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Tijuana
viernes, noviembre 22, 2024
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Vaya conversación

Mujer: ¿A dónde vas?

Hombre: Saldré un ratito.

M: ¿Y te llevas el auto?

H: Sip.

M: ¿Tiene gasolina?

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H: Sí, ya le puse.

M: ¿Vas a tardar mucho?

H: No, una horita más o menos.

M: ¿A dónde vas?

H: No sé, por ahí, sólo a dar una vuelta.

M: Y ¿no prefieres ir caminando?

H: No, me voy en el auto.

M: ¿Me traes una nieve?

H: ¿De qué la quieres?

M: De mango.

H: Bien, de regreso.

M: ¿De regreso?

H: Sí, porque se derrite.

M: ‘Uta ma..

H: ¡Okey! Besos, vuelvo en un rato.

M: Oye…

H: Qué.

M: ¡Mejor trae de fresa!

H: ¡Oh! Ya me voy.

M: ¡Dame un beso!

H: Bueno… (beso)

M: ¿Vas en tu auto o en el mío?

H: En el mío.

M: Usa el mío. Tiene Spotify, el tuyo no…

H: No quiero oír música, voy a despejarme un poco.

M: Ah, ¿necesitas despejarte?

H: ¡No sé! Cuando regrese te digo.

M: ¡No tardes!

H: No tardo (abre la puerta).

M: ¡Amor!

H: ¿Y ahora qué?

M: ¡Uuuyyy! Qué grosero.

H: Amor, ¡estoy intentando irme y no me dejas!

M: ¿Por qué quieres ir solo? ¿Te vas a encontrar con alguien?

H: ¿Qué quieres decir?

M: Nada, nada… Olvídalo.

H: ¡Ven acá! (cariñoso) ¿Crees que te estoy engañando con alguien?

M: No, claro que no, pero ya sabes cómo son…

H: ¿Cómo son qué?

M: ¡Los hombres!

H: ¿Estás generalizando, o estás hablando de mí?

M: Estoy generalizando.

H: Entonces no me lo apliques. Sabes que no te haría algo así.

M: Está bien, vete entonces.

H: ¡Ya me fui!

M: Oye…

H: ¡AY, POR DIOS!… ¡¡¡Qué!!!

M: Llévate el celular.

H: ¿Para qué? ¿Para que me estés llamando constantemente?

M: ¡No! Por si pasa algo.

H: No te preocupes.

M: Okey, perdóname por la desconfianza… ¡es que te extraño!

H: ¡Está bien, no quise contestarte así, te amo!

M: ¡Yo también!

M: ¿Puedo usar tu celular?

H: ¿Para qué?

M: ¡Los jueguitos!

H: ¿Quieres mi celular para jugar?

M: Sip.

H: Usa la computadora, hay un montón de juegos ahí.

M: No entiendo ese aparato.

H: ¿Para qué me hiciste que te la comprara el mes pasado?

M: No importa, entonces llévate el celular, porque si no lo voy a usar.

H: Úsalo, no hay nada importante en él.

M: ¿Sí?

H: ¡Sí!

M: ¿Dónde está?

H: ¿Qué cosa?

M: ¡Lo que debería estar en el celular y no está!

H: ¡¿Qué?!

M: ¡Nada! Olvídalo.

H: ¿Estás enojada?

M: No, no estoy.

H: ¡Entonces me voy!

M: ¡Amor!

H: ¡QUEEEEÉ!

M: ¡Ya no quiero helado!

H: ¿Ah no?

M: ¡No!

H: (Un suspiro) Okey, okey… ¡Ya no voy a salir!

M: ¿Ah sí?

H: ¡Sí!

M: ¿Entonces te quedas conmigo?

H: ¡No! ¡Me aburriste! ¡Me voy a dormir!

M: ¿Estás enojado?

H: ¡¡¡¡SÍ!!!

M: ¿Y por qué mejor no te vas a dar una vuelta para despejarte?

Autor: Un soltero.

Colegio San Martín

¡Ring! ¡Ring!

— ¿Aló? ¿Colegio San Martín, a sus órdenes?

“Hola. Llamo para informar que el niño Álvaro Benítez no asistirá a estudiar el día de hoy”.

— Sí, ¿con quién tengo el gusto de hablar?

“¡Con mi papá!”.

Autor: Pepito.

 

El cobrador

Un cobrador llega a una vivienda con una factura de cobro y un niño sale a recibirlo.

¿Está tu mamá?

“No, señor, salió del país, hacia el exterior”.

¿Y tardará mucho tiempo en volver?

“No creo, porque dejó unas tortillas en el comal”.

Autor: Juanito.

 

Vecinos

Un hombre tiene la costumbre de tirar la basura todas las noches al jardín de su vecino. Una noche este lo sorprende y le advierte:

Si sigues tirando la basura en mi jardín, ¡no tendré más remedio que dar parte a la Policía!

“Me da igual, si quieres se la das toda, ¡yo no la quiero para nada!”.

Autor: Un latoso.

 

La llamada

Una persona llama por teléfono:

“Esta es una prueba de la línea telefónica, por favor sople el teléfono”.

Y soplan por el otro lado, y el señor que llama dice:

“¡Felicidades! Usted es la primera persona que infla un globo por teléfono”.

Autor: Anónimo de un call center.

 

 La contestadora

“Hola, habla Juan. Si llama de la compañía de teléfonos, ya les mandé el dinero; si son mis padres, manden dinero; si son de la oficina de asistencia económica, no me mandaron suficiente dinero; si es alguno de mis amigos, me debes dinero; y si eres una mujer joven y bonita, no te preocupes, ¡tengo mucho dinero!”.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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