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martes, octubre 1, 2024
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Pinos 2023, por pedido

Un pino navideño cortado para ese uso, de adviento en los tiempos litúrgicos, usado para adornar un hogar, con una altura promedio de 6 a 7 pies (1.8 metros), tardó hasta 11 años para llegar a ese punto. Requirió agua, luz, clima nublado, oxígeno, composta, vitaminas, sol, aire y cuidado humano.

Ese pino de 180 centímetros, con su olor a bosque; verde, frondoso, fuerte, recto y bello. Ese pino dio armonía y felicidad máximo 30 días. ¿Los 11 años de siembra, cultivo, valieron la pena? Esa cosecha trunca, pues fue cortado a tajo filoso. ¿Valió la pena sacrificar al pino? Cortarlo para esa tradición y alegrar un hogar que luego estará más triste; que manos criminales lo dejen cruelmente en la vía pública acá en Tijuana. Que se deshagan irresponsablemente de tal pino.

Estuvo 11 largos años creciendo, más los días de traslado, fue visto por el ser humano como atractivo, bello, tentador. ¿Y dónde vino a terminar? ¡Abandonado! ¿Vale la pena ese crimen ambiental?

Ese pino traído desde Oregon se vuelve desechable; es cortado, usado como un vil plástico y tirado.

Debería terminar en la molienda, para hacerlo composta y fortalecer la tierra. Debería anticipar la compra y venta de pinos quien solicite la tala: comprarlos en línea, contados, porque un pino mínimo cuesta unos mil pesos (o 50 dólares). Así sería menos desastroso y cruel ver los lugares de venta de pinos navideños que se quedan porque nadie los compró.

Tala indiscriminada y voracidad monetaria del revendedor y de quienes los corta en tales bosques aserradores mundiales. En ese defecto irreversible que llevamos en este tórrido ambiente humano, podríamos usar de plástico, de uso múltiple: como un auto que sale de agencia y pasan por él hasta cinco dueños hasta que termina su vida útil mecánica, así, por pedido especial, los pinos navideños serían cortados del Ajusco, de San Pedro Mártir o del bello Oregon. ¡Borrego brincado, borrego pagado!

Así tendríamos orden, salud y alegría en el alma, al ser responsables con el mundo ambiental. Una buena propuesta; la veo difícil, pero en intentos no queda; al menos no por mi parte, pues amo el ambiente y cuido mi entorno. Cada ser humano debe o debió plantar mínimo 8-10 árboles para tener derecho al oxígeno. Yo planté muchos entre 1975 y 1980 en el Cañón del Padre, en un rancho que tenían mis progenitores; sigo plantando como pueda, siempre que haya lugar y tenga mis fuerzas para cuidarlo.

La próxima Navidad 2023 sería bueno hacer un pedido especial por Amazon, en línea o invernaderos que tengan contactos con dueños de vastas zonas de pinos, y proponer tal petición. Así sería otro mundo, sin crueldad ni maltrato a la madre naturaleza que nos da mucho.

Propuestas las hay para tener un mundo mejor y evitar el crimen de pinos olvidados y que -¡lo peor!- no se hicieron composta. Sería magnífico tener árboles de Navidad  por pedido especial para la época navideña 2023; o en su defecto,  que haya una limpia gubernamental de tanto plástico que abunda en las calles y los manufacturen en árboles de plástico verde olivo. Tenemos la modernidad, falta amor por el medio ambiente, así como decisiones  de gobiernos y empresarios que tienen sus manufacturas para fabricar árboles navideños tipo pino. ¡Claro que se puede! ¡Estamos a tiempo!

Atentamente,

Leopoldo Durán Ramírez.

Tijuana, B.C.

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