El presidente de Rusia, Vladímir Vladímirovich Putin, promulgó la anexión a Rusia de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, según sendos decretos publicados, el 5 de octubre del 2022, en el portal oficial de información legal de Rusia.
Ambas cámaras del Parlamento ruso aprobaron, previamente, los tratados de incorporación de los cuatro territorios en Rusia. Por su parte, el Senado aprobó ayer la incorporación de dichas regiones.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Putin no tenía planeado hacer declaraciones a raíz de la firma, ni presidir una ceremonia, tal y como ocurriera en 2014 con Crimea.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, destacó que para Moscú no tiene importancia que Occidente no reconozca los referendos de incorporación a Rusia de esos territorios, pero deben “entender la nueva realidad”.
La incorporación de los territorios ucranianos obligará a reformar el artículo 65 de la Constitución, que incluye 85 entes federales. Ahora, pasan a ser 89, con la inclusión de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
Los tratados establecen que la lengua oficial en las nuevas regiones de este país será el ruso, aunque se permitirá el empleo del ucraniano, así como la moneda nacional, el rublo.
Asimismo, mantendrán su nombre como nuevos entes de la Federación Rusa tanto las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, como las regiones de Jersón y Zaporiyia. El periodo de transición para la plena incorporación de los territorios en Rusia se extenderá hasta el 1 de enero de 2026.
Rusia usó, el 30 de septiembre de 2022, su derecho de veto para frenar en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una resolución que buscaba condenar los seudorreferendos organizados en cuatro regiones ucranianas y su anexión, que viola el derecho internacional.
La delegación rusa se quedó sola en su oposición al texto, que recibió el apoyo de diez de los quince países del Consejo de Seguridad, mientras que China, la India, Brasil y Gabón se abstuvieron.
La resolución presentada en la ONU por Estados Unidos y Albania condenaba los referendos “ilegales” llevados a cabo en las cuatro regiones, además de que no pedía a la comunidad internacional no reconocer ningún cambio en su estatus y exigía la retirada de las tropas rusas de Ucrania.
La embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, subrayó que este tipo de situación es precisamente para lo que se creó el Consejo de Seguridad, por lo que el órgano tenía el deber de actuar ante estos movimientos rusos y defender los principios de soberanía e integridad territorial en los que se basa las Naciones Unidas.
“No se puede ir puerta por puerta y obligar a punta de pistola a la gente a votar por tu falso referéndum. Uno no puede apoderarse por la fuerza del territorio de otro Estado miembro de la ONU y declararlo suyo”, insistió Thomas-Greenfield, tras la votación.
China señaló que cree que debía respetarse la “soberanía e integridad territorial”, pero volvió a evitar criticar abiertamente a Moscú y recordó que las “legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes” deben tenerse en cuenta, en una referencia a las denuncias rusas sobre la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).