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martes, octubre 1, 2024
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Premio Nobel 2021 a periodistas

María Ressa de Filipinas, y Dmitri Muratov de Rusia, son, por primera vez en cien años para el gremio periodístico, elegidos para recibir el Premio Nobel de la Paz 2021.

En 2007 Adela Navarro Bello del Semanario ZETA, recibió con Dimitri Muratov de la Gazeta Novaya de Rusia, el premio del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).

Como Adela Navarro y César René Blanco, recibieron la enorme responsabilidad con su equipo de sacar adelante el Semanario de don Jesús Blancornelas, regado con la sangre de sus compañeros Héctor Félix Miranda y Francisco Ortíz Franco; así Dimitri Muratov dirige en Rusia la Gazeta Novaya, heredada de Ana Politovskaya, periodista rusa envenenada primero por el régimen checheno, y años más tarde asesinada al llegar a su casa en San Petersburgo. En 2021 el Comité Sueco del Premio Nobel ha puesto su mirada en Filipinas; y sin duda en el trabajo de Ana Politovskaya, ahora representada por Muratov.

El periodista y literato Ramón López Velarde, originario de Jerez, Zacatecas, con mirada profética, a principios del siglo XX vislumbró que algún día las campanas de su tierra repicarían por la llegada a Zacatecas del Vicario de Cristo. Y aquello se cumplió en 1990, cuando el Papa Juan Pablo visitó Zacatecas en su segunda visita a México.

Es la primera ocasión en cien años que el Premio Nobel de la Paz es otorgado a dos periodistas. El ruso Muratov desea que sus compañeros periodistas de todo el mundo “mueran de viejos”, y no asesinados en cumplimiento de su trabajo. La defensa de la libertad de expresión como raíz de la paz, es lo que ha motivado este reconocimiento.

Existe el premio Nobel de Literatura, el cual recibió por México Octavio Paz en 1990, o recientemente Bob Dylan de USA (músico y poeta hebreo); es interesante que en 2021 lo otorguen a dos periodistas, por primera ocasión en cien años. Una filipina y un ruso.

Quizá para Rusia uno de los antecedentes más actuales sea la enorme personalidad del literato ruso Alexandr Solyenitzin, Nobel de Literatura 1970, y su magistral Archipiélago Gulag. Si tiene usted la oportunidad, escuche en YouTube su discurso en el aniversario de la Universidad de Harvard. Solyenitzin, decepcionado del estilo de vida occidental, regresó a la tierra de Dostoievski cuando le devolvieron la nacionalidad que le había quitado el mismo régimen soviético.

En 2015 Svetlana Aleksándrovna Aleksiévich, escritora bielorrusa -la tierra del periodista Rizsard Kapuscinsky-, recibió el Nobel de Literatura. Una de sus obras se refiere al tema de Chernóbil, la planta nuclear rusa en Ucrania; hoy bajo el acecho de Vladimir Putin, de quien escribió Ana Politovskaya La Rusia de Putin, una versión actualizada del régimen paria, denunciado por la literata y escritora asesinada indudablemente por denunciar y publicar las atrocidades en pleno siglo XX y XXI de los gobiernos de las ex repúblicas soviéticas: Chechenia, Lituania, Letonia, etcétera.

Hay mucho que leer y mucho que seguir aprendiendo. En plena persecución del gobierno mexicano contra la persona y el trabajo pastoral de don Samuel Ruíz García, obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas (acusado incluso de promover la teología de la guerra), recibió providencialmente el premio Nobel de la Paz la activista por los derechos humanos -le asesinaron a sus padres- Rigoberta Menchú Tum de Guatemala. Como refugiada y joven, residió como muchos otros migrantes en la misma casa episcopal; la Nobel de la Paz salió en defensa del Sr. Obispo Samuel Ruíz. Bienaventurados los que buscan la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

En la complejidad de la pandemia mundial y con casi dos años de confinamiento; en 2021, el Premio Nobel de la Paz ha sido otorgado a dos periodistas, la filipina María Ressa, y el ruso Dimitri Muratov. Realmente es un espaldarazo al trabajo por hoy más peligroso en la tierra: el periodismo o el ejercicio de la libertad de expresión.

El reconocimiento más relevante para los periodistas es el de los lectores o receptores en los medios o en las redes. Creo que don Jesús Blancornelas decía que lo que no se imprime, no existe. Los reconocimientos son buenos porque se destaca a nivel internacional el trabajo local o regional. Y en un mundo plagado por la simulación, la opacidad, la mentira y la hipocresía, sale a relucir la veracidad heroica de los periodistas.

Habrá que estudiar el trabajo que la filipina Ressa realiza, para valorar por qué también su trabajo periodístico -como el del ruso Muratov- fue seleccionado por primera vez en un siglo. El premio Nobel de la Paz 2021 es un premio extensivo a todos los periodistas que entregan su vida para ser voz de los sin voz, como parafraseaba el bielorruso Ryszard Kapuscinsky al polaco Karol Wojtyla.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

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