Y sigue la balacera.
No funcionan los abrazos,
a Tijuana hacen pedazos.
Cómo sufre mi frontera.
Hay muertos por donde quiera:
enteros o hechos retazos;
las calles son sus regazos,
no hay ni quién los recogiera.
Y así, entre la matecera,
no nos toquen los plomazos.
Alberto Torres Barragán.
Tijuana, B.C.