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martes, febrero 20, 2024
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Rollizos, de huesos anchos, fornidos, etcétera

Esta es la historia de un gordo que va al médico a hacerse una revisión; cuando termina pregunta:

— ¿Cuánto le debo?


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—  2 mil 700 pesos.

– ¿¿¿Sólo por una revisión???

—  700 pesos de la revisión y 2 mil para arreglar la báscula.


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***

Una gorda que llega al altar con un traje muy feo y le pregunta su marido por qué no se ha comprado otro, le contesta:

—  Es que tuve que comprar este vestido porque en el almacén no me lo pude quitar.

***

Un señor muy gordo está parado frente a una escuela.

El conserje al barrer su área, le pregunta:

– Perdone, ¿espera usted a un niño?

– No, siempre he sido así.

***

—  Mamá, hasta en mis sueños me dicen gorda.

—  Tranquila hija, solo son pesadillas.

—  ¡¿QUESADILLAS?! ¡¿DÓNDE, DÓNDE?!

***

Había un tipo tan gordo que ni la policía podía rodearlo.

***

Un esposo le dice a su mujer:

— Amor tienes cuerpo de diosa.

— Hay amor, qué tierno.

— Sí, te pareces a Buda.

***

— Cielo, hoy mi dietista me ha dicho que el 70% de nuestro cuerpo es agua.

— Ah, entonces en vez de estar gorda estás inundada.

***

Era tan gorda, pero tan gooooorda, que se hizo un vestido de flores y se acabó la primavera.

***


—  Cariño, mis amigas en el café me han dicho que estoy gorda. ¿Tú qué opinas?

—  Te digo la verdad sólo si prometes no aplastarme.

***

—  Tu madre es tan gorda que cuando lleva su chaqueta amarilla la gente le grita “¡¡¡TAXII!!!”

Autor: Una flaca odiosa.

Verdad

Se encuentra con su amigo y queriendo enterarse de la verdad, le pregunta:

—  Oye, ¿es verdad que estás sordo?

—  Un poquito, ¡pero ya me estoy poniendo a dieta!

Autor: Un oftalmólogo, ¡ja!

Negrero

Dos empresarios conversan:

— Gracias a esta máquina, este año en sólo 15 días he prescindido del trabajo de 20 obreros.

— ¿Ella sola hace el trabajo?

— No. Simplemente los trituro.

Autor: Anónimo de la Coparmex.

Chismosa

— ¿Aquí es el curso para dejar de ser chismosa?

— Si. ¿Quiere apuntarse?

— No. Solo déjeme ver quien se apuntó ya.

Autor: Conocida residente de Santa Fe.

Alto

Se pasaron el alto (“pare”) los borrachos que venían en tremenda juerga en el auto, así que un policía de tráfico los detiene.

— ¿Qué pasó con el alto?

— ¡La mujer no lo dejó salir hoy!

Autor: La mujer.

Pregunta indiscreta

Benito le pregunta a su papá:

— Oye papá, ¿qué es lo que tú primero miras cuando te encuentras con una chica bonita?

— ¡Que no venga por ahí tu mamá!

Autor: La mamá de Benito.

Tallas

En la boutique, la señora, al recibir el vestido que la mujer que atiende le alcanza y darse cuenta que es muy diminuto, le dice:

— Por favor, señorita, ¿tiene este vestido en talla de una mujer que coma?

Autor: Anónimo de Zara.

Alcoholímetro

El policía de tráfico detiene al hombre que viene zigzagueando por la vía:

— ¿Por qué no se detuvo al escuchar la sirena?

— ¡Porque son seres mitológicos!

— ¡Sople aquí!

Autor: Un soplón.

Cougars

Dos amigas cuarentonas conversan:

-Oye, ¿No es un poco joven tu novio?

-¡Nah! ¡Qué va!

-Por cierto, ¿dónde está?

-¡Castigado! ¡No sale!

Autor: La mamá del chico.

Realidad

-¿Tú crees que en México hay más gente en la extrema derecha o en la extrema izquierda?
-Bueno, ¡creo que hay más en la extrema pobreza!

Autor: Anónimo de Morena.

Alergia al vino

El paciente le dice atribulado al médico:

— ¡Doctor, ayúdeme! ¡Es que tengo alergia al vino!

— ¿A qué vino?

— ¡A que me quite la alergia!

Autor: Alergólogo sin pacientes.

Gourmet

Le pregunta el mesero del restaurante al cliente que recién acaba de terminar de almorzar:

— ¿Qué tal encontró usted la carne?

— La encontré de pura casualidad, ¡estaba debajo de un frijol!

Autor: Un chef muerto de risa.

Dos cazadores

Dos cazadores se encuentran en un bosque cuando uno de ellos cae al suelo. El hombre parece haberse quedado sin aliento y tiene los ojos vidriosos. Su compañero agarra el teléfono, llama al número de emergencias y dice jadeando:

— ¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?

La operadora le dice:

— Tranquilícese, puedo ayudarlo. Primero asegurémonos de que efectivamente está muerto.

Se crea un silencio y a continuación se escucha un disparo. Al volver al teléfono, el amigo dice:

—  De acuerdo, ¿y ahora qué?

Autor: Un enterrador.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
Gabriela Olivares Torres Gabriela Olivares Torres GabrielaOlivares 10 gabriela@zeta.com
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