Loando la pluralidad de nuevos contenidos cinematográficos y la diversidad de sus creadores iberoamericanos, la trigésima octava edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara se caracterizó por favorecer al talento emergente, crear puentes con su industria y analizarla a fondo para abatir el déficit de exhibición, además de garantizar el acceso de las audiencias a las 259 películas producidas en el país durante 2022
Zapopan, Jalisco. Con un séquito de luminarias, el ecosistema creativo de la cinematografía nacional e invitados de Italia, el encuentro fílmico tapatío conmemoró a su fundador, Raúl Padilla López (finado en abril), gestor de la tribuna más importante de Latinoamérica, que desde sus inicios conectó al cine mexicano con los públicos en la pantalla grande.
Durante ocho incesantes y cálidas jornadas (3 al 9 de junio) El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) proyectó un mosaico de narrativas y universos, como el de la ensenadense Katy Araiza en “Amor Ice”; ensalzó al cine mexicano e iberoamericano con una selección oficial que subraya la condición humana (“Heroico”, de David Zonana; “Adolfo”, de Sofi Auza; “Amor y Matemáticas”, de Claudia Sainte-Luce; “Martínez”, de Lorena Padilla; “Mujeres del alba”, de Jimena Montemayor; “Rabia”, de Jorge Michel Grau); provocó puentes entre realizadores y el capital privado (industria y mercado); impulsó la capacitación al talento emergente -el diseñador mexicalense David Pacheco en el rubro de animación(Talents Guadalajara, realizado en conjunto con el Festival Internacional de Cine de Berlín); a la vez de incubar historias y personajes (Toast for a Cause), defender la diversidad (Premios Maguey) y enaltecer la trayectoria de Arcelia Ramírez (Mayahuel de Plata), sobre todo, reflexionando sobre las necesidades de una industria urgida a adaptarse a nuevos paradigmas para abatir el déficit de distribución y exhibición, derecho humano y cultural de los mexicanos.
“México vive urgente necesidad de reformar la Ley de Cinematografía para adaptarse a los nuevos paradigmas audiovisuales”, sostuvo Leticia Huijara, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), quien adelantó que la Secretaría de Cultura promoverá nuevo proyecto de Ley, lo que abonará a los Retos del Cine Mexicano, ponencia abrigada en el encuentro por los realizadores Mónica Lozano, Carlos Hernández y Fernanda Valadez, quienes pugnaron por una legislación que garantice el derecho humano y cultural a acceder al cine mexicano.
“Después de la pandemia tenemos otra industria audiovisual, cambió la forma en que la consumimos y nos hemos adaptado a la nueva realidad, pero no se garantiza el derecho de autor, creación, distribución y competencia económica. No se trata de estímulos fiscales, sino del cine como patrimonio, de cuidar nuestros contenidos como soberanía nacional para continuar reflejándonos en las salas con un cine diverso y plural”, externó la actriz.
Una de las acciones a las que llama el gremio, es a enmarcar la cinematografía en los derechos humanos y restituir en la Ley el Derecho del fomento del cine.
“Nos enfrentamos a la rentabilidad del cine en salas y complicada negociación con plataformas, incluso para permitirnos visibilidad en su catálogo de contenidos. El streaming es elemento claro de trabajo, pero también de ser desechables. Vivimos un momento extraordinario en volumen de producción, pero las películas mexicanas sólo se quedan una, dos, tres semanas en cartelera y/o en un modelo discriminatorio de suscripción que muy pocos tienen capacidad de pagar, volviéndose un cine muy marginal, a pesar de ser una de las cinematografías más celebradas en el mundo, pero sin certidumbre jurídica para encontrar su público nacional”, argumentó Huijara.
Por su parte, María Novaro, quien preside el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), señaló a ZETA:
“Se dice que México tiene récord de taquilla, pero son cifras que representan al 18% de los mexicanos. En 2022 produjimos 259 largometrajes, más cine que nunca, incluso mejor que en la Época de Oro del Cine Mexicano. Somos de los países que más creamos, está de moda ir sumando premiaciones en el extranjero, pero, ¿qué tanto se está viendo?, ¿qué tanto los mexicanos tenemos acceso a conocerlo, a alimentar nuestros diálogos? No estamos reflejados en las pantallas ni de broma, no se ve esa diversidad en el cine comercial. El reto es crear otras redes para poner las películas al alcance de los mexicanos.
“Con el Tratado de Libre Comercio se firmaron políticas públicas que impiden que los nacionales vean su propio cine, cada vez hay menos espacios cuando la producción sigue creciendo y necesitamos reconocernos en la pantalla, hacer del cine una excepción cultural para no competir en salas con Hollywood como si fuéramos iguales, como lo hicieron Chile, y Argentina; hoy las salas comerciales no están obligadas a proyectar más que una cuota mínima. La otra es recuperar otros espacios como la televisión pública y cineclubes en espacios educativos”, ahondó.
Cabe señalar que Imcine estimula cines de barrio, locales y apoya a la exhibición y distribución: “El daño es enorme, nos arrancaron el derecho a ver nuestro cine, arrojando a la industria a la piratería, a ver el cine mexicano en piratería; por tanto, otorgamos subsidios a espacios que requieren comprar equipamiento para renovar proyector, sonido, butacas y dulcerías, para que tengan condiciones óptimas para proyectar cine, con el compromiso de pasar 40% cine mexicano”, precisó Novaro, para puntualizar que Baja California, junto a Jalisco, Nuevo León, Oaxaca y Chiapas, avanzan de la mano a políticas descentralizadoras.
Este año, cuatro proyectos de película en BC serán beneficiados.
CINE DE AUTOR VS TAQUILLA
Referente a las problemáticas que enfrenta la producción cinematográfica actual en México, la realizadora Eréndira Núñez (“La civil”, “Heroico”, “La caja”, “Mano de obra” y “Nuevo Orden”) dialogó con este Semanario, destacando el tema de salvaguardar el patrimonio del autor.
“Hay un miedo a que nos quiten los apoyos gubernamentales, pero no es una realidad única de México, a la cultura, a todos les están recortando fondos. Esto nos obliga a ponernos más creativos para financiar las películas y encontrar el punto para contar historias que tengan relevancia y mensaje, que te hagan pensar, como ‘Heroico’, un thriller psicológico accesible y reflexivo que encuentra el balance entre ser de autor y tener un lugar en taquilla”, anotó.
Para la joven productora, su misión es crear narrativas que la reten, que hagan sentir al público, pero antes, recobrar el lugar de los derechos de autor.
“Estamos creando muchísimo contenido para las plataformas, pero dónde queda el autor. Es una problemática global, tenemos que proteger nuestro patrimonio como productor, guionista y director, vernos remunerados por el éxito en plataformas, por ello las huelgas del gremio en Estados Unidos. Encontrar un equilibrio en este nuevo mundo, seguir descentralizando el cine en México y tratar de llevar a todos lados historias comerciales, que duelen, o que nos entienden”, puntualizó Núñez, quien se suma a la lista de las legendarias
Monica Lozano, Tita Lombardo, Martha Sosa, Christina Velasco e Inma Payán, por mencionar algunas.