Transportistas de Baja California no tienen esquemas financieros que les permitan adquirir camiones de carga eléctricos, con lo que existe preocupación del sector de que no puedan pasar a California, Estados Unidos.
Israel Delgado, vicepresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), región Noroeste, comentó que en el vecino estado existe la disposición de que 10% de la flotilla sea cambiada de camiones de diésel a eléctrico para 2025. “En 2027 entrarían los tractores de clase 8 que son sin camarote y a partir de 2030 todos los vehículos”.
Ante el impacto que tendrá la restricción de camiones de carga no eléctricos el sector está pidiendo que el gobierno estatal y federal intervengan, con el fin de que California pueda aplazar la entrada de la electromovilidad, toda vez que el transporte fronterizo mexicano “no estaría en condiciones financieras para hacer frente a este cambio”.
Un camión nuevo de diésel cuesta alrededor de 200 mil dólares, en contraste con uno eléctrico de entre 400 y 500 mil dólares. Adicionalmente, se deben adquirir cargados de hasta 150 mil dólares. El tiempo de carga de 3 a 5 horas y el peso del mismo vehículo, más la autonomía que es de 150 millas máximo para recorrer, apuntó.
“Sabemos que la ruta hacia la electromovilidad es ya una ruta definida internacionalmente, sin embargo, los tiempos son importantes y los esquemas financieros que permitan esta transición”, señaló Delgado, quien comentó que el gobierno estatal está gestionando que la medida en California se posponga.
Por parte del gobierno federal no ha habido ningún posicionamiento con todo y que aparte de California siete estados de la Unión Americana estarían tomando acciones similares, apuntó.
Aunado a ello, Canacar está gestionando debido a una limitación normativa que prohíbe al transporte de carga transitar la carretera Tecate-El Sauzal, lo que genera que se tenga que utilizar el bulevar 2000, lo que genera más tráfico.
Luego de acudir a la toma de protesta del Consejo Directivo de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO), Delgado comentó que durante la Semana Santa (2-9 de abril) falló el sistema de la aduana americana en toda la frontera norte, lo que generó que el lapso de espera de cruce fronterizo pasara de entre 3 y 5 horas a entre 7 y 8 horas.
Otro tema que ha alentado el flujo de camiones transfronterizos es el embudo que se hace de la aduana de Otay de lado americano con la carretera estatal, pues de los cuatro carriles que existen para entrar a la aduana mexicana se convierten en 16, aunque se mantienen 10, que luego se reduce a dos carriles en la carretera estatal.
De ahí, que se haya propuesto a SANDAG y al CBP un programa de citas, con el que se evitará la espera de tiempo. La idea es que a futuro se tenga una ventana de tiempo de 30 minutos para llegar a la puerta de salida y eso eliminaría los tiempos de espera, agregó.
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