan la funcionaria y su hijo, sino con pisos de tierra y techos hechizos, de materiales obtenidos en la naturaleza y no en una constructora.
Ante la divulgación particular de estos dos vídeos por autoridades del Ayuntamiento de Tijuana, muchos ciudadanos tomaron el material para publicarlo en redes sociales, algunos haciendo sorna del pensamiento de quien grabó para hacer público el interior de su casa, otros para criticar la actitud soberbia de la alcaldesa ante las “condiciones modestas” o de pobreza como le “inventó” a su hijo.
Generado por la alcaldesa y Ayuntamiento, y de consumo público, para qué grabaría el interior de su casa y lo daría a conocer si no quisiese que fuese público y, por tanto, siendo ella figura pública, el material sujeto a escrutinio fue cedido en sus derechos de autor a una empresa privada de comunicación, llamada Badabun.
Muchos ciudadanos que divulgaron los videos, recibieron notificaciones de que estaban utilizando un material restringido, con derechos; por lo tanto, les fue retirado de sus redes sociales.
El miércoles 5 de julio, personal de ZETA subió videos del Ayuntamiento a dos cuentas. A la oficial del Semanario como medio de comunicación, y la de una reportera, sin hacer juicios de valor, críticas ni comentarios negativos hacia las declaraciones de la alcaldesa. Un minuto después de haber subido el video, la cuenta de la ciudadana, o sea, la reportera, recibió una notificación: “Badabun bloqueó tu video porque podría incluir contenido que le pertenece”.
Los dos videos descargados en la cuenta personal de la reportera fueron bloqueados por Badabun, evitando que fuesen compartidos. Es decir, los derechos de autor del contenido de los videos (por lo menos) que están en la página del Ayuntamiento de Tijuana, los tiene la empresa privada y no permite que ningún ciudadano los utilice, los reproduzca, los muestre, los retransmita.
Los mismos videos fueron posteados en la cuenta de ZETA y no fueron bloqueados por la empresa privada. Esto significa que la censura de los contenidos oficiales del Ayuntamiento de Tijuana no aplica a medios de comunicación, pero sí a ciudadanos. Particularmente, a ciudadanos críticos. Es decir, se les bloquea el contenido cuando pretenden compartirlo.
Los ciudadanos están siendo objeto de censura por parte del Ayuntamiento de Tijuana, al limitar el uso de los contenidos públicos que refieren declaraciones, videos o audios de la alcaldesa en conferencias públicas o en actos personales que ella decidió hacer públicos, como el hecho de mostrar la casa, nada modesta ni en condiciones de pobreza, en la cual reside.
Aun así, ante la evidencia y la censura, Montserrat Caballero sigue negando el hecho: “Nuestro Jurídico ya está interpretando lo que sucede”, dijo el jueves 6 de julio, cuando sobre el tema le preguntaron algunos reporteros.
Ignorando a su vez la edil, la declaración que su director de Comunicación Social, Miguel Ángel Torres Ponce, dio a ZETA una semana antes, cuando se le preguntó por tal censura y explicó que “con la experiencia de Badabun se logra impedir que se ‘tergiverse’ la información oficial, ya que la empresa Meta, operadora de Facebook, Instagram y WhatsApp, detecta y bloquea los contenidos que Badabun registra como propios y así disminuye su propagación y difusión en otras redes sociales que editen o mutilen los mensajes autorizados por Comunicación Social”.
Ahora sí que la censura es contra los ciudadanos, no contra los medios. Pero vaya, censura es censura… ¿Cuál video quieren ver?