La Escuela Mexicana de Sommeliers inauguró una sede satélite en Tijuana en un afán de aprovechar la oferta gastronómica y de vinos que caracteriza al municipio fronterizo, según expresó el director del centro de estudios, Ricardo Espíndola.
El experto en vinos y licores refirió a ZETA que era prioritario que la escuela, fundada en la Ciudad de México hace diez años, contara con una unidad en esta localidad: “Ya nos habíamos tardado. Teníamos que estar aquí en Tijuana. Tijuana es una capital del vino para México”.
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Del proyecto a emprender en Baja California, detalló que el sábado 4 de marzo arrancaría el programa de estudios con una clase máster impartida por él en un “wine bar y restaurante” (Pan E Vino), ubicado sobre bulevar Agua Caliente y acondicionado para la instauración de la sede satélite.
La Escuela Mexicana de Sommeliers opera con el objetivo de impulsar “una comunidad de comunicadores y especialistas en análisis sensorial de alimentos y bebidas, así como dignificar la noble profesión del sommelier”, según da cuenta en su página de internet.
Ricardo Espíndola comentó que el centro “ofrece programas para profesionales y wine lovers, para gente que vaya un poquito más adelante y para todos los niveles”.
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Asentó que en México la Secretaría de Educación Pública no reconoce el estudio del vino. De cualquier manera, atajó, la escuela a su cargo ofrece grado de sumiller junior y de catador profesional, de forma tal que los participantes que concluyen el programa de estudios pueden buscar dos certificaciones a nivel internacional.
En cuanto a oportunidades de trabajo, el abanico se expande a casas vinícolas, bares, empresas importadoras y el ámbito formativo, afirmó.
Joaquín Fernández Rizo, propietario del establecimiento e integrante del equipo de formación de la Escuela Mexicana de Sommeliers, mencionó que en Tijuana existen proyectos afines. Sin embargo, dijo, “hay algunos nichos que no se han tocado”; de ahí que con la nueva sede satélite se pretende que “la cultura del vino se promueva más y mejor”.
Expuso que el programa está constituido como una opción de estudios accesible, en el ánimo de poner la cultura del vino al alcance del mayor número posible de personas. Por tanto, no se pretende operar una escuela “elitista”, aseguró.
“Somos un estado productor más importante todavía de producción de vino de México, somos una ciudad, un estado, porque Ensenada, Tecate y Tijuana tienen una gastronomía interesantísima, muy reconocida a nivel internacional, entonces eso nos anima a participar, formando gente”, remató.
