“Memoria es hacer que los muertos estén vivos, no que los vivos estén muertos”.
-José Ortega y Gasset
Con el paso del tiempo, la lectura, las enseñanzas prácticas, el ejemplo de amigos escritores que dejan su vida en el empeño por dejar a todas las generaciones la memoria histórica de sus pueblos y comunidades… se llega a reconocer frases memorables como Yo solo sé, que no se nada con Sócrates; o su alumno Aristóteles, qué tanto puedo llegar a saber. Hay que reconocer no solo que la vida pasa en breve y que no es mucho lo que uno puede aprender.
Pero hay que aprender de las personas, como refería Juan Pablo II al tener presente sus doctorados en Lublin, Polonia, sobre el pensamiento de Max Scheler; o su tesis doctoral en teología en el Angélico de Roma, sobre La Fe en san Juan de la Cruz, de donde el joven Wojtyla aprendió español. Ya como profesor y sacerdote polaco, él valoraba los conocimientos adquiridos no sin esfuerzo, pero que siempre reconoció la utilidad que representaban para descubrir en el rostro de cada persona un libro abierto de conocimientos por valorar.
La historia regional de Baja California Sur y Norte, California, Arizona y Sinaloa, están entrelazadas como una gran cuerda ancha como esas para atracar los enormes barcos, o una gruesa cadena de eventos, y sobre todo personas que constituyen un entramado que sostiene algo incluso más grande, como un gran crucero marítimo o un gigante trasportador de contenedores intercontinental.
En muchos lugares del mundo, y en especial de México, cientos o miles de personas han escrito humildes, pero invaluables monografías o ensayos sobre la historia de pueblos, rancherías, que siendo microhistorias son insustituibles para conformar un rompecabezas completo de historias que con admiración nos llenan los ojos de la memoria.
Si algún día tiene usted oportunidad de visitar Phoenix, Arizona, tan solo sobre libros usados, antiguos o históricos de más valor estimativo que económico; los libreros de aquella gran ciudad, han elaborado un tríptico con 30 de las mejores tiendas de Libros usado o antiguo. No son todas, pero las consideradas traer todos los datos para visitarlas casi en cadena.
Ahí puede uno encontrar lo impensable para la historia regional, por ejemplo originales de la obra de Herbert Bolton sobre The Father on The Horseback (El padre a Caballo); o las obras completas del mismo Bolton sobre De Anza Road, primera edición sobre el militar Juan Bautista de Anza que con el franciscano aragonés fundador ciudades como San Francisco, California. En Calexico, California, frontera con Mexicali, uno de los moteles más emblemáticos es el Hotel de Anza, en honor a quien sin freeways ni tiendas de conveniencia ni hoteles, recorrió desde Sonora a California a caballo para fundar metrópolis como San Francisco.
Nunca es tarde para comenzar a aprender de aquí y de allá, con pequeñas piezas, un rompecabezas de memorias e historias admirables.
Gracias a Dios en la región hay buenos archivos históricos de gran valor que pueden compartirse o consultarse; mejor aún, se cuenta con hombres y mujeres dedicadas a consultar y dar a conocer tesoros y más tesoros de la historia binacional regional; la Conquista de México-Tenochtitlán en 1521, fue un como un banderazo de salida que en pocos años y a pesar de las distancia, ya tenía a misioneros o exploradores en la California Peninsular, en Sonora, Arizona, California…
Y la historia admirablemente continúa, atraída la gente por muchas razones para llegar a estas tierras como lo hicieron los europeos a pie o a caballo o en barcos. Hoy en otros medios, pero aún queda mucho por conocer y aprender.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.
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