Ensenada.- Un grupo de investigadores de Ensenada formó una cadena humana afuera del Centro Cultural Riviera de Ensenada as a a, para protestar en contra de la nueva Ley de Ciencia que planea el Gobierno Federal del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las comunidades académicas, estudiantiles y amigos del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CiCESE), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y CETYS Universidad.
La reunión fue este domingo 28 de mayo, a las 12:00 horas.
En lonas escribieron mensajes como:
“La ciencia es vital para resolver los desafíos del presente y del futuro. Se investiga en todo México gracias a la descentralización de los 70’s, ni un paso atrás”.
“La ciencia es esencial para abordar los grandes retos globales, como el cambio climático. Por una ciencia que aporte local y globalmente”.
“El desarrollo de un país depende de su inversión en ciencia y tecnología. La nueva ley de ciencia centraliza las decisiones del CONAHCYT”.
La ruta inició en la explanada del Centro Estatal de las Artes de Ensenada (CEARTE) y continuó por el boulevard Costero.
La nueva Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (HCTI), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 8 de mayo de 2023, se aprobó por ser la impulsada por el gobierno federal, sin analizar otros cuatro proyectos de ley para promulgar la mejor ley de ciencia para el presente y futuro de México.
Además, el dictamen final de la Ley HCTI se votó sin concluir los siete foros de Parlamento Abierto (sólo se realizaron dos) a los que se habían comprometido las comisiones unidas de Educación y de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, haciendo caso omiso de las múltiples propuestas y preocupaciones de las comunidades académicas y de los sectores social y privado relacionados con el tema.
Entre las preocupaciones que expresa la comunidad académica del país destacan las siguientes:
● La nueva ley de ciencia centraliza las decisiones en el ahora Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, y Tecnologías (CONAHCYT), lo cual es contrario a la investigación que se realiza en todo México gracias a la política de descentralización de esta actividad en la década de 1970, que creó centros públicos de investigación a nivel nacional.
● La Junta de Gobierno del CONAHCYT, máximo órgano de decisión en política científica, quedó integrada por la dirección general del Consejo –siendo juez y parte–, 13 secretarías de Estado, entre otras, de la Defensa Nacional, de Marina, y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Al incluir solamente a investigadores invitados por la misma dirección del Consejo, se deja a la comunidad científica sin voz ni voto de este importante órgano de decisión.
● La nueva ley obliga la cesión de propiedad intelectual al CONAHCYT, por lo cual las patentes y sus derechos de explotación serán del Consejo y no de las instituciones que las generan.
● La nueva ley de ciencia restringe la libertad de los Centros Públicos de Investigación, que son patrimonio de México, para atender los problemas locales.
● El otorgamiento de financiamiento y becas priorizará a quienes trabajen en las líneas prioritarias definidas por el gobierno, mientras que las demás no son consideradas relevantes.
● Existe discriminación de colegas y estudiantes de las instituciones de educación superior privadas violando preceptos constitucionales.
● Hay ausencia de una fiscalización y rendición de cuentas porque el Órgano Interno Consultivo es controlado por el CONAHCYT.