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miércoles, octubre 2, 2024
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Trascendente

Más de siete décadas dedicadas al cine, televisión y teatro definen a Ignacio López Tarso, quien dedicó su vida a la actuación, a cultivar su mente, desarrollar su talento y sistemáticamente, ampliar su personalidad sin desesperar ni olvidar su propósito, amando el arte con todas sus fuerzas, sin egoísmo.

Pilar del arte y el entretenimiento, el 11 de marzo a los 98 años, dijo adiós a su vida, aunque inmortalizando su nombre como uno de los más grandes actores de México.

Intérprete de “Macario” y “El hombre de papel”, el guanajuatense de nacimiento y capitalino por adopción, descubrió en la actuación su pasión más entrañable.

A los 24 años ingresó a la Academia Dramática del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y fue visto como uno de los últimos vínculos de la historia del teatro del Siglo XX, dejando un significativo legado en el ejercicio de la pantalla grande y el entarimado, con títulos como “Nazarín” (1959), “La cucaracha” (1959), “Juan Gallo” (1961), “La Bandida” (1962), “La Celestina” (1953), “El precio” (1969), “Hipólito” (1974), entre otra centena.

“Me encanta el teatro, a pesar de que muchas veces se hace de una manera improvisada, lo disfruto, y el público es un estímulo maravilloso”, declararía a ZETA López Tarso en mayo de 2022, ocasión en que presentó la obra “Leonardo y la máquina de volar” en Tijuana.

“Estaba desesperado por regresar al teatro, estar sin él me provoca un estado de ánimo de rabia, me dolía estar sin él”, reiteró el primer actor y ganador de dos premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Mejor Actuación por “Rosa Blanca” y Ariel de Oro por Trayectoria Fílmica).

“He aprendido una nueva manera de comunicarme con el público, llego a los 97 años con gran entusiasmo por el arte escénico y con la posibilidad de seguir disfrutándolo. Eso me ha sostenido, hacer lo que me gusta, desde ensayos y primeras lecturas. Sigo gozando de todo, de la carretera a Tijuana, Mexicali, La Rumorosa…”, puntualizaría don Ignacio, quien inauguró el Teatro del IMSS Tijuana en 1962.

Ilustre hacedor cultural de varias generaciones actorales, fue homenajeado de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes el domingo 12 de marzo, despedido por su familia, personalidades del ámbito artístico e institucional.

“Evidentemente la muerte del maestro nos deja un hueco profundo y responsabilidad enorme. No hay otra figura tan importante en el teatro, en el mundo de la actuación, como la de López Tarso; una larga carrera llena de puros éxitos, creador de personajes memorables, protagonista de películas que están la historia del cine nacional. A su edad todavía seguía activo, era un hombre vigoroso, el modelo actual de lo que debe ser un actor, con esa fortaleza, rigor, ese amor por las artes escénicas que lo llevó a construir su legado”, subrayó a ZETA el actor Joaquín Cosío.

Al igual que una de sus frases más memorables en “Macario”, cinta dirigida por Roberto Gavaldón y primera en ser nominada al Oscar en la categoría a Mejor Película Extranjera, para el también intérprete de corrido revolucionario “es el momento del reposo y del juicio” el escenario, recinto donde expresaba su amor y arte por aquello que aún lo mantenía de pie.

Las luces se apagan y el telón se cierra para don Ignacio López Tarso, leyenda histriónica, grande del séptimo arte y referente de la tarima. Hasta siempre, “Macario”. Que en Paz Descanse.

Autor(a)

Víctor Delgado
Víctor Delgado
Víctor Delgado Víctor Delgado V Delgado 2158 adiran_88@hotmail.com
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