Mujer: ¿A dónde vas?
Hombre: Saldré un ratito.
M: ¿Y te llevas el auto?
H: Sip.
M: ¿Tiene gasolina?
H: Sí, ya le puse.
M: ¿Vas a tardar mucho?
H: No, una horita más o menos.
M: ¿A dónde vas?
H: No sé, por ahí, sólo a dar una vuelta.
M: Y ¿no prefieres ir caminando?
H: No, me voy en el auto.
M: ¿Me traes una nieve?
H: ¿De qué la quieres?
M: De mango.
H: Bien, de regreso.
M: ¿De regreso?
H: Sí, porque se derrite.
M: ‘Uta ma..
H: ¡Okey! Besos, vuelvo en un rato.
M: Oye…
H: Qué.
M: ¡Mejor trae de fresa!
H: ¡Oh! Ya me voy.
M: ¡Dame un beso!
H: Bueno… (beso)
M: ¿Vas en tu auto o en el mío?
H: En el mío.
M: Usa el mío. Tiene Spotify, el tuyo no…
H: No quiero oír música, voy a despejarme un poco.
M: Ah, ¿necesitas despejarte?
H: ¡No sé! Cuando regrese te digo.
M: ¡No tardes!
H: No tardo (abre la puerta).
M: ¡Amor!
H: ¿Y ahora qué?
M: ¡Uuuyyy! Qué grosero.
H: Amor, ¡estoy intentando irme y no me dejas!
M: ¿Por qué quieres ir solo? ¿Te vas a encontrar con alguien?
H: ¿Qué quieres decir?
M: Nada, nada… Olvídalo.
H: ¡Ven acá! (cariñoso) ¿Crees que te estoy engañando con alguien?
M: No, claro que no, pero ya sabes cómo son…
H: ¿Cómo son qué?
M: ¡Los hombres!
H: ¿Estás generalizando, o estás hablando de mí?
M: Estoy generalizando.
H: Entonces no me lo apliques. Sabes que no te haría algo así.
M: Está bien, vete entonces.
H: ¡Ya me fui!
M: Oye…
H: ¡AY, POR DIOS!… ¡¡¡Qué!!!
M: Llévate el celular.
H: ¿Para qué? ¿Para que me estés llamando constantemente?
M: ¡No! Por si pasa algo.
H: No te preocupes.
M: Okey, perdóname por la desconfianza… ¡es que te extraño!
H: ¡Está bien, no quise contestarte así, te amo!
M: ¡Yo también!
M: ¿Puedo usar tu celular?
H: ¿Para qué?
M: ¡Los jueguitos!
H: ¿Quieres mi celular para jugar?
M: Sip.
H: Usa la computadora, hay un montón de juegos ahí.
M: No entiendo ese aparato.
H: ¿Para qué me hiciste que te la comprara el mes pasado?
M: No importa, entonces llévate el celular, porque si no lo voy a usar.
H: Úsalo, no hay nada importante en él.
M: ¿Sí?
H: ¡Sí!
M: ¿Dónde está?
H: ¿Qué cosa?
M: ¡Lo que debería estar en el celular y no está!
H: ¡¿Qué?!
M: ¡Nada! Olvídalo.
H: ¿Estás enojada?
M: No, no estoy.
H: ¡Entonces me voy!
M: ¡Amor!
H: ¡QUEEEEÉ!
M: ¡Ya no quiero helado!
H: ¿Ah no?
M: ¡No!
H: (Un suspiro) Okey, okey… ¡Ya no voy a salir!
M: ¿Ah sí?
H: ¡Sí!
M: ¿Entonces te quedas conmigo?
H: ¡No! ¡Me aburriste! ¡Me voy a dormir!
M: ¿Estás enojado?
H: ¡¡¡¡SÍ!!!
M: ¿Y por qué mejor no te vas a dar una vuelta para despejarte?
Autor: Un soltero.
Colegio San Martín
¡Ring! ¡Ring!
— ¿Aló? ¿Colegio San Martín, a sus órdenes?
“Hola. Llamo para informar que el niño Álvaro Benítez no asistirá a estudiar el día de hoy”.
— Sí, ¿con quién tengo el gusto de hablar?
“¡Con mi papá!”.
Autor: Pepito.
El cobrador
Un cobrador llega a una vivienda con una factura de cobro y un niño sale a recibirlo.
— ¿Está tu mamá?
“No, señor, salió del país, hacia el exterior”.
— ¿Y tardará mucho tiempo en volver?
“No creo, porque dejó unas tortillas en el comal”.
Autor: Juanito.
Vecinos
Un hombre tiene la costumbre de tirar la basura todas las noches al jardín de su vecino. Una noche este lo sorprende y le advierte:
— Si sigues tirando la basura en mi jardín, ¡no tendré más remedio que dar parte a la Policía!
“Me da igual, si quieres se la das toda, ¡yo no la quiero para nada!”.
Autor: Un latoso.
La llamada
Una persona llama por teléfono:
“Esta es una prueba de la línea telefónica, por favor sople el teléfono”.
Y soplan por el otro lado, y el señor que llama dice:
“¡Felicidades! Usted es la primera persona que infla un globo por teléfono”.
Autor: Anónimo de un call center.
La contestadora
“Hola, habla Juan. Si llama de la compañía de teléfonos, ya les mandé el dinero; si son mis padres, manden dinero; si son de la oficina de asistencia económica, no me mandaron suficiente dinero; si es alguno de mis amigos, me debes dinero; y si eres una mujer joven y bonita, no te preocupes, ¡tengo mucho dinero!”.